Un mapa del ITBA en medios nacionales señaló distritos bonaerenses con arsénico en el agua, incluyendo Tandil en "luz amarilla", lo que generó preocupación. Maciá enfatizó la seguridad del agua, explicando que Obras Sanitarias realiza muestreos constantes bajo un plan acordado con la Autoridad del Agua (ADA), organismo provincial de control. Los valores registrados "dan dentro de la Ley 11820, que fija un límite de cincuenta partes por billón", afirmó.

Controles rigurosos y normativa vigente

Los análisis se realizan desde hace dos años con un laboratorio de Mar del Plata, inscripto bajo normas IRAM e ISO, con resultados positivos en pozos y cisternas. Maciá subrayó la diferencia: el Código Alimentario Argentino (diez partes por billón) es más restrictivo que la Ley 11820 (cincuenta partes por billón) para consumo humano. "Nosotros nos regimos por la Ley 11820", aclaró Maciá, pues el Código Alimentario se enfoca en alimentos y la ley provincial aborda el agua potable. Maciá cuestionó la base del informe del ITBA, señalando una publicación similar de hace un año y la falta de claridad en la fuente de datos. Sospecha que los resultados provengan de pozos privados no registrados ante la ADA, en la Blanqueada. Lamentó que esos informes, sin aclarar parámetros, generen alarma. El arsénico es un mineral natural. Si se detectara por encima de los parámetros en un pozo, Obras Sanitarias lo anularía, garantizando el suministro con el resto de la red. Este año se inauguró un pozo nuevo y se prevé otro en diciembre, fortaleciendo el suministro. El control es permanente, con mediciones bimestrales, semestrales y anuales en captación y cisternas. Maciá reiteró a los ciudadanos: "el agua de Tandil es apta para consumo, la podemos tomar sin temor". Finalmente, llamó a la conciencia sobre el uso responsable del recurso. "Hay que cuidarla", concluyó.

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