Este martes 23 de septiembre, Juan Martín Del Potro celebra su cumpleaños número 37. Apodado como la Torre de Tandil, el tenista comenzó su trayectoria a los 6 años en el Club Independiente bajo la ordenes del reconocido formador Marcelo Gómez hasta llegar a convertirse en uno de los deportistas más destacados de la historia argentina.

Con sus 1,98 metros de estatura, su historia se transformó en un relato de talento innato, marcada por una inquebrantable resiliencia. “Mi sueño es ganar el Us Open y un día ser el número 1 del mundo”, escribió Del Potro en un papel a sus 11 años, una premonición que el tiempo se encargaría de confirmar.

Su debut como profesional fue en el ATP Challenger en 2005 y, desde aquel momento, el ascenso de Del Potro fue inminente. En 2008, a sus 19 años, logró una hazaña inusual al conquistar cuatro títulos consecutivos ATP Tour y cerrar el año en el Top 9, consolidándose como una de las mayores promesas del tenis.

El punto culminante de su trayectoria llegó el 14 de septiembre de 2009 en Nueva York, cuando a sus 20 años protagonizó una de las mayores conquistas del tenis al coronarse campeón del US Open. En su camino hacia la victoria derrotó al entonces número 3 del mundo, Rafael Nadal, en semifinales, y luego, en una épica final a cinco sets, venció al legendario Roger Federer, poniendo fin a una racha de cinco títulos consecutivos del suizo en Flushing Meadows. Fue el único Abierto de su carrera, pero sin duda, el más significativo.

Fue uno de los pocos tenistas que pudo poner en jaque de manera consistente a Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic. Su lucha se evidenció en la obtención de una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y, especialmente, en la medalla de plata en Río 2016, donde venció a Djokovic y a Nadal en camino a la final, son testimonios de su inagotable espíritu de lucha.

Juan Martín Del Potro acumuló un total de 439 victorias y 174 derrotas en toda su carrera, la cual culminó de la forma más emotiva en febrero de 2022. Su adiós al tenis, con lágrimas y el aplauso unánime del público en el Argentina Open, dejó en claro que su huella no se mide en títulos sino en la inspiración que transmitió hacia millones de personas.

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El Eco de Tandil

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