Escándalo en Ayacucho: ocho expulsados en Atlético y partido suspendido ante Unicen en un final bochornoso
Una serie de decisiones arbitrales polémicas, coronadas por un gol validado pese a una bandera de offside levantada, provocaron un final escandaloso en Ayacucho. El encuentro fue suspendido cuando Atlético quedó con seis hombres en cancha.

Lo que debía ser una fiesta del fútbol regional por la fecha 19 de la URD terminó en un escándalo mayúsculo. El encuentro entre Atlético Ayacucho y Unicen fue suspendido por el árbitro tandilense Matías Picot, luego de expulsar a ocho jugadores del equipo local en un segundo tiempo que se descontroló por completo. El marcador favorecía a la visita por 2-1 cuando el partido se dio por finalizado por inferioridad numérica de Atlético.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailVale mencionar que tiempo atrás la Liga Tandilense de Fútbol hizo lugar al reclamo de los clubes serranos e implementó la nueva modalidad de rotación de árbitros de ciudades vecinas con el objetivo de garantizar la imparcialidad. De todas maneras, no se pudo evitar la polémica del último fin de semana.
Tras un primer tiempo parejo que finalizó 1-1, y donde la única controversia menor fue un lateral reclamado por Atlético que derivó en el primer gol de Unicen, la segunda mitad fue una sucesión de decisiones arbitrales que caldearon los ánimos hasta un punto de no retorno.
La seguidilla de expulsiones comenzó con una falta de Agustín Suárez sobre un delantero de Unicen. Picot interpretó "último recurso" y le mostró la roja directa. Según testigos, la jugada fue un forcejeo lejos del arco donde la existencia misma de la falta era discutible, pero una vez sancionada, el reglamento amparaba la expulsión.
Minutos después, Atlético reclamó con vehemencia un claro penal sobre Thiago Sutil que el árbitro desestimó, aumentando el descontento del equipo y la hinchada local.
El caos se profundizó con la expulsión de Fagalde, arquero de Atlético, por una plancha sobre un rival. La decisión pareció correcta, pero en medio de las protestas generalizadas, el capitán Rodrigo Bahíleres también vio la roja directa por, presuntamente, excederse verbalmente. Con esta doble sanción, Atlético quedaba con ocho jugadores en cancha.
La jugada que dinamitó el partido llegó a continuación. Unicen marcó el 2-1, pero el juez de línea levantó su banderín marcando una posición adelantada. Para sorpresa de todos, el árbitro principal, Matías Picot, desestimó la señal de su asistente y convalidó el gol. La interpretación del colegiado habría sido que, previo al gol, un defensor de Atlético tuvo un control deliberado del balón y su despeje fallido habilitó al jugador de Unicen, tratándose de una "segunda jugada" y no de un rebote.
Esta decisión provocó la ira de todo el plantel ayacuchense. Jugadores, cuerpo técnico y suplentes se abalanzaron sobre el árbitro para protestar. En medio del tumulto, Picot expulsó a otro jugador por las quejas.
Cuando parecía que el partido se reanudaría, con Atlético ya con siete hombres, el delantero Thiago Sutil se acercó al árbitro en el círculo central y lo aplaudió irónicamente en la cara. Picot no dudó y le mostró la roja directa, la quinta en el campo de juego para el equipo local.
Con solo seis jugadores, el partido no pudo continuar y fue suspendido. Según trascendió, el informe del árbitro incluiría un total de ocho expulsados, sumando a jugadores del banco de suplentes.
Ahora, el Tribunal de Penas de la Liga deberá analizar el informe del árbitro y decidir sobre el resultado final del partido y las duras sanciones que, sin duda, recaerán sobre el club Atlético Ayacucho.