Juan Martín Del Potro recordó en una entrevista con ESPN lo que significó en su carrera y en su vida personal la conquista de la Copa Davis, hace ya nueve años. La historia del tenis le debía a Argentina una jornada como la que se vivió en aquella jornada del 27 de noviembre de 2016 en Zagreb, ante Croacia. Y no podía ser de otra manera que sufriendo, yendo de atrás en el score y estando a un paso del abismo.

De esa serie contra el elenco croata habló Del Potro, máxima figura del equipo capitaneado por Daniel Orsanic. El tandilense, quien había vuelto en dicho año a representar a la Argentina en la competición por equipos, después de tres años, dejó una fuerte confesión sobre lo que significó la consagración para su vida personal.

"Para nosotros la Copa Davis siempre fue una carga, por esto de ser argentinos, porque así somos nosotros. Esa carga la tuve, como también los chicos de la Selección (de fútbol) con los Mundiales. Siempre dije que después de Zagreb, de ganar la Copa Davis, empecé a dormir tranquilo", comenzó relatando el campeón del US Open 2009.

Luego, agregó: "Yo andaba por todo el mundo, era 3 ó 4 del mundo, y sentía que me faltaba algo. Así también me pasó con las medallas olímpicas: son hermosas, para mí era Argentina, yo las mostraba con un orgullo total, pero había una copa que nosotros queríamos. Hasta que al final se logró... y fue como un gran alivio, una gran emoción y felicidad para nosotros y todo el país. Terminado eso, habiendo cumplido con ese logro, sí empecé a transitar mucho más la vida con liviandad sabiendo que nadie me iba a decir nada por la Copa Davis".

En la llave, Del Potro derrotó a Ivo Karlovic en cuatro sets por el segundo punto, para poner el 1-1 parcial. Luego, cuando la serie estaba 1-2, el score era de dos sets a cero abajo para el argentino contra Marin Cilic, a un paso de otro subcampeonato. Sin embargo, terminó remontando e imponiéndose por 6-7 (2), 2-6, 7-5, 6-4 y 6-3. Fue la primera vez en la que Juan Martín lograba remontar un encuentro en el que había perdido los dos primeros parciales (luego lo haría también contra Dominic Thiem en el US Open 2017).

Finalmente, en el quinto y decisivo partido, Federico Delbonis jugó un tenis perfecto y no le dio opciones a Karlovic, a quien superó por 6-3, 6-4 y 6-2, para darle la hasta ahora única ensaladera a Argentina. Esto, después de cuatro finales perdidas: en 1981, 2006, 2008 y 2011, respectivamente.

Del Potro es uno de los grandes tenistas del tenis sudamericano: doble medallista olímpico (Bronce en Londres 2012 y Plata en Río 2016), campeón del US Open 2009, a nivel Masters 1000 y 22 veces a nivel ATP, además de la Copa Davis 2016 y un subcampeonato en las ATP Finals 2009. Sin embargo, al argenino le quedó una espinita en lo que fue su increíble carrera, y es que no pudo ser número 1 del mundo (llegó hasta el N°3).

Ganar un Grand Slam

El tandilense también habló en la entrevista por el aniversario de Sportcenter, de lo que genera ganar un Grand Slam: "Ganás un Grand Slam y las cosas cambian un montón. Hasta por contratos, a veces tenés que ir y participar. Te llama el de la ropa, el de la raqueta y el de la ATP... También perdés puntos muy valiosos que después en marzo del año siguiente decís 'cómo no fui'", comenzó detallando Juan Martín.

Luego, redondeó: "Cuando llego a la final del US Open 2018, que estaba 3 del mundo y estaba reventado, volví a ir a la gira de Asia. Termino yendo porque yo visualizaba ser número 1 después de Australian Open 2019. Tenía una chance matemática real que si jugaba bien esos torneos podía ser número 1. Ahí me termina pasando que me caigo, me rompo la rodilla, tengo que parar y después comienza toda la pesadilla de la pierna".

Finalmente, Delpo tendría un mini regreso en 2019, donde logra participar de Roland Garros y algunos torneos más. Sin embargo, se resiente de la lesión en la previa de Wimbledon, en el triunfo que logró ante Denis Shapovalov en Queen's, y jamás pudo volver. Se despidió oficialmente en el Argentina Open 2022 (derrota en el debut ante Federico Delbonis) y tuvo un partido homenaje en en Buenos Aires en diciembre de 2024 contra Novak Djokovic.

"Era el desarrollo natural que tenía que tener. Ya en 2008 yo gano torneos, me asiento en el top 10, trabajaba mucho con Franco (Davín), había cambiado mi juego, estaba en pleno crecimiento. Y en 2009 ya estaba consolidado como un top 10, era el número 1 de los malos porque siempre estaba número 5 y no podía romper esa barrera", comenzó el potente tandilense, de apenas 20 años en ese entonces, que anotaría su nombre en la historia grande del deporte albiceleste al vencer al suizo Roger Federer en la final.

En la misma línea, el ex número 3 del mundo, que ocupaba el sexto escalafón del ranking ATP y había dejado en el camino a Juan Mónaco (41°), Jurgen Melzer (38°), Daniel Koellerer (62°), Juan Carlos Ferrero (25°), Marin Cilic (17°) y Rafael Nadal (3°) en las rondas previas, recordó la ferviente competencia por los primeros puestos: "En aquel entonces nuestro top 10 era Andy Roddick, Tsonga, Wawrinka, Berdych, era muy fuerte. Pero siempre llegábamos a las instancias finales".

"Me sigue emocionando. A veces veo ese último game y digo 'que termine de la misma manera'. Ese game fue dramático porque iba 5-2 y si no quebraba ahí yo después tenía que sacar. Tener que cerrar el partido, la final, Federer, el primer Grand Slam, con tu saque, hubiera sido una presión no sé si manejable. Entonces yo había puesto toda la energía ahí, era ese momento o nada. Y bueno finalmente terminó pasando", se sinceró 'Delpo', que superaría 3-6, 7-6 (5), 4-6, 7-6 (4) y 6-2 a 'Su Majestad', campeón de las últimas cinco ediciones.

Posteriormente, el doble medallista olímpico, bronceado en Londres 2012 y plateado en Río 2016, no dudó en destacar el antes y el después de aquella coronación en Flushing Meadows: "Después me tiro al piso y fue un gran alivio. Los pensamientos de cumplir mi sueño de chico, el US Open, Nueva York, que es el Grand Slam con más repercusión, el más mediático, el más popular, el más grande de todos. Ahí cambió mi vida en todos los aspectos".

"Cuando voy al torneo me lo recuerdan en cada esquina de los pasillos, la gente que trabaja sigue siendo la misma y se acerca. Fue un torneo muy especial para mí y para toda la gente que estaba ahí porque era Federer y nunca más pasó algo similar. Me emociona recordarlo", comentó el dueño de 22 trofeos en el máximo nivel, el cual estaría muy cerca de repetir la hazaña en el Grand Slam norteamericano en 2018, cuando caería en la definición frente al serbio Novak Djokovic (3°) en sets corridos.

En sintonía, el líder de la proclamación en la Copa Davis 2016 manifestó: "Lo voy entendiendo ahora, cuando la carrera termina, empiezan los reconocimientos y las anécdotas. También le dan mucho mérito por la época en que lo conseguí, que no era nada fácil. Creo que va tomando cada vez más dimensión en este momento de mi vida. Lo disfruto muchísimo, ser uno de esos nombres que estuvo ahí dando vuelta en para mí la mejor época de la historia es un gran privilegio".

"No veía la hora de llegar a Tandil. Después de la final hicimos un gran festejo, casi que no dormí porque a las 6 de la mañana comenzaba esa rueda de prensa con medios y fotos por Nueva York. A la noche me tomé el avión, llegué a Buenos Aires y tenía que hacer un montón de cosas. Yo quería ir a Tandil y se me demoraba la llegada", confesó acerca del inolvidable recibimiento que le prepararon en esta ciudad. "Yo me imaginaba un lindo reconocimiento, que Tandil iba a estar paralizado esperándome, pero empecé a darme cuenta de lo grande que era cuando ya por Las Flores, a la mitad de camino, iban relatando mi viaje. Para mí como tandilense y para nuestra ciudad fue un hito histórico. En la caravana había mucha gente conocida, compañeros de colegio, de fútbol, de la colonia, profesores, maestros, amigos de la familia. Fue un momento muy lindo."