TOUR DE FRANCIA
Richeze, uno de los siete escuderos de Alaphilippe
El argentino comparte el equipo y potencia al francés, líder después de 20 días de competencia
Entre los siete compañeros que defienden el liderato de Julian Alaphilippe (Deceuninck) en el Tour destaca un maillot albiceleste, el que luce Maximiliano Richeze, flamante campeón de Argentina, un velocista convertido en gregario para alcanzar la gloria junto al ídolo francés.
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“Es un orgullo llevar los colores de mi país en el Tour, la carrera más importante del mundo. Es algo muy lindo”, señala satisfecho el ciclista de Bella Vista, en la periferia de Buenos Aires.
En medio de los Alpes, Richeze no puede ocultar la fatiga acumulada tras casi 20 días de carrera.
“Estoy muy cansado, son etapas muy duras para el equipo.
Venimos trabajando desde el primer día, tanto para Elia (Viviani), como para Julian”, reconoce en conversación con la AFP.
Miembro de la Manada, como se hace llamar el Deceunick Quick Step, el mejor equipo del mundo en 2018, especializado en cazar todo tipo de etapas y carreras de un día, Richeze partía en este Tour como el lanzador oficial de Viviani, lo que permitió ganar una etapa al italiano.
Lanzador de esprinters y gregario
Pero el argentino de 36 años no contaba con tener una importante dosis de trabajo extra; nada menos que sostener la esperanza francesa de reconquistar el Tour 34 años después de la mano de Alaphilippe, para el que trabaja como gregario.
“Casi desde el principio nos encontramos como líderes, así que tirando todo los días”, reconoce contento pero agotado, intentando minimizar los esfuerzos para guardar hasta el último gramo de energía.
¿Y qué hace puede hacer un lanzador de esprinters como gregario? “Trato de controlar un poco al principio con mis compañeros y luego tiro en el plano y en subidas cortas, que son las que puedo pasar, intentando llevar al equipo”.
“Como grupo es muy emocionante llegar aquí, no nos los esperábamos. Luego Julien es una gran persona, por el no damos el 100%, sino el 110% para ayudarle y que siga en su posición”, dice.
Protector el curso pasado del prodigio Fernando Gaviria, con el que conquistó cuatro etapas en el Giro y dos en el Tour, el argentino se permitió el lujo de dedicar la última parte de la Grande Boucle a buscar un triunfo de etapa que no llegó, tras la retirada del colombiano.
De cerrar la carrera con libertad de movimientos, a trabajar desde el primer kilómetro para Alaphilippe.
“Está tranquilo, siente la presión pero lo lleva bien y nos transmite la tranquilidad. Esto es una buena señal, quiere decir que tiene piernas”, avisa. “Y queda poco para París”, añade.
Aplazar la retirada
El 8 del Deceuninck en este Tour ha tenido que mutar sobre la marcha y ponerse al servicio de un líder único. ¿Quién podrá ayudar a Alaphilippe en las tres jornadas alpinas?.
“Contará con Enric (Mas), que venía a pelear por la general y es un grandísimo escalador, al menos tendrá a un corredor. Pero tendrá que jugar un poco con la desesperación de los otros equipos”, explica, cuando le quedan tres días para completar su cuarto Tour.
Padre de una niña, Richeze espera estar más cerca de su familia cuando se retire: “Pero todavía me veo corriendo un par de años más y voy a disfrutar”.
Y es que los últimos años de la carrera del velocista, producto estrella de una familia volcada con el ciclismo -su padre Omar fue corredor en los años setenta y ochenta, sus otros tres hermanos también han corrido-, está siendo un sueño.
“No esperaba una recta final de carrera como esta. Te imaginas tener un buen final, pero no de esta manera. Así que contento por todo lo que me está pasando”, finaliza antes de enfilar jornadas de infierno en los Alpes.