Ayudaron a sofocar las llamas
Vecinos de La Elena relataron la odisea que vivieron con los incendios forestales
Colaboraron codo a codo con los Bomberos para sofocar las llamas. “Se vivieron momentos muy complejos”, contó Gabriel Duarte y destacó la solidaridad de los habitantes de la zona. “Los Bomberos en Tandil no dan abasto”, aseguró.
Un vecino de La Elena contó la odisea que vivieron con los incendios forestales y como colaboraron con los Bomberos para sofocar las llamas y evitar que llegaran a las viviendas y que hubiera heridos.
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Gabriel Duarte, explicó que “empezó a haber mucho humo como en toda la ciudad, nosotros vivimos en el corazón de La Elena en Calihue y Giaconi, cerca del Hotel Posta natural. Cada vez había más humo. Terminamos de almorzar y con mi hijo fuimos a mirar alrededor de las 15. Fuimos a la calle Giussepe Cima, que está pasando Juan B. Justo hacia el lado de la Ruta 30, se veían llamaradas”.
“Vimos como se encendía un árbol, me llamó mucho la atención porque se prendió como un fósforo y había dos casas. Empezamos a ver de qué manera ayudar, y de repente empezaron a llegar autos y camionetas, motos con gente con baldes de agua, camionetas con cisternas chicas”.
Destacó la “solidaridad” de todos los vecinos. “Cortamos unos alambres, liberamos unos caballos, y la gente se empezó a meter con ramas, toallas y trapos mojados a tratar de apagar las llamas. El viento era muy fuerte y empezó a llevar el fuego para el lado de Juan B. Justo, nos empezó a preocupar a los que vivíamos del otro lado”.
“Había una señora que vivía sola con sus hijos muy cerca de las llamas, había muchos animales, sacaron a la señora y los nenes, liberaron a los perros. Empezaron a trabajar en ese lugar los bomberos, entraban vehículos particulares que los asistían, suministrándoles agua para que pudieran beber. El viento seguía siendo intenso y cruzó la avenida”, describió.
Y explicó que “pasó por un vivero que hay en Juan B. Justo y se empezó a venir a una zona que está llena de casas, nos preocupamos muchísimo. Yo volví a mi casa, que está a dos cuadras de ahí pensando qué iba a hacer y con toda una estrategia, pensaba sacar agua de la pileta con una bomba pero cuando fui a conectar todo no había luz. Los Bomberos y la Usina por protocolo la había cortado. Así que sin luz no teníamos agua, y muchas otras cosas, así que con baldes mojamos un poco los cercos y pastizales de los terrenos baldíos”.
“El viento giró y llevó el fuego a otro sector. Así que allá nos dirigimos, y otra vez la solidaridad de los vecinos se hizo presente en la esquina de Pavón y Colibrí donde sacamos agua de una pileta grande e íbamos llevándola hacia una casa en la cual estaban trabajando Bomberos, la cual quedó delimitada por el fuego pero en pie. Se tuvo que entrar por una ventana, porque la persona no podía abrir la puerta, se vivieron momentos muy complicados”, indicó.
Luego, llegaron varias ambulancias porque había personas que habían aspirado el humo y tuvieron que ser trasladadas al Hospital, algunos incluso sin conocimiento.
Difícil de controlar
“Fue una experiencia para nada agradable, mucho susto. Era algo que no podíamos controlar, y era tratar de ir frenando el avance de las llamas como fuera, uno se siente muy indefenso ante tamaña magnitud de la naturaleza”, expresó.
Y destacó que “los Bomberos se veían desbordados, no daban abasto. Hacía dos días que estaban trabajando, había chicos que estaban sin dormir. Hay cinco por turno, los Bomberos en Tandil no dan abasto. Ellos hacían su trabajo pero los veíamos agotados. Tienen mucho equipamiento pero falta personal, vinieron de toda la zona”.
“Otra cosa que necesita Tandil y nos vamos a ocupar en hablar con el Municipio para que nos dé una mano y llamar a la solidaridad de los vecinos que tienen terrenos baldíos desocupados, que corten los pastos. El que no lo hace perjudica al otro”, enfatizó.
A la vez que agregó que “los terrenos que están con pastos altos necesitamos que los corten, es la única forma de prevenir que esto vuelva a suceder. Nos damos cuenta cuando sucede algo como esto”.