Ludopatía en la era digital: jóvenes y adicción al juego online
En una profunda conversación sobre los desafíos contemporáneos que enfrentan las nuevas generaciones, el Licenciado Marcelo Iturralde, psicólogo, se refirió a la creciente y alarmante problemática de la ludopatía en adolescentes y jóvenes, un tema que, a su juicio, aún no recibe la suficiente atención a pesar de su gravedad.
Iturralde, quien también ofrece apoyo psicológico a deportistas, incluyendo el tenis, disciplina que compara con la vida por su imprevisibilidad, destacó que la ludopatía ha evolucionado de un problema mayormente privado a una problemática social compleja y multicausal, que va más allá de lo sanitario y tiene raíces en lo cultural, económico y político.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl psicólogo explicó que la irrupción de las plataformas y aplicaciones de juego online ha transformado drásticamente el panorama de la ludopatía. A diferencia de los casinos físicos que operan con horarios y límites claros, las plataformas digitales están accesibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana, sin restricciones, lo que facilita un acceso desmedido al juego y un crecimiento exponencial de la adicción, especialmente después de la pandemia. La digitalización de la vida y la necesidad constante de estímulos que caracteriza a los jóvenes actuales, influenciados por redes sociales e incluso por "emprendedores" que promocionan inversiones y juegos, son factores que contribuyen a esta vulnerabilidad.
Iturralde señaló que las edades más afectadas oscilan entre los 16 y 25 años, y que, paradójicamente, muchos de estos jóvenes no se perciben a sí mismos como ludópatas, a diferencia de la estigmatización que recae sobre quienes acuden a casinos tradicionales. Hay una fuerte negación del jugador y una falsa conciencia de lo que les sucede, creyendo que pueden detenerse cuando quieran o que recuperarán el dinero perdido. Un aspecto perturbador que mencionó es que, para el ludópata, a veces "perder es mejor que ganar", porque la pérdida le posibilita seguir jugando con la esperanza de recuperar lo invertido, una compulsión irrefrenable que lleva a la ruina.
Para los padres y familiares que sospechan de esta adicción, el Licenciado Iturralde aconsejó prestar especial atención al tiempo que los hijos pasan "secuestrados" por los dispositivos digitales. Reconoció la complejidad de la situación para los adultos, quienes a menudo se sienten desorientados por la crisis del rol adulto y la aparente autonomía digital de los jóvenes. Enfatizó que la información no es lo mismo que el conocimiento, y que la acumulación de datos que los chicos obtienen de internet no reemplaza la capacidad de dudar, razonar y aprender del error, características esenciales del pensamiento humano que nos distinguen de las máquinas.
Ante esta realidad, el especialista hizo un llamado a fortalecer los lazos sociales y comunitarios, animando a los padres a hablar entre ellos sobre estas problemáticas. Destacó la importancia de la interacción real, "el otro de carne y hueso", frente a las relaciones pixeladas, ya que la falta de habilidades sociales puede dejar a los jóvenes sin saber cómo manejarse en el mundo real. Subrayó que la precocidad que a veces se atribuye a los hijos los deja "solos" cuando en realidad necesitan más que nunca la figura y el acompañamiento del adulto.
Finalmente, el Licenciado Iturralde informó que su equipo trabaja en un programa gratuito de asistencia y prevención. Se trata del programa "Asistencia y Prevención al Juego Compulsivo", una institución pública de la Provincia de Buenos Aires ubicada en Colombia 620, Tandil. Un dato esperanzador que compartió el psicólogo es que muchos chicos están pidiendo ayuda por sí mismos, hablando con sus padres al darse cuenta de que "se les fue la mano" con el juego, muchas veces impulsados por el uso significativo de dinero, cuyo valor a menudo desconocen.