Diego García, denunciado por abuso sexual con acceso carnal en 2021, fue condenado en 2025 a ocho años y seis meses de prisión. Aunque Estudiantes de La Plata le rescindió el contrato inmediatamente después de conocerse la acusación, el volante continuó su carrera profesional en Peñarol hasta que recibió el veredicto.

Tras la condena, García deberá regresar a la Argentina para cumplir con el arresto domiciliario dispuesto por las autoridades judiciales. Además, permanecerá controlado mediante una tobillera electrónica hasta que la sentencia quede firme.

La denuncia y el relato de la víctima

La denunciante, jugadora de hockey de Estudiantes, declaró ante la fiscalía que el futbolista —quien en ese momento también integraba el plantel profesional del club— la siguió hasta el baño durante una fiesta organizada por el equipo y la atacó sin mediar palabra.

El hecho derivó en la inmediata rescisión del contrato de García por parte de Estudiantes, que además acompañó activamente a la víctima durante el proceso judicial.

El rol de Estudiantes tras la denuncia

El club de La Plata tomó distancia del jugador acusado y brindó apoyo a la denunciante desde el primer momento. Así lo destacó el abogado de la víctima durante uno de los alegatos previos a la sentencia: “Los dirigentes y el cuerpo de asistencia social se acercaron a la casa de la familia y estuvieron presentes en todo momento”, sostuvo.

La condena impuesta en 2025 marca un punto final a un proceso judicial que tuvo repercusiones en el ámbito deportivo y que obligará al jugador a cumplir su pena bajo estrictas medidas de control mientras avanza la instancia de apelaciones.

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