El milagro de Inés: un corazón nuevo y la lucha de una familia por la donación pediátrica
Julia, la mamá de Inés, compartió el emotivo y desafiante proceso del trasplante de corazón de su pequeña, Inesita, en el Hospital Italiano, una intervención que finalmente se llevó a cabo el pasado viernes.
En un día "movido" de constantes monitoreos y comunicación con los médicos, Julia reveló que Inés está teniendo una recuperación "mejor de lo que esperaban". A pesar de que las primeras 72 horas y la primera semana son vitales debido a la complejidad de la cirugía, Inés ya ha sido extubada, está recibiendo leche y agua, y aunque con sedación baja, Julia la describe simplemente como "hermosa".
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl camino hacia este milagro comenzó de manera significativa el jueves, cuando se cumplieron "los 180 días, 6 meses" desde que Inés se descompensó en Tandil, el 3 de enero. Ese día, Julia recibió la noticia que siempre soñó: Inés estaba en un posible operativo. Sin embargo, la incertidumbre fue palpable, ya que la confirmación de que Inés entraría al quirófano no llegó hasta el viernes a la 1:30 PM, tras casi "20 horas" de espera. Julia explicó que no se trata solo de la aparición de un corazón, sino de la necesidad de que sea compatible en múltiples factores como la sangre y la edad. Los médicos tuvieron que viajar hasta la provincia del posible donante para constatar el órgano, verificar su compatibilidad y su estado antes de regresar a la capital.
Una vez que la compleja cirugía de "6 horas" comenzó, todo fue con cautela. Finalmente, a las 9 de la noche, el cirujano y la cardióloga confirmaron que "el corazón había arrancado como ellos esperaban", lo que para Julia fue "un alivio, un llanto liberador". El sábado, al entrar a terapia intensiva, la familia tuvo la oportunidad de ver y escuchar el nuevo corazón de Inés latiendo. Julia describió la experiencia como " muy emocionante" y la fuerza con la que latía el corazón como algo "que no se puede explicar".
Detrás de este "milagro" hay una realidad ineludible: la de una familia que perdió a un hijo. Julia expresó su "profunda y eterna gratitud con esa familia, con ese angelito donante". Sostiene que, sin el "acto de amor" de esa familia al decidir donar los órganos de su hijo, "nada se podía hacer". Aunque los protocolos de Incucai establecen que "las donaciones son anónimas", si la familia donante lo quisiera, podría conocer al receptor a través de la entidad. Julia anhela conocer y abrazar a esos padres, prometiendo que cuidará ese corazón "más que a su vida". Es un pensamiento constante para ella: mientras su familia festejaba, del otro lado había una familia transitando el dolor más grande.
La historia de Inés, cuya miocardiopatía fue causada por un virus tras una bronquiolitis, también es un llamado a la acción. Julia enfatiza que "nadie está exento" de la noche a la mañana necesite un órgano para vivir. Por ello, resalta la "importancia de concientizar y de difundir y que se hable de donación de órganos, sobre todo los pediátricos". La lista de espera nunca desciende; al contrario, "se sostiene o aumenta". Actualmente, "más de 196 chicos todavía están esperando un órgano". Un hito reciente que da esperanza es el caso de Felipe, quien recibió un corazón a través de la técnica de "asistolia controlada", siendo el "primer trasplante en Argentina y en América Latina" de este tipo. El corazón de Inés también provino de un donante con esta característica, lo que "abre una puerta" inmensa para que haya "más donaciones".
Aunque la familia de Inés sabe que la etapa de recuperación será larga y que no regresarán inmediatamente a Tandil, donde están las 24 horas con ella, ahora "visualizamos más cercano" el regreso. Julia confiesa que antes de la operación de Inés, no sabía si algún día volverían con ella. Ahora, tienen la certeza de que "los cuatro vinimos, los cuatro nos vamos". Julia agradeció profundamente el apoyo y las oraciones de la ciudad de Tandil, afirmando que "Inés mi hija, pero ella es parte de toda la ciudad". La historia de Inés es un testimonio de que "todo es posible". Julia se compromete a seguir hablando y difundiendo el mensaje de la donación "hasta el último día de mi vida", reafirmando que "donar salva vida es real" y que no solo se salvó la vida de Inés, sino "la vida de una familia entera".