"No aprendimos nada", el nuevo libro de Victoria Zorraquin
La titular de Educere, docentes por un mañana explicó cómo nació este libro que aborda la forma en que se aprende a leer y el motivo que lleva a que muchos chicos presenten dificultades para llevarlo adelante.
La educadora Victoria Zorraquín visitó los estudios de Eco TV y, en diálogo con Plataforma Magazine, expresó su preocupación por los niveles de alfabetización en la Argentina y apuntó directamente al enfoque que durante décadas dominó el sistema educativo. Además, habló sobre su libro “No aprendimos nada”, en el que analiza por qué tantos chicos no están aprendiendo a leer.
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Accedé a las últimas noticias desde tu email“Yo dudé mucho cuando la editorial quería ponerle ese título”, confesó. “Pero los argentinos usamos mucho esa frase. Ante una inundación, un desastre, decimos ‘no aprendimos nada’. Y en este caso, refleja lo que está pasando”.
Según Zorraquín, uno de los principales errores fue creer que los niños podían aprender a leer de forma natural, simplemente siendo expuestos a un ambiente alfabetizador. “Como si a los niños les salen los dientes, creímos que un día iban a aprender a leer solos. Y la verdad es que hay que enseñarlo”, remarcó.
Con más de 30 años de trabajo en Edeere, fundación dedicada a la educación, Zorraquín reconoció que en algún momento también promovieron esa idea. Pero las investigaciones recientes en neurociencias hicieron que cambiara su perspectiva: “El cerebro no viene cableado para leer. No tiene un dispositivo natural para hacerlo. La escritura es algo muy reciente en la evolución humana, aparece hace unos 5.000 años”.
Para ella, sólo un porcentaje muy bajo de niños logra aprender a leer sin una instrucción formal. “Más del 70% de los humanos necesitamos que se nos enseñe el código: la letra y el sonido. Eso es lo que enciende la luz. Y dejamos de hacerlo porque creímos que era autoritario”.
Zorraquín remarcó que no se trata de una vuelta al pasado: “No es volver a la prehistoria. Enseñar las letras y los sonidos es lo que la ciencia de la lectura ha demostrado que funciona. El mejor camino para convertirse en lector”.
“El día que el chico se da cuenta que lee es mágico”, aseguró. En sus talleres, suele preguntar a los docentes cuándo y cómo aprendieron a leer. “El 99,9% me dice que aprendieron entre los cinco y seis años. Y ahora llegamos a tercer grado y el 50% no sabe leer. Entonces no me podés decir que son las familias o los niños. Esto es una bajada política”.
En ese sentido, criticó la burocratización del sistema: “Empiezan a cambiarle el nombre a las cosas, a darte un currículum imposible de cumplir en un año, con perfeccionamientos que son pavadas. El docente está atado, porque eso tiene que venir de arriba”.
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Contó que su propio cambio de mirada surgió cuando, en una conferencia, escuchó por primera vez que el cerebro no está preparado naturalmente para leer. “Dije ‘por favor, corramos a todos los profesorados y docentes y digámosles esto’. Si no, estás todo el tiempo esperando que el niño aprenda naturalmente”.
La autora también destacó los avances científicos que muestran cómo cambia el cerebro de un lector. “Gracias a la plasticidad cerebral, se modifican áreas del cerebro que sí tenemos al nacer. Los docentes somos los únicos profesionales capaces de transformar cerebros”, citó al neurocientífico francés Stanislas Dehaene, quien visitará Argentina en octubre.
Zorraquín animó a las familias a involucrarse desde temprano. “A las mamás que tengan chicos de 4 o 5 años: empiecen a probar. Es magia. Y dejemos de pensar que enseñar letras y sonidos en el jardín es primerizarlo. No es verdad. El cerebro está deseoso de entender eso”.
Además, subrayó la importancia de la comprensión lectora desde el principio: “Aprender a leer y comprender van de la mano. No existe tal cosa como leer sin comprender. Hagan la prueba en secundaria. Muchos chicos no entienden la consigna. Entonces empecemos por ahí: volvamos a leer en voz alta todas las horas de clase”.
Zorraquín también señaló que se han dejado de enseñar todos los tipos de letra, y eso afecta la comprensión: “Tenemos chicos en secundaria y universidad que escriben sólo en imprenta mayúscula”.
Respecto a la situación en otros países, afirmó: “Esto no pasa en todo el mundo. En Estados Unidos, la mitad de los estados cambiaron su forma de enseñar a leer porque estaban entrando en la misma tragedia. En la región, somos los únicos —Uruguay, Bolivia, Chile, Paraguay, Brasil— que nos casamos con esta única teoría”.
Incluso, denunció que en algunas provincias “los supervisores persiguen a los docentes que enseñan las letras y los sonidos, porque dicen que eso está prohibido”.
Y concluyó con una crítica fuerte: “Nos fuimos radicalizando, impidiendo cualquier otra voz. Incluso creemos que las neurociencias pertenecen a un partido político. Estamos locos. Cuba, donde todos los chicos aprenden a leer y escribir en primer grado, lo logra trabajando la conciencia fonológica”.