La capacitación como póliza de futuro
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El sector asegurador argentino transita una fase de transición estratégica en un mercado con un enorme potencial de expansión, pero es necesario revertir la baja penetración de productos e incrementar la cultura del seguro, fortaleciendo la cartera actual con productos innovadores: microseguros, seguros inclusivos y solidarios, seguros paramétricos, on-demand y contra riesgos tecnológicos pueden ampliar el mercado e impulsar un nuevo crecimiento.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl ecosistema ha operado bajo una alta volatilidad que complicó la planificación a largo plazo, y las presiones y los cambios en el escenario actual requieren recomponer la estrategia de negocios.
A pesar de una marcada desaceleración, la inflación acumulada persiste como un desafío estructural. Su efecto más nocivo es el descalce financiero. Por lo tanto, el objetivo ya no es depender del rendimiento financiero, sino alcanzar una rentabilidad técnica sostenible, demandando una suscripción más rigurosa y un control detallado de los siniestros.
A este cambio de eje en la lógica del mercado, se suma el enfoque gubernamental para el sector, que anticipa nuevas regulaciones.
Este escenario requiere ser abordado con recursos innovadores, con el necesario ajuste técnico operativo no alcanza. El desafío más importante es repensar la gestión de manera integral, incorporar tecnología, redimensionar el management y revisar las prácticas individuales y organizacionales. Puede sonar abstracto, pero son realidades que es vital incorporar en la gestión.
Frente a la complejidad del entorno, el sector no puede limitarse a “mejorar el pasado” con iniciativas funcionales aisladas, hay que cambiar radicalmente. Sumar de a poco novedades suele aumentar el estrés organizacional y no necesariamente mejora la eficiencia. La capacitación, la gestión del talento y el desarrollo organizacional son, en esencia, la póliza de futuro de la industria.
La respuesta a estas exigencias sistémicas debe impulsar cambios profundos. Se deben evitar las estructuras en silos, donde no hay diálogo entre las diferentes áreas, y combatir la cultura de aversión al riesgo que frena la innovación tecnológica; por ejemplo, la IA que ya no es el futuro, sino el presente. Hay que reconstruir el espíritu del negocio.
Se deben revisar las estructuras, los procesos y los sistemas e integrar planes que involucren una mirada conjunta de todas las áreas para fortalecer el desarrollo de negocios. Los enfoques específicos al interior de la empresa son útiles para fortalecer la eficiencia, pero sin integrarse en un todo, juegan en contra.
El management de hoy requiere una gestión estratégica y adaptativa y fomentar la transformación cultural. Esto implica:
Enfoque integral de la formación del capital humano: la formación gerencial y directiva debe potenciar el conocimiento técnico e incorporar habilidades blandas, como la adaptabilidad, la comunicación, visión estratégica y el liderazgo del cambio, y la formación para la innovación continua que están produciendo las nuevas tecnologías y la IA.
Desarrollo organizacional: implementar nuevas metodologías para recrear la dinámica interna, fomentar la colaboración entre las áreas y resignificar la visión compartida centrada en el cliente.
Gestión estratégica del talento: atraer y retener perfiles técnicos y, al mismo tiempo, capacitar a los managers actuales en gestión de negocios desde un enfoque estratégico integral.
Solo con un liderazgo y capital humano fortalecidos y una organización dinámica y flexible se podrá dejar atrás la volatilidad crónica y encarar el futuro. Hay un destino manifiesto y es convertirse en un pilar fundamental del desarrollo, para pasar de un casi 3% del PBI a duplicar la capacidad de impacto positivo en la economía. Invertir en capacitar el talento es asegurar el futuro.
[Universidad del Salvador. Facultad de Ciencias Económicas]