Diego Junqueira sobre Raúl Pérez Roldán: "Era un tipo duro en el entrenamiento, tirando al servicio militar"
"Yo era muy chico en ese momento, no me daba cuenta de algunas cosas. Sí lo he visto que le tiraba pelotazos a Guillermo cuando erraba una pelota o le decía una puteada", dijo
LA NACION publicó un extenso reportaje al extenista tandilense, Diego Junqueira. "Un trabajador del tenis: la Legión, el vínculo con Federer, los pelotazos de Pérez Roldán y el drama en los Challengers", fue el título elegido por el periodista Sebastián Torok, para hilvanar un profundo artículo que recorre los pasos iniciales y luego profesionales del deportista que nació hace 44 años en la ciudad
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailHace 5 años, en el mencionado medio, se publicó por primera vez una confesión de Guillermo Pérez Roldán sobre su papá y entrenador, Raúl: lo sometió a violencia física, psicológica y económica. ¿Qué experiencia tuvo Junqueira con Pérez Roldán padre? “Era un tipo duro en el entrenamiento, tirando al servicio militar. Conmigo siempre se portó bien; era muy exigente pero nunca se propasó -expresa-. Sí pasaba, por ejemplo, que llegabas un minuto tarde al entrenamiento y te hacía la ‘pelota rusa’: se formaban las personas de la academia, unas veinte, con dos pelotas cada una y vos tenías que correr el ancho de dos canchas mientras te tiraban pelotazos. Pero Raúl nunca fue violento conmigo; no me pegó, estuvo lejos de eso”. Y aclara: “Pasa que yo, a diferencia de otros, como Zabaleta o Machi [González], no tenía un vínculo económico; ellos sí tenían un sistema de sponsoreo con Raúl, en el que no entré. Como entrenador me sirvió; sabía mucho. A todos nos marcó la disciplina que inculcó. Yo era muy chico en ese momento, no me daba cuenta de algunas cosas. Sí lo he visto que le tiraba pelotazos a Guillermo cuando erraba una pelota o le decía una puteada. Por ahí lo he visto más cuando lo entrenaba a Machi, que estaba en ese sistema [de sponsoreo] y era mucho más duro con él que conmigo. Sí era picante con la palabra; sí. Cuando Guillermo contó lo que contó… me impactó. Y las cosas que no debe haber contado todavía. Habrá sufrido mucho”.