ECO SALUD
Neurogastroenterología: la relación entre el cerebro y el intestino
Las relaciones bidireccionales en torno al accionar del sistema nervioso central sobre la estructura celular responsable de controlar nuestras funciones gastrointestinales. El abordaje es de forma multidisciplinaria. Avances constantes en la investigación.
La interrelación entre el cerebro y el intestino es abordada por la neurogastroenterología, y en el último tiempo se ha instalado el concepto de que el intestino es el segundo cerebro que funciona en nuestro organismo.
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“La expresión de que el intestino es el segundo cerebro es por la cantidad de neuronas que hay en el tubo digestivo, que es igual o mayor de la que hay en el sistema nervioso”, indicó el doctor Esteban Promenzio, especialista jerarquizado en Gastroenterología y Endoscopía Digestiva.
En diálogo con Eco Salud de El Eco Multimedios, el especialista explicó que “cada día se aprende más que las relaciones son bidireccionales y tanto el sistema nervioso central, principalmente a través de situaciones estresantes que vivimos a diario, actúa sobre el sistema nervioso entérico (la estructura celular responsable de controlar nuestras funciones gastrointestinales) y es el responsable de muchos de los síntomas que tienen los pacientes”.
Y a su vez, “distintos estímulos que más que nada provienen de la dieta, a veces de medicamentos o de distintas sustancias actuando sobre el intestino por vías que llegan al sistema nervioso central, también se perciben como síntomas”, y por eso se dice que es bidireccional.
Promenzio manifestó que “a esto se agrega una tercera cosa que surgió en los últimos años que es lo que se llama la microbiota o microbioma intestinal, que constituye un grupo de bacterias de diversas especies, aunque también algunos virus, hongos o parásitos, que están como comensales habituales del intestino y que interaccionan con el intestino y forman parte de lo que se llama la barrera intestinal, que es lo que nos separa del mundo externo”.
El especialista subrayó que cada persona tiene su propia microbiota y hoy en día se están tratando de establecer patrones de lo que es la eubiosis, que sería la microbiota normal, y la disbiosis, esto es, una microbiota alterada y que “se están tratando de establecer distintos patrones que tienen que ver con más inflamatorios y que se vinculan con patologías, enfermedades inflamatorias intestinales y extraintestinales”.
Y sobre este punto, Promenzio ejemplificó que “hay muchos estudios sobre los efectos de la microbiota con la enfermedad de Parkinson, o sea, es un mundo a descubrir todas estas relaciones que pueda haber en muchas enfermedades autoinmunes”.
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Asimismo, “también tendría que ver la microbiota en sí y lo que es importante es que hay distintos factores que se podrían tomar para tratar de modificar esta microbiota o regularizarla, para evitar determinados síntomas”, apuntó.
La neurogastroenterología: la relación cerebro - intestino
La neurogastroenterología es una subespecialidad dentro de la especialidad de gastroenterología y, principalmente, “se ocupa de estudiar las relaciones entre el sistema nervioso central y el sistema nervioso entérico, entendiendo esto lo que se llama el eje cerebro-intestinal que modula distintas actividades del sistema digestivo como motoras, endócrinas, secretoras e inmunológicas”, indicó el especialista.
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“Es un tema por demás complejo y hace poco de su nacimiento, por lo que le queda bastante por desarrollar e investigar”, remarcó.
Síntomas que unen el sistema nervioso y el intestino
La patología funcional digestiva es hoy en día el 70 u 80 por ciento de la consulta a un gastroenterólogo y pueden ser dolor y distensión abdominal, eructos, saciedad precoz, cólicos, diarrea o constipación.
“Lo primero que tenemos que descartar son los síntomas de alarma como pueden ser sangrado, anemia, antecedentes familiares de cáncer de colon, principalmente, y decidir cual tendría que ser la metodología de estudio de ese paciente”, puntualizó Promenzio.
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Y agregó que si la persona “tiene determinadas pautas de alarma primero hay que descartar patología orgánica y luego nos abocamos más al estudio de estas patologías en las que se enfoca la neurogastroenterología”.
“Si bien estas patologías se ven en la edad media de la vida, cada vez se observan consultas de chicos más jóvenes con cuadros funcionales. Y tiene que ver con el modo en el que vivimos que condiciona que aparezcan en edades más tempranas”, apuntó.
Cómo es el abordaje con el paciente
El doctor Promenzio manifestó que “para nosotros esto es un desafío porque implica un trabajo multidisciplinario y el objetivo que perseguimos es el abordaje integral del paciente, como hay un eje cerebro-intestino, tratar de abordarlo de esa manera”.
“Por eso trabajamos en conjunto con especialistas en nutrición, en salud mental como psicólogos o psiquiatras, además nos apoyamos en bioquímicos que pueden hacer determinados dosajes que nosotros necesitamos para esta especialidad”.
Ante esta forma de abordaje de las patologías de los pacientes donde interviene la neurogastroenterología, el especialista destacó que a las personas “les explicamos de qué se tratan este tipo de patologías, que no sólo lo va a curar el gastroenterólogo y que no tiene que tomarlo como que uno se saca de encima a la persona porque es derivado a otras especialidades, sino, que es tratar de abordar la mayor cantidad de aristas del tema para poder llegar a una solución o a lo mejor que le podamos brindar”, remarcó.
Qué rol juegan el estrés y lo emocional
El doctor Promenzio explicó que el estrés “puede ser un factor desencadenante en el desarrollo de determinadas enfermedades y en otras ocasiones puede actuar como un gatillo de la aparición de determinados síntomas”.
Asimismo manifestó que “la cuestión emocional muchas veces tiene que ver y tratamos de trabajarlo desde distintos puntos. A veces es necesario alguna medicación, la terapia o el paciente se puede beneficiar de alguna terapia alternativa como el yoga, determinadas cosas que le permitan evitar el estrés o llevarlo lo mejor posible”.
El especialista apuntó que “en estas patologías no hay recetas mágicas, el tratamiento es mucho más personalizado, interviene mucho más la relación médico-paciente para que se sienta contenido en determinados aspectos, eso también ayuda y es gran parte el éxito terapéutico”.
Las investigaciones y avances en neurogastroenterología
El gastroenterólogo indicó que hace unos años en los congresos de gastroenterología “se empezó a hablar de algo que para nosotros era bastante escatológico como la materia fecal, por ejemplo, como método para restablecer el estado de eubiosis y hoy en día está probado para el tratamiento de determinadas patologías muy específicas como colitis pseudomembranosa que es por antibióticos y en casos graves se puede utilizar esto”.
Pero destacó que en el medio “hay muchas investigaciones que se están llevando a cabo y que podrían modificar el curso de algunas patologías como enfermedad celíaca o inflamatoria intestinal, por ejemplo”.
“Y esto abre una gama de probables tratamientos con lo que se llama probióticos (bacterias vivas) y prebióticos (bacterias muertas) que ayudan a repoblar el intestino con las bacterias que consideramos saludables. Faltan algunos estudios como para demostrar la efectividad en las distintas patologías”, subrayó.
Al doctor Esteban Promenzio lo pueden encontrar en el Instituto Otorrinolaringólogo Tandil (IOT) o en los consultorios externos de la Clínica Chacabuco.