Necrológicas

ALICIA BEATRIZ ELICHIRIBEHETY
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Nació el 30 de noviembre de 1942, en Tandil. Falleció a los 82 años, el 8 de abril de 2025.
“Osvaldo y Mariana eran empleados rurales. Trabajaban de puesteros en la zona de Azucena.
A mediados de noviembre, Mariana llegó a Tandil para quedarse en la casa de su madre porque ya nacería su primogénita. El 30/11/1942, en el Hospital Ramón Santamarina, nació Alicia Beatriz Elichiribehety, ‘Pirucha’.
La familia volvió al campo a seguir trabajando y creciendo: llegaron Sara, Mirta Susana y Julio.
Alicia volvió a la casa de su abuela materna para cursar un año de escolaridad primaria en la escuela Nº 5 de Tandil.
Luego, todos se mudaron a los alrededores de Sierra de los Padres para trabajar en uno de los primeros tambos mecánicos.
Cuando ‘Pirucha’ tenía 17 años se instalaron en la ciudad, en el corazón de Villa Italia.
Allí ‘Pirucha’ fue muy feliz en su amado Unión y Progreso. Esta institución la hizo sentir muy querida y respetada, en ella estableció fraternos lazos afectivos.
Disfrutó de las plantas, flores y de pasar tiempo en el jardín. Recibió la llegada de cada uno de sus siete sobrinos.
Era amante de los animales, tejedora de muchas prendas de lana, interesada en la política, creyente y enamorada de la música.
Dueña de una transparencia incomparable, simple, inocente, por momentos caprichosa, alegre, sobre todo sonriente. Compartió parte de su edad adulta en el hogar que le completó su vida de mimos, cuidados y compañía de amigas.
Con asistencia perfecta en las reuniones y fiestas familiares, ‘Pirucha’ supo enseñarnos que el amor y lo importante está en lo simple y cotidiano.
El 8 de abril, a sus 82 años, su corazón quiso comenzar a palpitar en el cielo para acompañarnos a todos los que la queremos, desde lo alto”.
EDUARDO ABEL GALVÁN

Nació en Tandil el 29 de septiembre de 1951. Murió a los 73 años, el 13 de abril de 2025.
Vivió toda su infancia en Constitución entre Roca y 11 de Septiembre.
“Fue hijo de Lorenza Aróztegui y Abel Galván y hermano de Olga y Alberto, hizo la primaria en la Escuela 34, luego concurrió a la Técnica N° 2 y, siendo adolescente, partió a la Escuela Naval, donde se tituló de Electromecánico Naval. Fue funcionario activo de la Armada y luego se dedicó a la Marina Mercante.
Cuando niño, integró el trío folclórico Huincaché y también Los Cantores del Cerro, con cuyos integrantes mantenía algún contacto hasta ahora. Le gustaban las carreras de autos desde joven. Por motivos laborales, Eduardo no estuvo permanentemente en Tandil pero recordaba su ciudad con cariño. Desde 2015 a la fecha, estaba establecido en la ciudad con su esposa y su hijo menor.
Lo sobreviven su esposa Karen Ramos y sus hijos Andrea, Ricardo y Daniel, además de sus nietos y bisnieta”.
HELENA HOEFFNER DE ABELLA

Nació el 14 de marzo de 1934 en Capital Federal, donde falleció a los 91 años, el 7 de abril de 2025.
“Se casó con Enrique José Abella el 15 de octubre de 1954. Tuvieron seis hijos. Helena se mudó a Tandil en 1984, los años trajeron 18 nietos y 11 bisnietos.
Helena tenía una profunda fe que compartió durante muchos años en el movimiento apostólico de Schoenstatt, donde tuvo un papel muy especial en la Rama de Madres y además asumió una participación muy activa en las parroquias de esta ciudad y también como catequista.
Dedicó su vida a su familia, dejando una profunda huella en sus hijos, nietos y bisnietos que disfrutaban su humor y su alegría. También supo cosechar muchas amistades profundas fundadas en la fe.
Falleció el 7 de abril en CABA, a los 91 años. Sus restos fueron trasladados a esta ciudad y la despedimos con una lindísima misa en Pradera de Paz.
Extrañaremos sus acertados consejos. Nos deja sus enseñanzas y su gran cariño.
Hasta que nos volvamos a encontrar...te llevamos en nuestro corazón, queridísima Mamama”.
MARCOS MARTÍN PEREYRA YRAOLA

Nació el 14 de diciembre de 1930. Falleció a los 94 años el 10 de abril de 2025.
“Fue el segundo hijo de Martín Pereyra Yraola y Josefina Bosch. Perdió a su padre a los cuatro años. Se graduó de Bachiller en el Colegio del Salvador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, luego empezó la carrera de Arquitectura, que dejó para vivir y dedicarse al campo.
Su larga y exitosa trayectoria agropecuaria, su caballerosidad y su honestidad absoluta hicieron de él una persona más que valorada por quienes lo conocieron. Fue hacendado y prudente administrador de establecimientos en diferentes localidades de la provincia de Buenos Aires.
Trabajó arduamente por conservar y mejorar la raza de bovinos Hereford, que fuera introducida al país en 1862, desde Inglaterra, por su antepasado Leonardo Pereyra. Fue un referente de la raza, participando en muchas exposiciones desde Corrientes hasta Río Colorado, y en reiteradas oportunidades en Palermo. Fue vicepresidente de la Asociación Hereford y también jurado de exposiciones, dentro y fuera del país. De la raza, siempre se inclinó por el astado por sobre el mocho.
En 1978, importó de Austria la raza de bovinos Pinzgauer, con doble propósito: producción de carne de alta calidad y excelente capacidad lechera.
Hombre conocedor de las mejores tradiciones camperas con vocación incansable por el trabajo. Le gustaba esperar el despertar del día…
Gran observador y amante de la naturaleza, atento al cuidado del prójimo, de los suelos y de los animales. Patrón respetado, y reconocido por el personal como ‘Don Marcos’.
Patriarca de esta época. Crisol de virtudes. Padre ejemplar, marido, abuelo, bisabuelo de profundas convicciones religiosas que supo transmitir a su familia. Hombre sereno y paciente, de natural simpatía. De pocas palabras y mucho ejemplo. De buen consejo, equilibrado y acertado cuando se lo pedían. Y, cuando su sabiduría le indicaba la precisa oportunidad, daba su parecer. Querido y admirado. Supo rodearse de grandes amigos y muy buena gente para el trabajo. Siempre tuvo muy presente a su familia. Disfrutaba pasar tiempo con su mujer Mercedes de Anchorena -con quien cumplió 68 años de casado-, con sus 6 hijos: Mercedes, Marcos, Marina, Magdalena, Marcial y Nicolás, hijos políticos, nietos, y primeros bisnietos.
‘Hombre de una sola pieza, bueno por dónde lo mires’, así lo definió su primo y amigo el sacerdote Marcelo Bustillo, en la misa de despedida en la Capilla Sagrado Corazón de Jesús, de la Estancia Tandileofú, donde fue velado. La Capilla data de 1915, lugar emblemático donde se veló también a su padre, se celebraron y siguen celebrando misas, bautismos, primeras comuniones, casamientos de la familia y de gente que trabajó en el establecimiento”.