El recuerdo de Gastón para su padre Juan Carlos Harkes
El exdirigente del atletismo falleció días atrás. Repaso de su hijo sobre su itinerario deportivo.

Por Gastón Harkes
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailHa partido uno de los más grandes dirigentes que dio el atletismo tandilense y bonaerense. Nos dejó Juan Carlos Harkes. Nació el 10 de noviembre de 1944 en Rauch. E
En su juventud, se desempeñó en salto en alto y velocidad, experiencia que marcaría su amor hacia el atletismo y lo llevaría a estar por varias décadas unido a él.
Transmitió esa pasión a su familia, que lo acompañó, su esposa Noemí se desempeñó como jueza en los torneos, sus hijos Juan y Gastón cómo atletas y su pequeña hija Liliana lo tomó como algo recreativo.
Desde los 80’, ya cómo dirigente, conformó la subcomisión de atletismo de Ramón Santamarina, trabajando en la organización de los torneos de apertura y finalización de la temporada atlética, el recordado Encuentro de Campeones y Milla Serrana, que se realizaba en la tradicional pista de césped con sus recortados 365 metros de manga. Fue presidente de esa subcomisión desde 1984 hasta que asumió la presidencia de la Asociación Tandilense de Atletismo (ATA) en 1986. En una época de incertidumbre, ayudó a que el atletismo local llegue a las más altas esferas provinciales, nacionales, sudamericanas y hasta mundiales.
Fueron años en los que la carrera más representativa de la ciudad, Tandilia, tuvo un verdadero resurgir, con la presencia de corredores como Antonio Silio (recién llegado de España), Juan Pablo Juárez , el boliviano Mariano Mamami, el brasileño Ronaldo Da Costa (quien luego fuera recordista mundial del maratón) y Delmir Do Santos. También participaron en estas pruebas las mejores mujeres fondistas participaron de esas épocas, como Vilma Pailos, Griselda González, Claudia Camargo y nuestro valor local Elisa Cobanea. Ellas engalanaron la prueba y desfilaron por las calles adoquinadas de la ciudad, dándole lustre y valor a esta prueba reconocida en todo el ámbito nacional. Juan Carlos fue el coordinador en jefe de quince ediciones de esta prueba casi en forma consecutiva, buscando siempre la excelencia en la competencia y en la organización, en épocas en las que la informática estaba “en pañales” y la tecnología empezaba a vislumbrarse, se empezaron a hacer los primeros sistemas de llegadas con computadoras en red, clasificando a más de mil atletas muchas veces.
No solamente fue una época dorada de las pruebas de calles, sino que fue la mejor época de los torneos de pista y campo. Durante su gestión se disputaron innumerables certámenes en la Pista Municipal, en la del club Santamarina en la calle Roca y en la Quinta La Florida de Unión y Progreso.
Durante los tres lustros dirigió la Asociación Tandilense de Atletismo, a la que ubicó entre las potencias atléticas de la provincia. Las sucesivas y arduas gestiones ante la Provincia y la Confederación Argentina de Atletismo lograron que en 1995 Tandil albergue la implementación de las correderas multipropósito de solado sintético, las cuales fueron sólo diez en todo el país en ese momento, con un valor de más de 60 mil dólares, dado que llegaron con materiales (garrochas, colchones de saltos, jabalinas, discos, balas, etc.) de primera calidad mundial. La comisión que lo acompañó en esta gran obra estaba compuesta por Boldrini, Haedo, Ávila, Obesio, Rastelli, Villaroel e Iturrioz, entre otros.
No solamente tuvo una labor dirigencial notable sino que también fue un juez nacional e internacional probo, participando del Nacional y Sudamericano de cross country en 1984 en esta ciudad. Fue juez local y provincial desde 1984 hasta 2002, participando también en el Campeonato Iberoamericano de Mayores en Mar del Plata en 1994. También fue juez internacional en los Juegos Panamericanos Mar del Plata ´95.
Fue vicepresidente de la Federación Atlética de la Provincia de Buenos Aires (FAPBA) entre 1993 y 2017, y delegado ante la Confederación Argentina de Atletismo (CADA) de 1993 a 2004. Jefe de delegación argentino en 1993 en el Sudamericano de juveniles en Puerto La Cruz (Venezuela), así como también de los Sudamericanos juveniles de Maldonado-Uruguay (1998) y Concepción-Chile (1999).
Entre los numerosos premios que recibió en su carrera como dirigente, resaltan algunos. Como cuando en 2003 fue merecedor del Premio Barón Pierre de Coubertín (considerado el Premio Nobel del atletismo), en el rubro dirigente. O el de 2012, cuando la Confederación Sudamericana de Atletismo le confirió la condecoración de Caballero del Deporte Sudamericano. Asimismo, en 2018 la Federación Atlética de la Provincia de Buenos Aires lo nombró como vicepresidente honorario por los innumerables servicios prestados a la práctica deportiva y a la organización del atletismo.
Y, sobre todo, fue una gran persona, de bien, un hombre de muchas amistades y de saber compartir grandes momentos de la vida deportiva. Nos abandonó una noche, dejándonos un sabor sumamente amargo a todos aquéllos que lo conocimos. Descansá en paz, amigo del deporte. Te recordaremos siempre con una frase de Mario Rojzman: “La pérdida se lleva lo que no fue, pero en nosotros permanece con lo que disfrutamos”.