La Cámara Empresaria pide “al menos, subsistir”
Bajo el respeto de los parámetros sanitarios que rigen desde que se decretó el aislamiento social preventivo obligatorio, la Cámara Empresaria de Tandil plantea la urgente necesidad de retomar mínimamente actividades en forma “planificada, ordenada y equilibrada”.
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La estricta aplicación del aislamiento preventivo obligatorio desembocó, interpretan en la Cámara Empresaria, en el punto crítico, dramático, que tanto se temía: “Es imprescindible que se retome el funcionamiento, ordenado, planificado de la actividad. No estamos hablando de rentabilidad: estamos hablando de subsistir”, indicaron.
Desde hace días la dirigencia de la entidad empresarial hizo pública la desesperante situación de cientos de comercios y empresas de la ciudad y por ello hizo llegar al Departamento Ejecutivo diversas medidas –algunas de las cuales se consensuaron y comenzaron a aplicarse-.
Pero a medida que continúa sin atenuantes el aislamiento preventivo obligatorio, consideran que ahora es impostergable alcanzar “concesiones recíprocas”.
“Fuimos los primeros en acompañar las restricciones –señalaron- y no por especulación ni cualquier otra cosa sino por la convicción de que el Intendente tiene que tomar las decisiones que sean determinantes para cuidar la salud”, explicaron. “Pero ante esta inactividad, las consecuencias que estamos sufriendo -y vamos a sufrir- imponen hallar una forma concreta, viable, para que se retome la actividad comercial, que en definitiva es tan prioritaria como la salud”.
Ni Covid-19, ni parálisis total
Sin dejar de recordar que bajo consensos es “posible” respetar los parámetros que rigen para enfrentar la pandemia del Covid-19, desde la Cámara Empresaria avanzan con un planteo definido: “Las actividades que tienen un desarrollo que de por sí no concentran gran cantidad de gente tienen que arrancar, como la industria y el comercio. Por supuesto que con algunas restricciones en cuanto a su funcionamiento: ya sea con menor cantidad de personal, distancia mínima, turnos rotativos, turnos de atención al público, cuidados especiales, y lo que indiquen las autoridades sanitarias como imprescindible”.
En el seno de la institución conducida por Marcos Redolatti dan cuenta de la “angustia” de cientos de titulares de negocios y, al tiempo de considerar el temor que concita la pandemia como una “experiencia inédita”, interpretan que más allá de esto último “detener completamente la capacidad productiva conlleva el riesgo de implosión”.
“Hoy el mandato es equilibrar las prioridades entre salud y actividad económica- indicaron- de lo contrario pronto no sólo no habrá recursos en el sector privado para mantener a su personal sino que tampoco el sector público podrá sostener servicios esenciales. De parte nuestra tenemos la voluntad de acordar algo planificado, ordenado, en armonía con las pautas sanitarias pero con la exclusiva decisión de hacer saber que el comercio y las empresas pasaron de “limitaciones” a una situación “apremiante” y de aquí en más –de continuar estas condiciones de parálisis total- lo que viene es entrar en riesgo de una “extinción masiva”.
Aquí nadie se maneja con arrebatos emocionales ni buscamos ventajas para un sector en especial -porque no serviría de nada cuando tenemos enfrente una pandemia que azota al mundo entero -aclararon en Mitre 856- pero que algo tiene que quedar muy claro: “No estamos hablando de rentablidad sino de una sola cosa: subsistir”.