El fallecimiento de Miguel Ángel Russo dejó una profunda huella en Boca Juniors y en todo el fútbol argentino. En medio del duelo, el club confirmó que Claudio "el Sifón" Úbeda, su histórico ayudante de campo, quedará al frente del primer equipo al menos hasta diciembre de 2025, sin nombrar a un nuevo director técnico.

La decisión fue comunicada oficialmente por la dirigencia xeneize, con el respaldo total del presidente Juan Román Riquelme, quien atraviesa uno de los momentos más difíciles desde su llegada a la conducción del club. El objetivo inmediato será mantener la estabilidad interna, acompañar al plantel en este proceso emocional y asegurar la clasificación a la Copa Libertadores 2026.

Continuidad, respeto y unidad

Úbeda, quien acompañó a Russo en varios ciclos, incluidos su paso por Al Nassr (Arabia Saudita), Rosario Central y San Lorenzo, dirigirá al equipo junto a Juvenal Rodríguez, su habitual ladero. Ambos ya estuvieron al frente del banco en los partidos recientes ante Defensa y Justicia y Newell’s, cuando Russo se encontraba internado por su delicado estado de salud.

“Hoy lo deportivo pasa a segundo plano”, señalaron desde el club. Sin embargo, el mensaje es claro: no habrá cambios bruscos, y el proyecto se sostendrá con la estructura que Miguel Ángel Russo dejó consolidada.

Un cuerpo técnico intacto

Además de Úbeda y Rodríguez, seguirán en sus cargos Adrián Gerónimo y Cristian Aquino como preparadores físicos, respetando la planificación establecida por Russo. En tanto, Cristian "el Tigre" Muñoz continuará como entrenador de arqueros, rol que desempeña desde hace varios años y que le permitió convertirse en una figura de referencia en el plantel.

El cuerpo técnico, forjado en la confianza y la experiencia compartida, buscará contener al grupo en un momento marcado por la tristeza, pero también por el compromiso de honrar el legado del entrenador.

Una etapa que empieza con dolor

El nuevo ciclo comenzará formalmente el sábado, con Úbeda al mando, pero sin perder de vista la dimensión humana del momento. Más allá de los objetivos futbolísticos, el desafío inmediato será mantener la unidad, la templanza emocional y el enfoque en los valores que Russo promovía.

Boca enfrenta un cierre de año exigente en lo deportivo, pero su prioridad hoy pasa por procesar el dolor, mantener la identidad y dar continuidad al camino trazado por uno de los entrenadores más respetados del fútbol argentino.

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Roger Rotonda

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