El Concejo busca sancionar una ordenanza que fije un marco regulatorio para la producción porcina
La propuesta se encuentra en estudio en la Comisión de Producción y se estima que podría recibir dictamen favorable para habilitar su tratamiento en la sesión del jueves próximo. La iniciativa avanza sobre los ejes salud pública, información a los consumidores y sostener la calidad de los productos asociados con la marca Tandil.
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El Concejo Deliberante avanza en el tratamiento de un proyecto de ordenanza que busca establecer y regular las obligaciones, procedimientos, metodologías y sanciones a la cadena porcina, dando un marco a los parámetros incluidos en el plan porcino presentado en 2017.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEntre los puntos principales, la propuesta apunta a alentar el crecimiento genuino de la cadena porcina local con basamento en la sostenibilidad ambiental, social y económica; apoyar el crecimiento del sistema productivo que posee una fuerte impronta de producción integrada, familiar y basada en tradiciones con agregado de valor en origen; incentivar los procesos de integración de los actores de la cadena en la economía local, sobre la base de la asociación de los integrantes; fomentar criterios óptimos de calidad; y prevenir la aparición de enfermedades derivadas del consumo, extremando los cuidados sanitarios.
El texto de la normativa en estudio, que contiene capítulos sobre la producción primaria agropecuaria; los establecimientos de las unidades de producción; la habilitación municipal; las prohibiciones; producción; comercialización; registro; y penalidades, se encuentra en tratamiento en la Comisión de Producción, Trabajo y Medioambiente, presidida por la concejal de Juntos por el Cambio, María Haydée Condino.
El estudio del proyecto tiene un avanzado estado, por lo que se estima que ingresará al recinto en la sesión prevista para el jueves próximo.
Regular la actividad
La necesidad de una norma integral surge a raíz del crecimiento de la actividad, con la radicación de criaderos de cerdos, en sintonía con la consolidación y crecimiento del sector industrial, especialmente dado en el desposte de cortes frescos y la elaboración de chacinados y embutidos.
Como respuesta a este dinamismo y expansión de la cadena de producción porcina, se creó el clúster productivo y en experiencias de trabajo asociativo dentro del sector privado, pero también existe una articulación con el sector público a través del Municipio, la Universidad Nacional del Centro, los colegios de profesionales, las cámaras e instituciones específicas.
Cuidar la marca
“Los productos generados en esta cadena son percibidos por los consumidores como de calidad diferencial asociada al origen”, explicó la concejal Juana Echezarreta, referente además del sector productivo porcino.
Un ejemplo de ello es la obtención de la Denominación de Origen del Salame de Tandil, pionera en la protección de un producto elaborado en el país.
Al ritmo del crecimiento de la cadena de producción porcina, se detectan aspectos que pueden atentar contra su propia dinámica y el prestigio de los productos que surgen de ella. “Necesitamos dar respuesta a esas problemáticas, como el caso de enfermedades zoonóticas, para reducir su impacto negativo”, ejemplificó la edil del oficialismo.
Por eso, el texto de la ordenanza refleja la necesidad de ejercer un mayor control en el ingreso de productos alimenticios, a fin de detectar los que no reúnen las condiciones higiénicas y sanitarias previstas en el Código Alimentario Argentino.
En esa línea, vale citar la legislación municipal relacionada con el tema. La Ordenanza 7.115 implementa el Plan de Lucha contra la Triquinosis; la Ordenanza 7.715 convalida el convenio de colaboración recíproca con el Círculo de Veterinarios para el diagnóstico y control de la triquinosis, y la Ordenanza 13.426 establece un acuerdo con la Facultad de Ciencias Veterinarias para el fomento de la producción porcina.
En tanto, hay legislación provincial a través de la Ley 10.510 y su Decreto reglamentario 4.933 que establece un marco con tipos de producción primaria, procesos de habilitación, prohibiciones, control de enfermedades y sanciones.
Aun así, “es necesario dar un marco regulatorio más amplio que incluya nuevas necesidades y demandas de la cadena porcina que han surgido a la luz de esta explosión de crecimiento y necesitan ser atendidas”, sostuvo la concejal Marcela Vairo.
Los ejes
Para alcanzar la meta se definen los distintos tipos de unidad productiva, desde las intensivas hasta las asociadas al autoconsumo, incluyendo un detalle de requisitos funcionales que deben cumplir.
También se establecen requisitos de habilitación; prohibiciones relativas a la crianza y alimentación de los cerdos; normas higiénicas de manipulación; rotulado de los productos y normas relativas a la comercialización y el registro.
Además, en el capítulo relativo a la promoción se establece que el Municipio podrá brindar ayudas económicas para aquellas iniciativas que promuevan mejoras de calidad y de salubridad en los productos elaborados por la cadena porcina para consumo.
Además, tenderá al desarrollo de programas destinados a mejorar la competitividad de las empresas de los sectores primario e industrial.
Con el trabajo legislativo muy adelantado, las concejalas estimaron que el proyecto sería aprobado a la brevedad.
La unanimidad
En diálogo con El Eco de Tandil, la concejal de Juntos por el Cambio, Juana Echezarreta, explicó que el proyecto de ordenanza busca otorgarle un marco regulatorio al Plan Porcino presentado en 2017, que fijó los ejes para mejorar la producción, como el agregado de estándares sanitarios a los criaderos para prevenir la triquinosis, el trabajo en la promoción de la cadena y el aspecto sanitario.
Con esa base, comenzó a elaborarse la propuesta que se presentó en agosto pasado y que se encuentra en tratamiento en el Concejo. En función de una amplia discusión entre los distintos sectores involucrados, el proyecto también llegó a todas las comisiones legislativas y, en principio, los representantes de los tres bloques no expusieron objeciones.
“Nos interesa que salga por unanimidad porque es beneficioso para el sector productivo y para la ciudad”, dijo, a la vez que valoró la labor realizada junto a Marcela Vairo.
Al repasar algunos de los puntos, destacó que avanza sobre los productores que desarrollan la actividad para el consumo y no para la venta e incluye una categoría para que “puedan tener en reglamento el criadero por la cuestión sanitaria”.
En materia de comercialización, además de destacar la producción local, busca controlar los productos que ingresan a la ciudad. “Como Tandil tiene una fama por su producción chacinera local, muchas localidades vecinas ingresan productos que no están debidamente rotulados y eso puede atentar contra la salud pública”, planteó.
A este esquema también se incorporó un sistema de multas, para lo cual se llevó adelante una tarea conjunta con la Dirección de Bromatología, que es el área encargada de observar de qué modo se pueden adecuar a la norma.
Incluso, realizaron un abordaje con los juzgados de Faltas, que serán los encargados de aplicar las multas ante las fallas detectadas.
En definitiva, Echezarreta resumió que se trata de una actividad en crecimiento y que “nos ocupa a todos, para que esto siga así”, y agregó que hubo “buena recepción de todos los espacios” políticos.