Iparraguirre llamó a entender que el “sacrificio debe ser el medio para lograr una vida digna”
Ante un gimnasio colmado, el precandidato a intendente del Frente de Todos criticó que Macri, Vidal y Lunghi “nos piden que aguantemos”. Cuestionó que hoy el trabajo sólo sirva para la “supervivencia” y llamó a los militantes a ayudar al pueblo a “comprender que hay un futuro posible”. Valoró la unidad del peronismo y arengó a las agrupaciones en el camino a octubre.
La destemplada noche serrana contrastaba con el calor de la mística peronista que se respiraba, cerca de las 20.30, en la Uni Barrial. El acto de cierre de campaña del Frente de Todos se desarrolló en el corazón de un barrio trabajador y popular, pero también en una de las sedes de la Unicen, como una inequívoca señal política. “Hay hambre en Villa Aguirre”, se escuchó fuerte y claro desde el público, en el momento de los discursos. Sobre el final, el precandidato a intendente Rogelio Iparraguirre interpeló al pueblo para que haga valer su poder con el voto y le pidió que no se acostumbre a que el esfuerzo sirve para la “supervivencia”, cuando deber ser “un medio” para una vida digna.
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En la esquina de Cuba y Darragueira, las columnas identificadas con sus banderas, presionaban para entrar al gimnasio. A las 20.30, la Barrial ya estaba colmada y la expectativa iba en aumento. Los candidatos a concejales y consejeros escolares subieron al escenario diez minutos después, y de inmediato, la ovación fue para Iparraguirre, quien entró con “Mariposa tecnicolor” de Fito Páez.
Luego de entonar las estrofas del Himno, la precandidata a consejera escolar Florencia Mena abrió la extensa lista de oradores, seguida por los aspirantes al Concejo Deliberante, la referente de los estudiantes universitarios Daiana Esnaola, el referente de Patria Grande Juan Arrizabalaga, la presidenta de la cooperadora de la Escuela 1 Guadalupe Garriz y el dirigente sindical y titular del PJ Juan Carri.
En el cierre, durante más de veinte minutos, Iparraguirre se expresó de manera enfática, pero a la vez pausada. Se dio tiempo para la emoción, con los ojos brillosos y al borde de las lágrimas, matizando su discurso con frases determinantes y sólidas.
Forjadores de un futuro
Con el típico canto “Vamos a volver, vamos a volver…”, el público alentó al precandidato que logró hilvanar la unidad de una amplia mayoría peronista en el Frente de Todos local. No alcanzó a cerrar una frase, cuando la multitud le replicó “se siente, se siente, Rogelio intendente”.
Adelante, frente al escenario, sentados en los primeros lugares de las siete filas de sillas dispuestas de punta a punta del salón, estuvieron dirigentes históricos como el exintendente Gino Pizzorno, el exministro de trabajo y exdiputado Roberto Mouillerón, la exdiputada Nora Chiacchio, Alberto “Coco” Porreca, Rubén Sentís, Corina Alexander, Tony Ferrer y Miriam Iglesias.
El candidato arrancó con menciones a la fórmula presidencial de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, y elogió la militancia del candidato a gobernador Axel Kicillof. Sobre el final, también nombró a Perón.
Transmitió a los militantes que la mejor manera de convencer a los vecinos es “ayudarlos a mirarse a sí mismos, a volver a quererse, a volver a respetarse y a volver a comprender que hay un futuro distinto y que es posible, y que depende de todos y cada uno de nosotros”.
Cargó contra “el Gobierno de corte neoliberal” por provocar “una enorme transferencia de ingresos de los asalariados, de los jubilados, hacia los sectores más poderosos de la Argentina” y cuestionó la “especulación financiera” que conduce “nuestra riqueza afuera”.
Iparraguirre sostuvo que hay algo “peor” que las “calamidades” que viven “los barrios más olvidados de Tandil” y “es acostumbrarse, empezar a vivir con los brazos bajos, con la idea de que eso es lo que me tocó en suerte en la vida”.
Confió que el cambio en esta campaña fue “empezar a transmitirle a nuestra gente que no debían ni podían acostumbrarse, que tenían que convertirse en los protagonistas, en los forjadores de un futuro y un destino mejor para cada uno de ellos”.
En esa línea, a través de la frase “a mí nadie me regaló nada”, puso en valor el trabajo, pero advirtió que “el problema es cuando ese esfuerzo y ese sacrificio sirven para la supervivencia mínima; cuando te seguís levantando a la misma hora que siempre y trabajás igual que toda la vida o más, pero solamente lo hacés para pagar la factura de la luz, del gas, para poner algo en la heladera, para alimentar a tus pibes, para vivir con la soga al cuello”.
Por eso llamó a comprender que “lo que necesitamos es volver a producir un círculo virtuoso en nuestra Argentina y en la ciudad de Tandil, donde ese esfuerzo de trabajo de tantos hombres y mujeres vuelva a valer la pena”, y puso ejemplos simples, como poder comer un asado en familia, comprar los botines para los chicos, visitar algún destino turístico del país o comprar una moto o un auto.
Aseguró que “hoy nos pide el presidente Macri y la gobernadora Vidal y el intendente Lunghi que aguantemos, que nos sacrifiquemos para vivir en la cultura del aguante”, y como contrapartida, expresó que para el peronismo “el sacrificio es un medio para lograr una vida digna y eso es lo que tenemos que salir a construir en las calles”.
Las elecciones, “un hecho casi mágico”
Junto a la intérprete en lenguaje de señas, el actual concejal arengó a la militancia a seguir en campaña durante los próximos tres días y reiteró que “las elecciones son un hecho casi mágico”, porque “hay sólo dos momentos en los que valemos todos exactamente lo mismo, en el que todos somos iguales: ante los ojos de Dios y una vez cada dos años en las urnas, a donde el voto del vecino más poderoso y rico de la ciudad vale lo mismo que el del vecino más marginado y olvidado; valen uno cada uno y eso es poder, pero sólo se convierte en poder si logramos que lo comprenda cada uno de nuestros vecinos”.
Ya en el final, se tomó un instante para escuchar el “ohhhh, vamos a volver, vamos a volver” y confió que, mientras tanto, buscaba entre el público a su hija Malvina porque necesitaba verla. Entonces, se mostró orgulloso porque “nos hemos demostrado a nosotros mismos que la unidad no era una foto, ni un listado de dirigentes” sino aprender que “todo proyecto debe ser colectivo”.
Por último, agradeció el esfuerzo militante, pidió cuidar los votos del domingo y enfatizó que “las victorias del pueblo siempre fueron posibles”. Mientras crecía la ovación, arengó a seguir el camino rumbo al 27 de octubre y cuando arrancó la Marcha Peronista, fue en busca de sus compañeros de lista.
Los matices de la unidad
Rompió el hielo en la Uni Barrial, la precandidata a consejera escolar Florencia Mena, quien reconoció la labor de los equipos técnicos del Frente de Todos y marcó que el debate político es sobre “el futuro de nuestros pibes”. También recordó aquella frase del presidente Macri, quien dijo “caer en la educación pública”.
En la arena local, cuestionó la falta de democratización y transparencia en el destino de los 40 millones de pesos estimados para el Fondo de Financiamiento Educativo, al tiempo que le achacó al oficialismo el no hacer lugar a los proyectos que presentó su espacio político.
Luego, la estudiante universitaria Daiana Esnaola agradeció la oportunidad de convertirse en la candidata a concejal más joven de la historia de Tandil. Cuestionó tanto la falta de políticas municipales, como los escasos recursos asignados al programa Empleo Joven, y levantó la causa de género, al destacar la presencia de los “pañuelos verdes”.
Juan Arrizabalaga fue el más ideológico y crítico con “este Gobierno de ricos y para ricos”. Fundamentó la unidad del Frente de Todos a partir de la “responsabilidad histórica de detener este proceso” y graficó que “nos están haciendo cag… de hambre”.
Además, auguró que “se terminó la vida larga de Lunghi” y aseguró que “vamos a acabar con 30 años de gobiernos conservadores en Tandil”. Para cerrar, prometió que “no vinimos a dejar los principios en la puerta de la Municipalidad”.
A su turno, la precandidata en segundo término, Guadalupe Garriz, manifestó “empatía con el sufrimiento del otro”, habló de las “cuentas pendientes en Tandil” y de un “retroceso infame que nos lleva a un nivel de supervivencia”.
Juan Carri fue el penúltimo orador, quien demostró su poder de convocatoria con el bullicio y las banderas de varios sindicatos. Eufórico, definió que “somos los únicos que representamos el campo popular de Tandil” y citó la frase del general “la organización es la que vence al tiempo”, para terminar con un “viva Perón, Néstor y Cristina”.
Secretaria de Redacción de El Eco de Tandil. Licenciada en Comunicación Social orientación Periodismo (UNLP)