¿Y el mundo cómo sigue?
El doctor en economía Sebastián Auguste pone el foco en lo que está pasando a nivel global.

En notas previas cuando dimos nuestra visión sobre la macro internacional decíamos que los temores de hard landing eran exagerados. El tiempo nos dio la razón, a nivel global los datos macroeconómicos fueron sistemáticamente mejores a lo esperado por el mercado. A pesar de la fuerte suba de tasas, las principales economías siguieron creciendo, a la vez que mostraban caídas en las tasas de inflación. Los temores a que la FED y otros bancos centrales hayan sobre-reaccionado con sus aumentos de tasas de interés para domar a la inflación quedaron por el piso, los bancos centrales tenían razón. Las teorías de inflación multicausal quedaron tiradas por el piso, se redujo la inflación global restringiendo la oferta de dinero, Adorni diría “Fin”.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailCon los datos recientes podríamos decir que la economía de los EE.UU. ha sido inmune a las altas tasas de interés. Los riesgos financieros de la fuerte suba de tasa, que genera balance sheet effects en los bancos (deben pagar tasas de interés más altas para captar sus depósitos pero ya tienen colocados los créditos a tasas más bajas), fueron bien gestionados. La FED apagó con todo su poder de fuego los temores, rescatando depositantes si era necesario, como en el caso de Silicon Valley Bank. Ahora lo que viene es una relajación en el endurecimiento de la política monetaria, que ya se está viendo, aunque no creo que sea algo demasiado violento, más bien será algo muy gradual, ya que las presiones inflacionarias siguen altas, sobre todo en los no transables de Europa y USA.
Lo que no esperábamos tanto, y debemos ser honestos en esto, es el rebote chino. China venía con serios problemas de crecimiento, con las disrupciones de oferta por los coletazos de la pandemia y las restricciones internas que tuvieron que poner, que llevo a que muchos inversores dejen el país buscando destinos más seguros para su supply chain. Los datos de crecimiento del primer trimestre (5,3%) fueron mejores de lo esperado y todos comenzaron a borrar y reescribir proyecciones. El FMI acaba de ajustar hacia arriba su expectativa de crecimiento para China para 2024, de 4,6% a 5%. China, sin embargo, sigue frágil, y lo que pase en las elecciones de los EE.UU. este año la puede afectar, sabemos de la animosidad de Trump hacia China. Por eso el FMI es cauto para el 2025 y se anima a predecir un 4,5%. No sería nada mala esta tasa para la Argentina, pero para los parámetros chinos nos es óptima. Tal vez China deba empezar a ajustar sus expectativas, volver a crecer a tasas chinas del 10% es hoy por hoy una misión imposible.