Diego, único
Eso que sentís cuando ves las imágenes. Ese querer estar ahí. Esas ganas de cantar “Maradó, Maradó, Maradó”. Esas ganas de recorrer todo el camino. Esas lágrimas que se mezclan con sonrisa y admiración.
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El pueblo salió a la calle una vez más en su historia. No existen registros contemporáneos de lo que vimos a través de la televisión o del streaming de los medios digitales. Podrán decir el de Néstor Kirchner como el último, hace 10 años atrás, en Casa Rosada, cuando fueron dos días de velatorio. El de Raúl Alfonsín, en Congreso, también reunió mucha gente. Pero este, es distinto, diferente. Trascendió todo.
Gente, gente y gente. Todos querían decirle “GRACIAS”. Porque para un pueblo futbolero como el argentino, Maradona era todo lo que estaba bien. Nuestras contradicciones. Nuestras fortalezas y debilidades. Diego nos regaló su magia, nos demostró que la superación personal es posible, sí, pero que los valores de hacerlo de forma colectiva como en México 86 es mucho más. Y que la defensa de los colores patrios resulta imprescindible para todos.
No se pueden describir las imágenes de las miles de personas que estuvieron en Plaza de Mayo, y de las otras miles que siguieron el cortejo por la autopista. ¿Lo viste? Solo alguien como Maradona es capaz de generar la devoción popular.
Familias enteras, generaciones rendidas, una vez más, a los pies de Maradona y su leyenda. Nos atraviesa la vida, nos recorre el sentir argentino como nadie . Imposible no emocionarse una vez más con él… y por él.
Son palabras simples que no alcanzan para decir GRACIAS DIEGO ni para explicar lo que nos dejó (y su legado eterno).
“Qué me importa lo que Diego hizo con su vida, me importa lo que hizo con la mía”, decía Fontanarrosa. Y así, decir, las últimas palabras de Maradona a un medio,cuando cumplió 60 años:
-Levantá la copa por tu cumpleaños y pedí un deseo para todos los argentinos.
-Mi deseo es que pase cuanto antes esta pandemia y que mi Argentina pueda salir adelante. Quiero que todos los argentinos estén bien, tenemos un país hermoso y confío en que nuestro Presidente va a poder sacarnos de este momento. Me da mucha pena cuando veo chicos que no tienen para comer, yo sé lo que es pasar hambre, sé lo que se siente en la panza cuando no comés por varios días y eso no puede pasar en mi país. Ese es mi deseo, ver a los argentinos felices, con trabajo y comiendo todos los días.