Marina Santiago, la pagadora de ruleta que reparte suerte entre Tandil y Mar del Plata
Estudia arquitectura en la ciudad balnearia, donde nació, pero trabaja en el Casino de Tandil. En diálogo con Alto Día, en una nueva entrega de Altos Oficios, Marina contó cómo es el trabajo de un pagador.
Con 36 años y oriunda de Mar del Plata, Marina Santiago lleva una década trabajando como pagadora en casinos, una labor que la ha llevado por distintas ciudades como Tigre, Mar del Plata y, en los últimos tiempos, Tandil.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu email
Su trabajo es por temporadas y cada cuatro meses tiene la posibilidad de trasladarse a otro destino, aunque ya no es obligatorio como antes: ahora cada trabajador elige si desea cambiar de ciudad o permanecer donde está.
En su caso, Marina optó por mudarse a Tandil, atraída por la cercanía con su ciudad natal, lo que le permite mantener un equilibrio entre el trabajo y sus estudios de arquitectura en la universidad pública marplatense. Además, como sucede con muchos empleados del sector, cuando decide trasladarse a otra localidad, percibe un plus por desarraigo.
Puede interesarte
“En el casino nos enseñan todo. Desde el trato con la gente hasta cómo venir a la banca”, indicó Santiago en la segunda entrega de la sección de Altos Oficios, perteneciente al programa Alto Día, que se emite todos los sábados de 11 a 13 por Eco TV, Tandil FM 104.1 y El Eco Streaming.
-¿Qué haces un pagador de ruleta?
-Lo que hace un pagador de ruleta es llevar a cabo el manejo de la mesa. Nosotros cuando llegamos, lo primero que hacemos es vender el color. Cada apostador va a tener uno diferente, que es el que lo va a identificar, dependiendo del valor. En este casino tenemos de 1.000, 2.000, 5.000 y 10.000.
Vendemos el color para que apuesten y una vez que más o menos está la partida hecha, lo que hacemos es tirar la bola.

Los apostadores siguen jugando y al momento en que la bola está por encasillarse, nosotros decimos “no va más”, que significa que ya no se puede jugar. Sale la bola y marcamos al número. Y después limpiamos la mesa para poder pagar el número que salió.
-¿Cómo es el pago?
-Lo que hacemos es abrir las fichas y sacamos el cálculo. Quizás nos puede pedir con cuánto quiere cobrar. Siempre nos dicen el complemento, con cuánto van a llevar lo mayor y cargamos lo que le vamos a llevar..
-¿Qué es lo mejor y lo peor de este trabajo?
-Para mí lo mejor que tiene son los horarios que son flexibles, que me permiten poder estudiar o hacer alguna otra actividad fuera de mi trabajo, como también en en mis tiempos de descanso.
Y por ahí lo peor es que, como trabajamos con gente puede perder, entonces te habla mal. Pero bueno, tratamos de no ir al choque.

-¿Se estudia para ser pagador o croupier?
-Antes de ingresar nos dieron una academia. Cada compañero eligió un juego o lo destinaron a uno. En el caso de ruleta, dura tres meses para poder aprenderlo con todos sus detalles. Pero sí, tenemos capacitaciones. En mi caso tengo ruleta y póker.
Siempre nos enseñan todo, desde el trato con la gente hasta cómo venir a la banca, cómo pararnos o el solo hecho de decir “bueno, limpio” y y estar mirando mientras lo hacés para que no te jueguen algo.
-¿Cómo es un día en el casino?
-Llegamos un rato antes, tenemos horario de fichada y tenemos monitores donde salen los relevos. Entonces en el monitor dice a qué mesa vas y en qué horario. Como hay distintos juegos, vos ese día llegás y mirás en dónde estás. En mi caso, que tengo ruleta o póker, me fijo y si me toca ruleta significa que todo mi día voy a estar ahí.
-¿Qué es lo que más te llama la atención de la gente?
-Por ahí que la gente está esperando a que el casino abra y, cuando lo hace, vos ves que vienen apurados para agarrar su color en la mesa. Eso sí me llama la atención.

-¿Cómo iniciaste en este trabajo?
-Entramos en su mayoría por familiares. Yo ingresé por mi papá cuando tuve la edad para poder hacerlo. Y mi hermana también trabaja acá, pero está en el área de las cajas.
-¿Cómo es el trato con la gente?
-Siempre tratamos de manejarlo con respeto, porque entendemos también la posición o cómo está la persona, entonces es como “disculpe, no me no me tire la ficha” o “yo lo estoy tratando con respeto, es mi trabajo”. Pero bueno, hay que entender también cómo es del otro lado.
-¿Qué es lo más raro que te ha pasado?
-En Mar de Plata hay un señor que viene durante las temporadas y suele dejar 100.000 pesos por bola. Pero lógicamente también así es lo que juega y lo que gana.

-¿Hay muchas cábalas?
-Sí. Las cábalas las conocemos a todas. Por ahí nosotros también para identificarlos decimos “vi a tal señor que hace tal cosa”. Nos guiamos por eso.
Por ejemplo, algunos que juegan se fijan que las fichas estén todas con la misma cara para arriba, porque tienen dos lados. Otros se alejan de la mesa, se tapan los oídos para no escuchar el número… Y en el caso del póker, todos se llevan sus muñequitos.
Obviamente no son todos, pero la mayoría tiene alguna cábala.
Sobre el autor
Periodista deportivo y comunicador social.