En 2017, con la camiseta de Talleres de Córdoba, Marcelo Torres enfrentó por primera vez en Primera División al River Plate de Marcelo Gallardo. Aquel día, pese a haber surgido de las Inferiores de Boca Juniors, el delantero se dio el gusto de anotar en el triunfo 4-0 de la “T” en Córdoba.

Ocho años después, el destino volvió a ponerlo frente al mismo rival, pero en un escenario aún más imponente: el Monumental. Y el “Chelo”, de 27 años, no desaprovechó la oportunidad. Convirtió el único tanto del partido y le dio a Gimnasia y Esgrima La Plata una victoria histórica por 1 a 0, la primera del Lobo en Núñez después de 20 años.

El penal que valió tres puntos

El gol llegó a los diez minutos del segundo tiempo, luego de una infracción sobre Bautista Merlini dentro del área. El árbitro Nazareno Arasa sancionó penal tras revisar la acción en el VAR, y Torres tomó la responsabilidad.

Con decisión, ejecutó al palo contrario al que se arrojó Franco Armani y desató el festejo tripero. Lo celebró con fuerza, luciendo el dorsal 32, el número que utiliza en homenaje a Carlos Tevez, su gran referente desde los tiempos en Boca.

Fue el quinto gol del atacante en 14 partidos disputados en el torneo —12 de ellos como titular—, confirmando su peso en la estructura del equipo y su olfato goleador en momentos clave.

Una carrera de lucha y constancia

Pese a haberse formado en La Ribera, Torres tuvo que buscar su camino lejos del club que lo vio nacer futbolísticamente. Ascendió al plantel profesional en 2016, pero la falta de continuidad lo llevó a buscar nuevos horizontes.

Sus actuaciones con las selecciones juveniles argentinas le dieron visibilidad: fue máximo goleador del Sudamericano Sub 20 de Ecuador en 2017, con cinco tantos, y sumó dos más en el Mundial de la categoría ese mismo año.

Después llegaron los pasos por Talleres (14 partidos y tres goles) y Banfield (un tanto en 15 encuentros). Más tarde, su carrera lo llevó al fútbol de Chipre, donde se destacó en el Pafos y en el Akritas Chiorakas, además de un paso por el Riga de Estonia.

La chance de volver al país apareció cuando Gimnasia vendió a Rodrigo Castillo a Lanús. Desde entonces, el “Chelo” aprovechó su oportunidad y se transformó en una de las piezas claves del ataque tripero.

Entrega, sacrificio y revancha

En el Monumental, Torres no solo fue protagonista por el gol. También presionó, marcó, ocupó espacios y ganó tiempo en los pasajes más exigentes del partido, cuando River buscó con desesperación el empate. Fue reemplazado sobre el final, con la misión cumplida y la satisfacción de haber vuelto a convertirle a un rival que conoce bien.

Quizás, mientras dejaba la cancha, recordó su pasado en Boca, justamente el próximo rival de River, que lo espera el domingo 9 de noviembre en La Bombonera.

Bonus track

Con este triunfo, Gimnasia alcanzó los 16 puntos en la Zona B y quedó a solo uno de Talleres, el último equipo en zona de playoffs del Torneo Clausura.

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