Victoria Santkovsky, del caos porteño al humor serrano
Nació en Capital Federal y se mudó hace 14 años a Tandil. Durante la pandemia encontró su pasión por el stand up.
En el marco del Día Internacional del Humor, celebrado el pasado sábado 26 de abril, la comediante y standapera Victoria Santkovsky visitó los estudios de El Eco Multimedios y brindó una divertida entrevista al programa sabatino Alto Día, que se emite de 11 a 13 por El Eco Streaming, Eco TV y Tandil FM 104.1.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailNació en Capital Federal pero se mudó a Tandil hace ya casi 15 años y fue acá, durante la pandemia del coronavirus, que descubrió su pasión por el stand up. "Fue una forma de forzarme a vivir una vida totalmente distinta a la que de alguna manera yo estaba predestinada", explicó.
Su decisión de mudarse, impulsada -según comentó- por un curioso antojo materno de salamín durante su gestación (siendo su madre vegetariana), fue tan inesperada como su florecimiento en el humor.
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"Un día dije 'Bueno, me voy para otro lado.' Y fue como un quiebre para mí y para todos los de alrededor porque nadie se imaginaba ni se esperaba eso de mí; yo era la más porteña", relató con su característico humor autocrítico.
Su llegada a Tandil, un fin de semana de agosto "horrible" de viento y lluvia, paradójicamente la enamoró. "Dije 'amo este lugar, me encanta'", confesó, pero la adaptación no fue inmediata; la falta de la inmediatez cultural porteña fue uno de los desafíos iniciales. Sin embargo, la calidad artística local la conquistó. "La verdad que la calidad de actuación, de producciones, de todo, me sorprendió. Es algo que disfruto mucho", afirmó.
Su humor y sus chistes
El humor para Santkovsky es una herramienta vital, una forma de procesar la vida misma. "Si vos no te tomás tu vida con humor, vas al muere, porque la gente se va a reír de eso; si no te lo tomás con gracia, vas a terminar llorando", reflexionó.
Su estilo se inclina hacia la ironía y lo “border” o "ridículo". El stand up se convirtió en el vehículo para contar sus propias vivencias, aunque confesó una cierta dificultad para desprenderse del egocentrismo en sus monólogos. "Yo admiro a los comediantes que pueden hacer chistes sobre el mate, por ejemplo. Yo soy incapaz", admitió con sinceridad.
Su salto al stand up fue casi accidental, durante la pandemia, en un taller virtual. La experiencia culminó en una muestra presencial donde, al momento de tener que descender del escenario, sintió que era su lugar en el mundo y que no quería bajar de él.
La maternidad es un tema recurrente en su repertorio y al que ha usado como un vínculo poderoso con otras madres y no madres. Sin embargo, recuerda un momento incómodo con una espectadora embarazada al hablar sobre la lactancia. "'Me acuerdo de vos todos los días'", le dijo la mujer meses después cuando la cruzó por las calles del centro.
En cuanto a referentes, confesó que admira a Dalia Gutmann, con quien se siente identificada en su manera de abordar la feminidad y romper con los estereotipos.
Una parte de su acto
Sobre el final de la nota, Victoria Santkovsky compartió una breve muestra del arte con el que deleita y hace reír a su público. Como había señalado con anterioridad, basa sus presentaciones en sus propias vivencias y, por eso, relató una anécdota sobre su vida en Tandil y describió el particular “código de saludo automovilístico local”.
“Lo que les puedo decir es todo lo que a mí me pasó viniéndome a vivir a Tandil, porque aunque hayan pasado 14 años, yo todavía siento que soy sapo de otro pozo. Siempre nos preguntamos ‘¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que te consideren tandilense?’. Es muy difícil que esta gente te acepte”, comenzó.
Refirió que cuando llegó, aún mantenía algunas costumbres propias del centro porteño o de las grandes urbes del mundo: mochila adelante, caminata rígida y llave en mano algunas cuadras antes de llegar a su casa “por las dudas”.
“Y por ahí me tocaban bocina. Yo creía que era porque me estaban por chocar, por robar o porque se me había caído algo. Pero al rato me llegaba un mensaje de texto que decía ‘te vi caminando por el centro. No me saludaste'”, expuso.
Fue entonces cuando entendió el código: “Te dicen que los tandilenses son fríos, pero desde el auto son un amor. Te tocan la bocina y tenés que levantar la mano porque ahí no sabés quién está del otro lado. Yo no reconozco a nadie. Pero si me ven saludando por la calle, es porque realmente creo que me están tocando la bocina por eso. El día que me estén por chocar, lo van a hacer. Porque voy a estar como una tonta en la calle”.
Con su humor ácido y observaciones perspicaces, Santkovsky se ha ganado un lugar en la escena cómica tandilense. "Aunque la vida no sea tan simple, tomársela con humor es un poquito mejor", concluyó.
Sobre el autor
Periodista deportivo y comunicador social.