Norberto Jansenson: La Magia de Recordar a un Maestro y el Nacimiento de un Sueño para Tandil
En una visita cargada de emoción y anécdotas, el reconocido ilusionista Norberto Jansenson se presentó en Tandil Despierta para hablar de su profunda conexión con René Lavand. No solo adelantó parte de su espectáculo "Una Magia Posible", sino que también reveló los detalles de "Tandil Ilusiona", un nuevo festival internacional que buscará celebrar cada año el legado del inolvidable artista de las manos.
Hay deudas que no se pagan con dinero, sino con presencia, con amor y con memoria. Esa parece ser la filosofía que guía a Norberto Jansenson, uno de los ilusionistas más prestigiosos de la Argentina, cuya relación con Tandil y, en particular, con la figura de René Lavand, trasciende largamente los límites de un escenario.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEn su paso por el programa Tandil Despierta, que se emite por Eco TV y Tandil FM 104.1, Jansenson no solo promocionó su espectáculo; compartió un pedazo de su alma, una historia forjada en la admiración y el aprendizaje junto a su maestro.
"Lo que yo recibí de René y de Tandil a lo largo de mi vida es tanto, que incluso si hubiera que hacer un desembolso grande, no sería tan grave. Es la vida entera de agradecimiento y deuda que yo tengo para con lo que recibí", confesó con una sinceridad conmovedora al inicio de la charla. Esta declaración resume el espíritu de su visita y el motor detrás de un nuevo y ambicioso proyecto: "Tandil Ilusiona".
"No es un homenaje más sino el lanzamiento de un proyecto que va a dar comienzo oficial este año para celebrar a René, pero no en el día de su muerte, sino en el día de su nacimiento", explicó. El festival, que busca tener una frecuencia anual, tendrá su puntapié inicial con el show de Jansenson, "Una Magia Posible", una celebración de sus propios 40 años como mago profesional.
El maestro que enseñaba en silencio
Cuando se le pregunta quién fue René Lavand, Jansenson se toma una pausa. Siente el pudor de intentar definir a un gigante en la tierra que lo vio caminar todos los días. Para él, el agradecimiento no se agota en las palabras.
"El amor no tiene que ver ni con las palabras ni con el talento. Tiene que ver con la manifestación que uno quiere hacer, con la presencia, con el corazón puesto en eso", reflexiona, citando la película "Coco": mientras uno los recuerda, no se van a ningún lado. "Yo cada vez que tengo que tomar una decisión, digo: ¿qué haría René? ¿qué pensaría René?".
Su admiración se forjó a través de anécdotas que pintan a Lavand no solo como un artista, sino como una fuerza de la naturaleza. Recordó un congreso de magia virtual en 2012 donde, al enterarse de que Norberto era su amigo, los magos más importantes del mundo se acercaban a pedirle que les contara una historia sobre René. O cómo Jeff McBride, una leyenda de Las Vegas y amigo íntimo de David Copperfield, lo recibe en su casa con un café fresco y una petición casi infantil: "Contame algo de René".

"Son personas más grandes que la vida, que siguen estando presentes y dejan una huella en muchos más sentidos que el arte que representaban sobre el paño verde", afirmó. La grandeza de Lavand, según Jansenson, radicaba en su capacidad de crear un universo. "Cuando la gente veía a René, pasaba un rato largo antes de que dijeran: 'pero además, lo hizo todo con una sola mano'. La sensación que él dejaba era que a René no le faltaba nada. Te metía en un mundo, en su voz, en sus pausas, en sus silencios".
Como maestro, Lavand era igualmente enigmático y profundo. "Parece que no están enseñando nada", dice Norberto. Recordó una vez que practicaba una técnica con una sola mano y René, al pasar, le dijo: "Practicá mucho estas técnicas. Eso sí, no la vas a poder hacer nunca en la vida... salvo, por supuesto, que te cortes un brazo". El aprendizaje no estaba en los trucos, sino en la convivencia. "Yo me jacto de no haber aprendido ninguna técnica de René. Yo quería respirar el aire que él respiraba, quería escucharlo hablar".
La anécdota más reveladora quizás sea la de "la mosqueta", el famoso juego de las tres cartas. Con 85 años, René lo esperaba ansioso en la puerta de su cabaña para mostrarle una nueva versión en la que había estado trabajando. Tras la demostración, le pidió una crítica. Norberto, con honestidad, le dijo que era "demasiado perfecta". Lavand, tras un almuerzo en silencio y abstraído, lo llevó de nuevo al laboratorio. "Me pasé la mitad del almuerzo preguntándome para qué cuerno te pregunté a vos qué opinabas, y la otra mitad haciendo los cambios", le dijo. Le mostró la nueva versión. "¿Y a dónde la va a hacer, si usted está retirado?", preguntó Jansenson. La respuesta de René fue una lección de vida: "Estoy retirado del escenario, Norberto, no de la vida".

Una magia Posible: celebración y conexión
El espectáculo que Jansenson trae al Teatro del Fuerte es un reflejo de esa filosofía. "Llevo lo más cercano a mi corazón en estos 40 años. Las mejores historias, los mejores efectos de magia, la mejor música", adelantó. Su búsqueda, inspirada en la síntesis de su maestro, es conectar con el público desde un lugar de simpleza y misterio.
Durante la entrevista, regaló a la audiencia una muestra de su arte. Con cuatro monedas de medio dólar y un vaso, realizó una rutina de viajes imposibles, en cámara lenta, donde las monedas parecían desmaterializarse en una mano para reaparecer sonoramente en la otra, incluso cuando los conductores sujetaban sus muñecas con fuerza. La experiencia, como diría Lavand, fue "histerizante".
Luego, con una baraja de cartas de mala calidad ("para que nadie pueda decir que los naipes hacen la magia") y una sopapa de miniatura como "asistente", demostró que la magia puede surgir de los elementos más insólitos. La sopapa cortaba la cantidad exacta de cartas que le pedían y, finalmente, encontró la carta elegida por uno de los conductores, perdida en el mazo.
"Aprendí de René que era un señor serio y solemne. Y me empecé a quedar encerrado en la jaula de la solemnidad", confesó. "Aprendí que para el amor se necesita que no haya distancia. Y aprendiendo a trabajar con los elementos más simples es cuando uno puede lograr esa conexión".
Esa es la invitación de "Una Magia Posible" y del festival "Tandil Ilusiona": una celebración no del talento inalcanzable, sino del misterio, la conexión y el amor por un arte que, gracias a maestros como René Lavand, nos recuerda que el mundo siempre puede ser un poco más grande y asombroso de lo que parece.

El proyecto será liderado por Lauro Lavand, hijo de René, y contará con la curaduría del propio Jansenson, el campeón mundial Henry Evans y el gran artista Carlos Broncini, asegurando un futuro brillante para la magia en la ciudad que vio nacer a una de sus más grandes leyendas.