Gobiernos latinoamericanos
Los roces diplomáticos pusieron a Perú en un escenario de aislamiento regional
El gobierno de Dina Boluarte se vio apartado por varios países latinoamericanos, sobre todo por México, Colombia, Bolivia, Honduras y, en menor grado, Chile. Un escenario inédito para las autoridades peruanas que solían tener buena relación con el resto del continente
“Nunca antes Perú había estado tan aislado en la región. Y todo ello cuando la economía y la política globales se basan en la creación de bloques continentales”, comentó el politólogo Isaac Bigio, de la London School of Economics.
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La situación más complicada es con México, cuyo presidente, Andrés Manuel López Obrador, califica de “espuria” a Boluarte y defiende al destituido y encarcelado exmandatario Pedro Castillo, a quien considera víctima de un complot de élites de derecha.
Boluarte, en una primera respuesta, declaró "persona no grata" al embajador mexicano en Lima y le exigió salir del país, y en una segunda, la semana pasada, retiró a su embajador en Ciudad de México, con lo que la relación descendió a nivel de encargados de negocios.
México y sus empresas invierten 14.000 millones de dólares en Perú. Brasil es el único país latinoamericano que supera esa cifra y de ahí la importancia de una relación que además históricamente siempre fue cordial.
Además, López Obrador se ha negado a entregarle al gobierno “espurio” del Perú la presidencia por témpore de la Alianza del Pacífico, que integran los dos países junto a Chile y Colombia y que es un foro regional de gran importancia estratégica, sobre todo desde el punto de vista económico.
La transferencia de ese mandato pro témpore debió hacerse en diciembre en México, pero no fue posible porque el Congreso del Perú le negó el permiso de salida al entonces presidente Castillo, quien fue destituido días después tras fracasar en un intento de cerrar el Legislativo y gobernar mediante decreto.
El protagonismo de México en el caso también se refleja en que Castillo, tras ser destituido, fue detenido por sus guardaespaldas cuando se dirigía a la embajada de ese país para asilarse, y en que la esposa (acusada de supuesta corrupción) y los dos hijos del exmandatario viven protegidos en la nación norteamericana.
Para el periódico limeño Diario Uno, único de la ciudad con línea editorial de izquierda, las discrepancias entre Perú y otros países derivan en buena medida de que el Ejecutivo peruano le entregó la conducción de la política exterior al Congreso y, específicamente, a su Comisión de Relaciones Exteriores.
“No creo que (el Ejecutivo y la Comisión) coincidan en lo áspero, pero sí en alguna visión. Sí hay cierta influencia (del Parlamento)”, le dijo a Télam el experto en asuntos internacionales Ramiro Escobar.
Según destacó Escobar, la diplomacia peruana se ha caracterizado históricamente por su tendencia a no dejar que las discrepancias escalen y a evitar que se llegue a recursos como el retiro de embajadores.
Pero en el Congreso hay voces “ásperas”, señaló el experto, como la de la presidenta de la Comisión, María del Carmen Alva, o la del fujimorista Ernesto Bustamante, quien llegó a plantear una invasión militar a Bolivia y un apoderamiento de recursos naturales de ese país (Télam).