Un proyecto de ley presentado por la diputada Lucía Lorena Klug (UxP) propone cobrar un impuesto a las emisiones de metano generadas por las vacas en la provincia de Buenos Aires. La legisladora, cuyo mandato finaliza la próxima semana, sostiene que la iniciativa busca “mitigar la emisión de gas metano y hacer factible a largo plazo la actividad económica” del sector ganadero, a través de la creación de la denominada Tasa Ambiental sobre el Metano en Buenos Aires (TAMBA).

Según el proyecto, el impuesto se calcularía en función de los kilogramos de dióxido de carbono equivalente (co2e) emitidos por cada establecimiento ganadero, tomando en cuenta la cantidad de cabezas de ganado y sus características productivas. Además, se propone que los fondos recaudados se destinen a compensar las emisiones mediante la gestión de residuos sólidos urbanos, en concordancia con la Ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU).

Klug fundamenta su iniciativa en la necesidad de enfrentar los desafíos del cambio climático y sus efectos, especialmente las emisiones de gases de efecto invernadero. Según su planteo, la provincia de Buenos Aires genera un cuarto de las emisiones de GEI del país, de las cuales el 27% corresponde a metano, siendo la ganadería responsable del 19% y la gestión de residuos del 6%.

La propuesta generó una reacción inmediata del sector agropecuario. La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) consideró que “cobrar por respirar a las vacas no reduce emisiones, reduce producción”, y denunció que la ganadería bonaerense ya soporta una de las presiones impositivas más altas del país. Desde la organización destacaron que sumar una tasa al metano bovino afectaría la competitividad y el empleo, y exigieron políticas públicas basadas en datos y diálogo.

El diputado provincial Luciano Bugallo (Coalición Cívica) también cuestionó la iniciativa, señalando que “pretender imponer un nuevo ‘impuesto a los pedos de las vacas’ supera cualquier frontera de la cordura” y alertó sobre la imposibilidad de medir individualmente las emisiones de cada animal sin tecnología avanzada.

Finalmente, la Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) reforzó la crítica: “Inventar una tasa ambiental sobre el metano es simplemente seguir esquilmando al que produce, cargando más impuestos sobre quienes ya enfrentan una de las presiones fiscales más altas del planeta”, afirmaron.

El proyecto de Klug, que no cuenta con respaldo de otros legisladores, llega en el marco de su despedida del cargo y todavía debe ser debatido en la Legislatura bonaerense.

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