Nahuel Vargas acusó a Pilepich por el asesinato del empresario Pérez Algaba
Nahuel Vargas, uno de los principales sospechosos y el último detenido, acusó ante la Justicia a Maximiliano Pilepich de haber sido el autor del crimen y señaló a otro de los imputados como la persona que descuartizó el cadáver.

En su indagatoria ante el fiscal Marcelo Domínguez, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Lomas de Zamora, Vargas (43) admitió que “Lechuga” Pérez Algaba recibió dos balazos por la espalda mientras cambiaba unas “lamparitas” en una de las oficinas que habían sido montadas en el establecimiento inmobiliario “Renacer”, de General Rodríguez, y que esa construcción fue demolida tras el crimen para “tapar” el hecho.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailAdemás, afirmó que, tras el crimen, el autor de los disparos le dijo: “Ya está, no aguantaba más, hay límites”, en referencia a las exigencias de una deuda por parte de Pérez Algaba.
Fuentes judiciales aseguraron a Télam que el exsocio y amigo del empresario asesinado quedó acusado, al igual que los otros ocho imputados y detenidos por el caso, del delito de “homicidio cuádruplemente agravado por el uso de arma, alevosía, codicia y el concurso premeditado de dos o más personas”, el cual prevé la pena de prisión perpetua.
En tanto, la primera de las detenidas por el hecho, la mujer trans Alma Nicol Chamorro que fue quien tenía en su poder la valija roja en la que fue hallado el cadáver del empresario, fue excarcelada ayer a pedido del fiscal del caso.
Vargas relató al fiscal Domínguez que entre las 16 y las 16.20 del 18 de julio pasado se trasladó hacia el predio “Renacer” en la camioneta Range Rover Evoque blanca con techo negro a pedido de Pérez Algaba, porque éste quería encontrarse con Pilepich (45) para reclamarle una suma de dinero que le debía.
Según dijo, la discusión se originó porque Pilepich le dijo a Pérez Algaba que no le iba a poder saldar la deuda que mantenía con él, de unos 50 mil dólares.
En su indagatoria, a la que tuvo acceso Télam, el detenido explicó que tras una conversación en duros términos que mantuvieron sentados alrededor de una mesa en las oficinas, decidieron salir a comprar a un supermercado chino unas gaseosas y energizantes y, allí, Pilepich compró “lamparitas para iluminar la casa de campo (de Renacer) porque se estaba metiendo gente”.
“En la segunda habitación a la izquierda la luz que había que cambiar estaba alta, entonces Fernando que era el más alto de los tres, toma una silla, y se para en la silla para cambiar la luz”, declaró Vargas.
El acusado explicó que en ese momento salió del lugar a pedido de Pilepich para abrir una ventana y, en ese momento, escuchó los dos balazos.
Cuando regresó, el imputado explicó que Pilepich le dijo: “Ya está, no aguantaba más, hay límites”.
La autopsia determinó que el empresario recibió dos balazos por la espalda y que el descuartizamiento se concretó cuando el hombre ya estaba fallecido.
Vargas agregó que, además del tema económico, “Maxi (por Pilepich) estaba enojado porque Fernando había agregado al Instagram a su hija de 13 años y le escribía, y luego realizaba capturas de pantalla y se las enviaba para provocarlo”. (Télam)