La revancha de Chachi Telesco: del sueño Disney al infierno viral, y el renacer en el yoga
De la fama al escándalo mediático y el exilio emocional: la historia de Chachi Telesco y la ley que hoy protege lo que a ella le arrebataron.

Era 2007 y Chachi Telesco tenía 21 años cuando sintió que su vida estaba a punto de cambiar para siempre. Había logrado quedar entre los 20 finalistas del reality de High School Musical producido por Disney, luego de seis intensos meses de castings. Desde su Rafaela natal, en Santa Fe, la joven que había estudiado gimnasia artística, ballet y actuación, finalmente estaba a un paso de cumplir su gran sueño: ser una chica Disney.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailPero el sueño se transformó en pesadilla en cuestión de horas. Un video íntimo, filmado junto a su pareja y robado por un familiar, comenzó a circular en internet. Era la época previa a las redes sociales, pero lo suficientemente viral como para destruirle la carrera en un abrir y cerrar de ojos.
“Me sacaron del hotel, me llevaron a una oficina con 20 hombres que le dieron play al video. Escuchaba mis gemidos mientras me decían que estaba fuera del programa. Me hicieron firmar un papel”, relató Chachi hoy, a 18 años de aquel momento, en diálogo con un reconocido medio nacional.
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La violencia invisible
En ese instante no lo entendió. Fue necesario tiempo, años de terapia y un largo proceso de sanación para asimilar que lo que había vivido fue violencia institucional y mediática. La despidieron, no le permitieron volver al hotel, y sus pertenencias le fueron entregadas por otra persona.
Los medios de comunicación no tardaron en hacer leña del árbol caído. El caso fue tapa de revistas, tema en programas de espectáculos, y la juzgaron sin filtros. Le ofrecieron dinero por posar desnuda, por capitalizar el escándalo. “No hice ese video para comercializarlo. Era mi intimidad y fue violada”, afirma con firmeza.
Las consecuencias no fueron solo laborales. Comenzó a sufrir trastornos alimenticios, evitó la terapia durante años y recibió insultos en las calles de Rafaela. “Grupo de mujeres y hombres me gritaban cosas. No me dejaban tranquila”, recuerda.
La ley que lleva su nombre
En medio del dolor, Chachi decidió transformar su historia en acción. Así nació la Ley Chachi Telesco, promulgada en Santa Fe, que busca prevenir y sancionar la violencia digital y mediática. Establece penas de hasta siete días de arresto y multas elevadas para quienes compartan imágenes íntimas sin consentimiento.
“Qué lindo que ahora haya castigo para quienes violan la intimidad de las personas. Nadie escuchó mi pedido en 2007”, escribió en sus redes sociales.
Su lucha no fue sencilla. “Los jueces me decían que el video me había beneficiado porque seguía trabajando. No entendían nada”, lamenta.
Renacer entre colchonetas
Después de años de actuar en tiras de Pol-Ka, gracias al impulso de Adrián Suar, y de vivir una década dentro de El Arte de Vivir —grupo que más tarde denunciaría como secta—, Chachi encontró un nuevo camino: el yoga.
Comenzó con clases en el living de su casa, con 12 personas y apenas seis colchonetas. De ahí nació Yoga Feel, su escuela, que llegó a tener tres sedes. Con la pandemia se reinventó otra vez: ahora da clases virtuales desde cualquier lugar del mundo.
“Me di cuenta de que ya no quería actuar. Quería enseñar yoga”, confiesa. Hoy, además de formar instructores, cuenta con una red de apoyo para sus alumnas. Y más importante aún, sanó. Con ayuda de terapia psicológica y sexual, entendió el trauma que arrastraba desde aquella noche de 2007.
Un final con luz
La historia de Chachi Telesco es la de una sobreviviente. Sobreviviente de una violencia que entonces no tenía nombre, de una industria que le soltó la mano, de una sociedad que la condenó sin entender.
Hoy, con una sonrisa y una comunidad que la acompaña, Chachi puede contar su historia sin romperse. Y en ese relato hay una advertencia, una esperanza y una promesa: que lo que le pasó a ella no le vuelva a pasar a nadie más.