ECO SALUD
Distorsiones cognitivas: una forma particular de procesar la información
Condicionan las emociones y comportamientos. Es importante aprender a identificarlas y detectar en qué momentos se presentan y lo que generan para poder manejarlas.
Las distorsiones cognitivas son interpretaciones erróneas de las situaciones, que las tenemos todos y no necesariamente implica hablar de patología, aunque en patologías de salud mental se presentan con mayor frecuencia y con mayor intensidad. Así lo describió Silvina Grill, doctora en Psicología, especializada trastornos de ansiedad y depresión en adultos.
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En diálogo con Eco Salud de El Eco Multimedios, la especialista explicó que “el modelo desde el cual trabajamos es el cognitivo conductual a partir del cual en realidad lo que se piensa es la realidad en sí, cómo uno la interpreta y la percibe y no tanto como se presenta, porque todos la vemos de manera diferente”.
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Y en ese punto remarcó que ese modelo “es la interpretación que yo hago de esa realidad, la que me lleva a actuar de una determinada manera”.
La doctora Grill indicó que cuando una persona interpreta la realidad de una manera errónea o hace una mala interpretación de la misma, “esto te lleva a sentirte de una manera que quizás es indeseada generando emociones que son más bien negativas y, por ende, actuamos en consecuencia, entonces también nuestro comportamiento se ve afectado por la interpretación y por la emoción que me ha generado esa interpretación”.
Cómo darse cuenta de una distorsión cognitiva
El aspecto más difícil es darse cuenta de una distorsión cognitiva, “quizás el que más requiere de ayuda”, apuntó la especialista. “Se puede presentar de esta manera: cuando alguien de afuera que funciona como una especie de espejo nos puede decir frases como ´vos siempre pensás lo mismo, decís lo mismo, haces la mismas cosas´ o ´siempre interpretas todo de esta manera´ y a veces si uno tiene una postura autocrítica puede encontrar algo de esto”.
“¿Por qué con todas las personas yo tengo el mismo problema, ante todas estas situaciones pienso lo mismo?, y eso nos da cuenta de un patrón de funcionamiento que se repite y que si en esa repetición yo también percibo que hay una emoción que acompaña y que es mala o que es negativa o que me genera malestar o un conflicto con el otro, entonces a partir de ello puedo pensar que hay una distorsión cognitiva”, subrayó Grill.
Cuando se presentan esas situaciones hay que pensar también que “va de la mano de lo previo, el ambiente en el que uno fue criado, de creencias que son fundamentales en la personalidad de uno, y a partir de ello es que vamos interpretando la realidad de ese modo”.
A modo de ejemplo, la doctora en Psicología describió: “si yo crecí en un ambiente negativo donde nunca se valoró nada de lo que hice probablemente puedan existir distorsiones cognitivas que estén relacionadas con esto”.
El primer paso en la distorsión cognitiva
“La detección del problema es el primer paso para después poder encontrarle la solución”, remarcó la especialista, al tiempo que destacó que en ese sentido “a veces es difícil porque son muy automáticas y estamos tan habituados a tener los mismos pensamientos que es difícil hacerlos conscientes”.
Y para ello es importante para detectarlas el trabajo de autoobservación y autoconocimiento, “y luego ver cuando aparecen, ante qué situaciones, que es lo que me generan y a partir de ahí poder empezar a pensar interpretaciones alternativas de la misma situación”, apuntó Grill.
Tipos de distorsiones cognitivas
El psicólogo Aaron Beck, uno de los autores más representativos del modelo cognitivo conductual, habla de seis distorsiones cognitivas que son las que más destaca, aunque después aparecen algunas más.
“Una de ellas se llama personalización, en la que la persona escucha en una reunión de trabajo que comentan que algunas personas no se están desempeñando del mejor modo y la distorsión cognitiva lleva a pensar que seguro que lo que está diciendo es por mí”, explicó la doctora en psicología.
Otro caso es el de maximización o minimización, “que se denomina así porque uno maximiza los errores y minimiza los logros”; también aparece alguna relacionada con la generalización, donde “a partir de un único aspecto yo saco una conclusión y la generalizo: si yo no pude con esto no voy a poder con nada”, describió.
Cómo es el abordaje
Como se destacó, el primer paso es detectarlo y luego se inicia el trabajo, en el que “en principio lo que tenemos para cambiar es nuestro comportamiento. Si uno detecta que ante la mayor parte de las situaciones hago una interpretación negativa, a partir de eso puedo modificar mi comportamiento”, señaló Grill.
“Si una situación me lleva a aislarme y encerrarme, lo que hago es lo opuesto. A pesar de pensar lo mismo, sentir ansiedad o nerviosismo, me quedo en el lugar y establezco el vínculo social igual y eso me brinda a mí la posibilidad de tener información que es opuesta a lo que me está diciendo mi pensamiento, y ahí empieza esa contradicción interna donde yo no confirmo lo que estoy pensando”, manifestó la doctora en Psicología.
Y remarcó que “hay muchas estrategias de afrontamiento, lo importante es no rigidizar una sola”.
La especialista puntualizó que “hoy la salud mental está más desde un recurso al que se puede recurrir para recibir ayuda o resolver algunos problemas, no es que los resuelve el terapeuta, sino, la misma persona con herramientas para encauzar esas situaciones porque se trata de generar independencia en ese sentido”.
Y concluyó que se trata de que “el paciente pueda construir distintos modos de resolución de los problemas para prescindir de la terapia”.
La doctora en Psicología, Silvina Grill, atiende en el espacio Sabiamente Neurociencias, ubicado en Rodríguez 769. Para más información se puede consultar en el Instagram de la institución: @sabiamente_neurociencias