Somos hijos de esta pandemia
No podemos saltar este momento mágicamente, ya somos hijos de esta Pandemia, de un acontecimiento global nadie puede salir, así como nadie puede salir de su propia piel.
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Un virus en un mundo hiperdesarrollado y patologizado por la modernidad al que nos fuimos adaptando gradualmente condiciona a todos ahora al distanciamiento social, aislamiento, despedir a seres queridos sin presencia y a sentimientos de soledad o miedo a la muerte. Hay una nueva adaptación al cual arreglarse.
La vida necesariamente tomada por la mirada biológica, sujecionada en este momento a la ciencia y a medidas de cuidado entre los cuerpos, en Salud Mental distanció “la vida social” , lo interhumano, esto provocó reacciones bruscas y separación social-psíquica y política de los ciudadanos (negacionismo sobre la gravedad de la enfermedad por ej.).
Esto vino para quedarse, ya comenzó una nueva Edad del Mundo. La Política, la economía, la Ciencia y la Tecnología deberán volver la mirada al cuidado de la salud, la alimentación, la educación y demás derechos postergados a grandes sectores de la población: reclamemos eso y acatemos las medidas de cuidado; oponerse genera más grieta y odio, eso es peligroso para la Salud mental.
Casi ya no hay camas, y nuestra economía está derrumbada. Esto es lo pendiente de la Política durante toda nuestra democracia desde 1983, lo que hace que la gente no tenga la atención adecuada. Reclamemos eso a la Democracia, una mirada nueva que no confunda a la gente como lo hace la guerra de los medios de comunicación, unos contra otros, con crueldad, donde no se construye nada.
Para finalizar, acatemos “todos” las medidas de cuidado para la protección de la vida y nuestra Salud Mental. Abracémonos a alguna pasión que tengamos, eso es en soledad y singular; entra por la piel, se vive la sonoridad de la vida en el cuerpo y así no caeremos en la angustia y en la inercia ante la vida.
* Especialista en Psiquiatría y Psicología Medica
M.P. 112358.