Murió el principal condenado por el doble crimen del diputado
El principal condenado por el doble crimen del diputado Héctor Olivares y su asesor Miguel Yadón, ocurrido en 2019 en la plaza del Congreso, murió luego de descompensarse en el penal federal de Marcos Paz.

Se trata de Juan José Navarro Cádiz (29), quien en 2021 había sido condenado a 45 años de prisión como autor material del doble homicidio y cumplía su condena en el Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailAl haber estado en una dependencia del Servicio Penitenciario Federal (SPF), la muerte de Navarro Cádiz -quien pertenece a una familia de la comunidad gitana-, ahora es investigada por el Juzgado Federal 3 de Morón, a cargo de la jueza Alicia Vence, quien ya ordenó la realización de la autopsia.
Fuentes judiciales indicaron a Télam que el primer reporte que el juzgado recibió de las autoridades penitenciarias es que Navarro Cádiz estaba en su pabellón, salió a hacer un llamado y se descompensó en el salón de usos múltiples.
Siempre según las mismas fuentes, inmediatamente fue trasladado primero a la unidad médica del propio complejo y luego fue derivado al Hospital Municipal Héctor D’Agnillo de Marcos Paz, donde alrededor de las 23 falleció.
Dos abogados penalistas que en su momento actuaron en la causa aseguraron a Télam que la muerte de Navarro Cádiz causó “sorpresa” y “consternación” entre sus familiares y en toda la comunidad gitana, y que esperan que se esclarezcan las causas del deceso.
En septiembre de 2019, el Tribunal Oral en lo Criminal 9 condenó a Navarro Cádiz como autor material del doble crimen a una pena de 45 años de cárcel y a su primo Juan Jesús Fernández a prisión perpetua como “partícipe necesario”.
Navarro Cádiz fue el autor de los disparos homicidas, algo que incluso confesó al declarar en el juicio oral, donde pidió “perdón”, pero aclaró que su intención había sido dispararle a un árbol y no a las víctimas.
La diferencia de la pena que se le impuso a él respecto de su primo radicó en que el caso de Navarro Cádiz encontró el obstáculo de que había sido detenido y extraditado desde la República Oriental del Uruguay, con la condición de que no sea condenado a prisión perpetua, sanción que no existe en el vecino país, y por ello el tribunal estimó adecuado la pena máxima del Código Penal uruguayo, que es la de 45 años de cárcel.
“Quiero decirles que nunca quise lastimar a nadie, ni mucho menos matar a nadie. Les pido por favor a las familias que me perdonen”, dijo Navarro Cádiz en sus últimas palabras ante el TOC 9 antes de que lo condenaran como autor de un “homicidio agravado por alevosía reiterado en dos ocasiones en concurso real con portación de arma de guerra”.
A su vez, en el juicio quedó probado que era suya el arma homicida, una pistola Bersa Thunder calibre .40 con mira láser secuestrada en su casa y, además, una pericia detectó residuos de disparos en una mano y tres pendras de vestir suyas. (Télam)