Lunghi dejó de lanzar zapatos
Tensa reunión de gabinete en el despacho. Se escucharon retos y fuerte catarsis. Cómo sigue la gestión.

Puntualmente a las 20, tal los había convocado en la tarde noche de domingo desde un comité apagado por el feo revés electoral, los integrantes del Gabinete lunghista acudieron a la cita ineludible. Aquella la de poner rostro, el cuerpo, a la categórica derrota en las urnas después de 20 años de hegemonía, y empezar a buscar razones, explicaciones, no sin antes catarsis.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailObviamente quien comenzó a protagonizar la purga sentimental fue el propio pediatra que trabaja de intendente hasta el 2027 y ahora sabe, a fuerza de votos adversos, que el ciclo al frente de la comuna se esfuma indefectiblemente, sin visos hasta ahora de lograr retener la intendencia con un soldado de la gestión, la que recibió un lapidario mensaje del vecino que fue a votar.
De lo que trascendió de la reunión, no volaron zapatos cual reza la leyenda como tenía acostumbrados años atrás el mismo Lunghi. Recibir a un estrecho colaborador con un zapatazo por algún enojo, reto por equis motivo. Más bien, se insistió, se buscó que cada uno expusiera sus sensaciones en caliente sobre lo que pasó, les pasó, para que el ciclo exitoso de más de dos décadas se despida de las urnas con semejante piña al mentón.
Dejaron deslizar que las exposiciones fueron duras, crudas, con el compromiso de que cada uno de los integrantes del gabinete además de despacharse con su impresión de lo que les pasó, realice la debida autocrítica.
Está claro, o al menos así lo dejaron ver, que son conscientes que la sola polarización no puede explicar la catástrofe electoral que los expone a una sensible debilidad para llegar al 2027.
Alguno de los soldados más sanguíneos, cual reacción violenta, se habría animado a apurar la idea de que era tiempo de depurar el equipo de gobierno. Imponiendo hasta caprichosamente que al 70 por ciento se le debía aceptar la renuncia que por uso y costumbre está a disposición del jefe comunal.
La consigna no tardó en recibir la respuesta irónica cual acto reflejo: le preguntaron si la osada convocatoria lo incluía en el 70 de los eventuales dirimentes o del 30 por ciento que seguía. En esos términos se discutió.
“La política no es un té de señoritas”, supo graficar una y otra vez a lo largo de estos extensos años de gestión Lunghi y compañía, a la hora de admitir los fuertes debates internos y externos en el juego de la política y más aún cuando se es gobierno.
Claramente lo de ayer a la mañana, no lo fue. Cada uno de los concurrentes tomó nota de lo que se dijo para reflexionar en su fuero íntimo y más temprano que tarde cumplir con el compromiso de llevar en limpio una conclusión de lo que sería una autocrítica del área que conduce y, desde allí, dejar en manos de Lunghi, la decisión sobre la necesidad de oxigenar la gestión para surfear la derrota, disimular la fragilidad y pergeñar cómo seguir la hoja de ruta, aceptando que el 2027 está a la vuelta de la esquina y acechan adversarios con amplias chances de destronarlos del poder comunal.
Sobre el futuro del radicalismo liderado por el lunghismo, ya empezaron a especular sobre la necesidad de tender puentes ya no solo para la convivencia deliberativa por venir. En especial pensando en aspirar con ser competitivos en el 2027 con quien terminó siendo el enemigo íntimo al que hasta aquí parecen no perdonar: Marcos Nicolini.
Si bien la sumatoria de ambos espacios radicales en esta fotografía actual igual no alcanzaría, ya no pocos sostienen que sería el único perfil capaz de meterse en la pelea de dos y arrebatarle la llave a Gonzalo Santamarina, quien claramente se quedó con la cara de la alternancia y oposición al desafiante justicialismo.
Aquellos que apoyaron la oreja detrás de las herméticas puertas del despacho, aseguran haber escuchado retos del pediatra y pidiendo explicaciones a todos. Aclararon que no hubo calzado al aire. Ya no lanza más zapatos. Tal vez ahí encuentren alguna de las respuestas a la desazón electoral. El reto, sacudir la modorra a varios integrantes del equipo no llegó a tiempo. Entonces lo hizo el vecino con su voto…