Cuando el patrón ordenaba por quien había que votar

Fuente: archivo El Eco.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailAutor: Juan R. Castelnuovo (1935-2022).
A principios de siglo no había radio ni televisión, ni aparatos amplificadores para que los oradores se hicieran escuchar. Ni automóviles para recorrer la campaña. Era dura la acción preelectoral. Y el proselitismo, se manifestaba de distinta manera que ahora. La influencia del hombre del medio solía ser notable. Por eso -sobre todo en la zona rural, adonde llegaba poca información acerca de los candidatos y de sus condiciones para gobernar-, era el patrón el que decidía por quién había que votar.
Las elecciones de 1902, que tuvieron lugar el domingo 30 de noviembre, fueron un ejemplo de ello. Ese día, a hora temprana, ingresó al pueblo -a pie y a caballo- una columna de más de mil ciudadanos, al grito de "¡Viva Yrigoyen!"... "¡Viva el partido Radical!".
Al frente, iba el estanciero Raymundo Piñero.
El semanario Luz y Verdad, del 2 de diciembre, comentaba el hecho de esta manera: "Tal como se preveía, como se adivinaba, el partido Radical agrega un laurel más a su exuberante corona de victorias, al tiempo que señala un ridículo fiasco para los visionarios reblandecidos, que sueñan inútilmente y piensan y hasta gritan que a la situación en Tandil, para voltearla... no hay más que empujarla con un dedo".
"La columna de mil y tantos hombres, que hizo entrada en nuestra Ciudad a las 9 de la mañana, recorriendo varias de sus calles principales en medio de vivas al Comité Radical de Tandil, a Hipólito Yrigoyen y a Raymundo Piñero, fue un espectáculo grandioso, nunca visto entre nosotros, porque nunca en el Tandil ha reunido tantos hombres un solo partido político."
"Y todos ellos eran hombres de pueblo -agregaba-, esos hombres reciamente despreciados por la administración recalcitrante que pretende quebrar nuestra democracia republicana, pero que el domingo le han infligido una honda herida, probándole que son vanos y estériles sus aullidos y sus espasmos, puesto que con el pueblo no se puede jugar impunemente, cuando tiene la conciencia de sus derechos".
En otra de las elecciones -la de 1914- era Martín Pereyra Iraola quien, desde su residencia en Buenos Aires, indicaba el voto a los peones de su estancia Tandileofú. Y su mayordomo, Néstor Zubizarreta, le escribía para informarle, el mismo día de los comicios:
"En vista de su telegrama recibido anoche y estando casi preparado previendo el caso, concurrí hoy a las elecciones municipales de Tandil con la gente de este establecimiento, para votar de acuerdo con el Comité Radical, que preside el Sr. Maritorena, quien me encargó darle a Ud. muchas gracias por el valioso contingente".
"Recibí también varias felicitaciones por el comportamiento, orden y disciplina con que votó y se condujo nuestro personal.
Se nos destinó un corralón exclusivamente y yo llevé la carne, galleta, yerba y utensilios necesarios para nosotros, sin molestar a nadie".
Después de haber votado todos, me encontré con el diputado Santamarina, actual Intendente -del cual soy conocido- y amistosamente me interpeló, diciéndome que don Leo ("Leonardito", como le llama él), le había prometido varias veces que mientras estuviera Santamarina en la Intendencia, no haría intervenir en contra su personal, en elecciones municipales".
"Por mi parte me abstuve de decirle que tenía orden suya, y le manifesté que "tal vez don Leonardo no se haya ocupado de estas elecciones, pero que yo había obrado lógicamente, pues si los señores Pereyra Iraola son radicales, justo es que su personal vote por este partido; abstracción hecha de las condiciones y buen gobierno que todos reconocemos al señor Santamarina"… Con lo cual pareció quedar conforme, concluyendo la conversación con la afabilidad que ese señor suele dispensarme".
Y finalmente agregaba: "Por otra parte, don Leonardo, el Partido Radical de ésta está muy contento con los votos que, sin ningún esfuerzo, le hemos facilitado."
Dos años más tarde, el mismo Zubizarreta le informaba a su patrón sobre las elecciones del 2 de abril de 1916:
"El personal de Tandileofú desempeñó un papel lúcido y dio la nota del día. Antes de entrar en el pueblo, hice que nos fotografiaran. En un momento éramos unos 85, pero poco después, pasábamos de 100 hombres a caballo. Entonces los hice formar en una columna de cuatro en fondo. Ruiz y Baldomero Teves, al costado de ella, vigilaban su correcta formación y marcha."
"Yo iba adelante -proseguía el informe- y José Urrestarazu y Juan Díaz, me servían de "estado mayor". Todo el mundo corría a vernos, vitoreando al Partido Radical. Al pasar por frente al Comité, salieron las autoridades y público, haciéndonos una vibrante ovación, con vivas al Partido, a los señores Pereyra Iraola y... ihasta a nosotros mismos!, créamelo".
Y terminaba diciendo: "Las señoras y niñas, no eran menos entusiastas en sus demostraciones de afecto".
NdlR: Esta nota fue publicada originalmente hace 25 años por El Eco de Tandil.