Tras purgar la condena por intentar matarla, volvió y la violó, y ahora la acosa desde la prisión

En tiempos en los que vuelve a debatirse, entre discursos y marchas, la figura del femicidio incorporado en el Código Penal como agravante, en los últimos días en la ciudad, más precisamente entre la comunidad judicial y policial, se topó con un caso típico, testigo, de lo que representa la violencia de género y los resortes legales que no siempre alcanzan.

Un hombre fue detenido en el 2013 por intentar matar a su pareja. A los dos años la justicia lo condenó y el juez del TOC 1 de aquel entonces precisamente se tomó de por esos días flamante figura penal del femicidio para enrostrarle el agravante. Fue condenado a 10 años y tres meses de prisión. A poco de cumplir dicha pena, salió en libertad y el año pasado volvió en busca de aquella mujer que casi mató. La turbulenta relación no cesó. A los meses, más precisamente en octubre,  la mujer la denunció y habló de abusos sexuales reiterados.

A partir del citado testimonio de la víctima, el hombre fue detenido el 28 de noviembre, cuando al ser notificado de los nuevos delitos endilgados se negó a prestar declaración. Se dispuso primeramente una restricción de acercamiento y se le colocó una pulsera, hasta que quedó nuevamente detenido.