Declive y deterioro cognitivo: acciones de prevención y factores de riesgo a reducir
“Se puede llegar muy bien cognitivamente, como se puede llegar muy bien físicamente a una edad adulta mayor con cambios menores en el sentido en que no limitan la autonomía o independencia de las personas", resaltó la especislista Ana Bonifacio.

En la sociedad hay un folklore popular o “muchos mitos en relación a que si ‘sos viejo’ necesariamente vas a estar deteriorado”, resaltó la licenciada Ana Bonifacio, psicóloga, especializada en Neuropsicología del Envejecimiento y Cardiopsicología.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn diálogo con Eco Salud de El Eco Multimedios destacó que la atención, la memoria, el lenguaje, la percepción espacial, visual, todo lo que es transparente como planificar, pensar, y razonar, conforman el mundo cognitivo de una persona.

“Se puede llegar muy bien cognitivamente, como se puede llegar muy bien físicamente a una edad adulta mayor con cambios menores en el sentido en que no limitan tu autonomía, tu independencia. Vos podes decidir sobre tu vida y ejecutar desde los aspectos cognitivos aquella vida que decidís para vos mismo”, subrayó la especialista.
Declive y deterioro cognitivo
“A mí me gustaría incorporar otro concepto que es declive cognitivo y deterioro cognitivo”, puntualizó la psicóloga.
Sobre ese punto explicó que “el declive cognitivo es un descenso asociado a cambios fisiológicos, es decir, naturales de la edad: estar un poco más lento, tener alguna dificultad en la recuperación de los datos, en la memoria, como por ejemplo ‘no me sale una palabra’, que después de los 50 años suele suceder y se puede agudizar un poco más. Son cambios esperables para la edad, pero nadie espera que una persona mayor, un adulto mayor, esté desorientado en tiempo y espacio si no tiene una patología”, puntualizó.
En cuanto al deterioro cognitivo, la especialista diferenció que ya no se trata de una disminución, sino que “es una alteración que tiene que ver más con lo patológico, que puede ir desde un grado leve hasta hacer que una persona sea completamente dependiente del cuidado de otras”.
En este aspecto remarcó que “hay múltiples causas que pueden ser neurológicas, pueden comprometer de manera evolutiva este deterioro, o también puede haber causas más sistémicas como cardiovasculares. El corazón y el cerebro son un eje y lo que le hace bien o mal al corazón va a afectar el funcionamiento neurocognitivo y viceversa”.
Asimismo, la especialista detalló que “también puede haber enfermedades del cerebro como la enfermedad de Alzheimer o las demencias primarias. Es aquello que afecta el funcionamiento cerebral en la fisiología, vas a tener una patología o puede la persona tener una cuestión endócrina que afecte el funcionamiento, por ejemplo, falta de vitaminas, de ácido fólico, dislipemia, diabetes, porque todos somos uno, el sistema vascular es el mismo. Es como la cañería de tu casa, si tenés oxidado en una punta va a repercutir en otro punto, entonces, la salud vascular es determinante de la salud cerebral y de órganos privilegiados”, remarcó.

Además consideró que “podemos tener infecciones en el cerebro y eso también nos podría causar deterioro cognitivo como encefalitis herpética, una infección de HIV podría producir una alteración cerebral, por hongos por diferentes condiciones que son las menos, por suerte, pero que también podrían producir deterioro cognitivo”.
La especialista aclaró que “por los cambios que se asocian a la edad no deberíamos tener deterioro, deberíamos tener una declinación”, sin embargo explicó que “si una persona mayor que no tiene una enfermedad neurodegenerativa pero es sedentaria, fuma, toma alcohol, se alimenta con comidas cargadas en grasas, con mucha sal, lo que era esperable como declive posiblemente se agudice porque está contribuyendo a no tener una buena salud integral”.
Factores de riesgo y de protección
La licenciada Bonifacio indicó que al paciente le explica que hay factores de riesgo y factores de protección. Y en ese sentido, indicó que hay que disminuir los factores de riesgo y aumentar los factores de protección. “Otro mensaje que quiero dejar es que siempre hay un montón de cosas que se pueden hacer, tanto desde la intervención médica, lo farmacológico como de aspectos psicosociales, psicológicos, intervenciones desde otras disciplinas, siempre hay para hacer por el paciente, por la familia y lo social”, remarcó.
Los factores de riesgo pueden profundizar un deterioro cognitivo “que ya está presente o justamente predisponerte a la aparición del deterioro cognitivo, que tal vez si controlaras los factores de riesgo tempranamente no aparecería el deterioro”, advirtió, al tiempo que especificó que “los factores de protección tienen que ver con no fumar, disminución del alcohol, aumento de la actividad física, la consulta precoz con el médico y no desestimar las quejas cognitivas”, entre otras acciones.
El rol de lo emocional
La especialista explicó que “nuestro desempeño cognitivo está vinculado a la emocionalidad, a cómo estamos en un determinado momento de la vida, o a la motivación que nos despiertan los temas. De hecho hay demencia secundaria al estado anímico depresivo, y la ansiedad también es un factor que disminuye la performance cognitiva, la depresión puede profundizar un camino de deterioro”, indicó.
Y remarcó que “disminuir esto que nos hace daño e incorporar actividad cognitiva que puede ser con un especialista o pueden ser actividades informales como estudiar un idioma, una carrera, hacer cursos, leer, viajar, mantener los amigos, aprender cosas nuevas”, son acciones a realizar por la persona. “Nuestro cerebro tiende a hacer una economía e ir por la ruta ya conocida, por eso la importancia de experimentar sensaciones nuevas que es lo que hacemos cuando somos chicos, estar lejos del aislamiento”, y remarcó que “el estrés es otro factor que colabora con el deterioro, entonces las prácticas contemplativas, practicar yoga, sentarse en la naturaleza contribuyen a la armonía del ser y eso va a redundar en un buen estado cognitivo”.