Los nuevos conceptos de eﬁciencia energética se están expandiendo a muchos planos, desde la construcción de viviendas y oﬁcinas, parques industriales, automóviles, hasta incluso en sectores que se perciben más tradicionales como la minería, en los que se observa el uso creciente de materiales más amigables con el medioambiente y de construcciones eﬁcientes.Las consecuencias del efecto invernadero a nivel global están planteando desafíos enormes en la implementación de cambios decisivos sobre la forma de generar, distribuir y utilizar la energía eléctrica para satisfacer la demanda de una sociedad cada vez más dependiente de este recurso, más aún si consideramos las características de nuestro país que venía teniendo un cuello de botella importante en la parte energética en los últimos años, accionar que repercutía en la producción, en consumidores y también en la macro por los déﬁcits de comerciales y de balance de pagos.Hoy en día, el uso de combustibles fósiles para propósitos industriales, productivos y logísticos es puesto en la balanza con mayor frecuencia por diferentes organizaciones y compañías, en un esfuerzo responsable por reducir las emisiones de carbono. Por otro lado, las legislaciones de cada país han empezado a mostrar señales de coincidencia con los acuerdos del protocolo de Kioto, forzando a qué los grandes usuarios eléctricos acrediten un porcentaje de su consumo de energía con opciones renovables.Este recorrido migratorio para cambiar los diferentes tipos de energía que empleamos usualmente en nuestros procesos es conocido como “Transición energética” y signiﬁca mucho más que solo aumentar la cantidad de vatios-hora producidos con fuentes no convencionales.La transición energética exige cambios de paradigma en el uso de tecnología y maquinaria consumidora de combustible fósil, no solo en generadores, sino también en transporte, equipo pesado, sistemas de bombeo, iluminación, etc. Reemplazar, por ejemplo, una ﬂota de camiones de transporte de carga por un sistema ferroviario eléctrico representa el empleo de importantes cantidades de materiales conductores de electricidad o de almacenamiento de la misma, y es allí precisamente donde la minería cobra un papel fundamental. Cobre, litio, oro, plomo, serán ampliamente requeridos en el nuevo orden energético en el que ya estamos inmersos.La arquitectura moderna, por ejemplo, se están volcando al diseño bioclimático: es un enfoque de diseño y una estrategia fundamental para crear construcciones sostenibles y eﬁcientes que se adaptan a las condiciones ambientales y geográﬁcas locales, reduciendo necesidad de sistemas de calefacción, refrigeración e iluminación. Este enfoque se realiza teniendo en cuenta no sólo los materiales: la orientación de la construcción para aprovechar al máximo la luz solar y ventilación natural, el uso de vegetación y patios que ayuden en la aclimatación, lo cual incorpora sombras y reduce la temperatura del aire. Esto además de reducir el consumo de energía, reduce los costos operativos y de mantenimiento y aumenta la calidad de vida de sus ocupantes.La minería, tradicionalmente dependiente de combustibles fósiles, ahora se enfrenta al desafío de adaptarse a un nuevo paradigma que prioriza la sostenibilidad y la eﬁciencia energética. La minería es un protagonista en la transición energética, pero no solo por lo minerales que explota sino porque es uno de los grandes consumidores de combustible fósil a través de sus ﬂotas de movimiento de tierras. También encontramos un importante número de yacimientos que se encuentran alejados de redes eléctricas existentes, obligándolos a generar su propia electricidad a través de grupos electrógenos. Por ello, las empresas mineras están buscando opciones para reducir sus costos operativos. Para aquellas que se encuentran actualmente en etapas de producción, la renovación de sus equipos o de sus sistemas de generación representa altas inversiones que deben retornar en no más de 10 años, tomando en cuenta los ciclos de vida mineros. Con un análisis serio de sus necesidades y las aplicaciones de su maquinaria, estas empresas pueden encontrar alternativas atractivas y alcanzables. En cambio, los proyectos que están por implementarse, tienen la oportunidad de sumarse a esta transformación desde su génesis. Las Plantas fotovoltaicas son ideales para centros mineros, debido a las grandes extensiones de terreno, la radiación solar y la temperatura ambiente en altura. Estos factores maximizan la eﬁciencia de los paneles. Lo importante es hallar el equilibrio entre estos sistemas de generación y los convencionales a ﬁn de lograr altos índices de producción, eﬁciencia y conﬁabilidad. Las Turbinas eólicas son otra opción atractiva, especialmente en operaciones que cuenten con conexión a redes inﬁnitas. Por otro lado, los fabricantes de maquinaria pesada ya cuentan con probados equipos de transmisión eléctrica y sistemas electrohidráulicos que minimizan (e incluso evitan) el uso de motores de combustión, reemplazándolos por baterías eléctricas. Esto reduce la emisión de gases (crucial en minería subterránea) con el consiguiente ahorro en costos de ventilación y el incremento en el rendimiento de otros equipos de eventual uso que requieren calidad de aire para su funcionamiento. La transformación energética, como vemos, está en marcha y ha llegado para quedarse.Uno de los índices más importantes en una mina es el costo operativo. Dentro de este parámetro intervienen sumandos tales como el costo de repuestos, reparaciones, lubricantes y sobre todo el costo de combustible. El precio del diésel minero es elevado, ya que se le agregan conceptos como transporte, almacenamiento y aditivos para bajas temperaturas. En contraparte, para mover la misma tonelada de material desde mina hacia planta de procesos, el costo suele ser menor en comparación del diésel. Todo esto sin contar que la movilidad eléctrica es más limpia y simpliﬁcada en componentes y partes, reduciendo además el costo del mantenimiento.<section class="noteSuggested" data-id="126370" data-title="Puede interesarte"></section>De esta forma, generar electricidad y usarla para el proceso minero puede resultar altamente rentable si se hace con planiﬁcación y disciplina operativa. A esto hay que sumarle el impacto ambiental por la reducción de emisiones.Por el otro lado, cuando hablamos de minería y energías renovables lo primero que pensamos es en minerales estratégicos. El Fondo Monetario Internacional y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) señalan que los ingresos acumulados entre 1999 y 2018 por minerales estratégicos como el cobre —absolutamente clave en la electriﬁcación global—, el litio, —componente básico de las baterías,— el níquel y el cobalto rondaron los tres billones de dólares (millones de millones) y se estima que entre 2021 a 2040 llegarán a unos 13 billones. Solo el litio pasaría de 18.000 millones de dólares de ingresos acumulados las dos pasadas décadas a casi 1,2 millones de millones en 2040.El litio está presente en una amplia gama de fuentes pero sólo algunas son factibles de explotación económica. Las reservas se encuentran en salmueras (menores costos operativos) y rocas (más rápida capacidad de respuesta a la demanda). Argentina (en base a los salares del NOA), Bolivia y Chile conforman el “Triángulo del litio” (54% de los recursos mundiales). Es una tecnología todavía en desarrollo (el litio podría ser sustituido o complementado por otros minerales). Forma parte de una cadena global de valor. A partir de la extracción minera, la cadena de abastecimiento de la industria incluye la fabricación de: Precursores o compuestos básicos (carbonato, cloruro, hidróxido); Componentes (ánodos, cátodos, separadores, electrolito); Celdas; Baterías; y Packs. Estas fases se encuentran desintegradas (en distintas empresas y territorios), bajo el comando global de las ﬁrmas automotrices y electrónicas (que participan crecientemente en el desarrollo de los proyectos mineros, a ﬁn de asegurarse el abastecimiento en cantidad y calidad necesarias). El comercio mundial da cuenta de la especialización territorial de la cadena: los principales países productores de compuestos (fase minera) exportan prácticamente el total de lo extraído, mientras que los importadores (elaboración de materiales activos para cátodos de baterías) participan marginalmente de la extracción (excepto China).Las baterías representaron el 83% de la demanda de litio en 2022, desplazando los usos tradicionales (vidrios, cerámicas, grasas y otros).<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/09/graficos_simonetta.jpg" alt="graficos simonetta - 1"><figcaption>USOS FINALES DEL LITIO (en porcentajes). Fuente:&nbsp;DNERyCVcon&nbsp;base&nbsp;en&nbsp;COCHILCO</figcaption></figure>El triángulo del litio (Argentina-Bolivia-Chile) representa el 54% de los recursos identiﬁcados a nivel global. Con tres proyectos en producción y 35 en distintos grados de avance, la Argentina es el país del mundo con mayor inversión en exploración de litio de la actualidad, según datos publicados por S&amp;P Global Intelligence.En 2023, la producción de litio en Argentina se estimó en 9.600 toneladas métricas, la cifra más alta registrada en el período de estudio. Esto representó un aumento en la producción de este mineral estratégico de más del 45% en comparación con el año anterior. En el primer cuatrimestre de 2024, la extracción de carbonato de litio y otros minerales de litio registró una mejora del 49,7%. Según estimaciones del sector, la producción de litio tiene un potencial de crecimiento anual del 50% hasta 2027. La Argentina podría convertirse en el segundo o tercer mayor productor mundial de litio, superando a China y posiblemente también a Chile, que actualmente ocupan el tercer y segundo lugar en la producción mundial de este mineral, respectivamente.<figure class="image"><img src="https://cdn.eleco.com.ar/media/2024/09/graficos_simonetta_1.jpg" alt="graficos simonetta - 2"><figcaption>PRODUCCIÓN DE MINAS DE LITIO EN ARGENTINA DE 2011 A 2023 (en toneladas métricas). Fuente:&nbsp;statista.com</figcaption></figure>La Cordillera de los Andes es una de las regiones con mayor concentración de depósitos minerales del mundo, abarcando el sur de Perú, el norte de Chile, y noroeste y centro-oeste de Argentina. Ello incluye el cobre, un mineral de cada vez mayor demanda por la transición energética. Se utiliza en la fabricación de vehículos eléctricos, baterías, paneles solares, turbinas eólicas y las redes eléctricas que conectan las fuentes renovables a los hogares y las empresas.Mientras que Chile y Perú se han convertido en dos de los principales productores de cobre, Argentina no ha desarrollado el sector y actualmente no tiene ninguna mina en operación. El desarrollo del sector del cobre en Argentina es una de las principales apuestas del nuevo presidente. Para 2031, Argentina pasaría a convertirse en el sexto productor de cobre más importante del mundo con un promedio anual de exportación en torno a los 8.440 millones de dólares, según estimaciones de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM).Para ello, ya existen ocho proyectos en etapa de exploración avanzada. Con el desarrollo de al menos tres, la minería se convertiría en el tercer complejo exportador argentinoUn auto eléctrico cuadriplica las necesidades de cobre respecto a los vehículos convencionales, mientras que la instalación prevista de energía solar supondría triplicar la demanda de cobre del sector solar. Además, las mejoras de las redes de transmisión que serán necesarias para apoyar la expansión de las energías renovables supondrían duplicar la demanda de cobre que se observa actualmente para estas infraestructuras.El desafío no se reﬁere a si hay que tener más o menos minería. Es claro que un mundo sostenible requiere más, el desafío radica en el tipo de minería que necesitan regiones, países y el planeta. El desafío es cómo se producirán las toneladas de mineral necesarias. Por un lado, parte de la opinión pública tiende a rechazar actividades que implican una intervención a gran escala en la naturaleza, pero, por otro, una explotación más intensiva es imprescindible para sostener la transición energética y los objetivos sostenibles.

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Minería y transición energética

La licenciada Guillermina Simonetta analiza un tema estructural e importante, la minería y la transición energética.