Murió María Eugenia Karall, histórica locutora de Radio 10
Fue una de las voces más reconocidas del aire radial argentino. Su fallecimiento generó un fuerte impacto entre colegas y oyentes, que la recordaron por su calidez, profesionalismo y compañerismo.
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El periodismo argentino está de luto tras conocerse este 15 de octubre el fallecimiento de María Eugenia Karall, reconocida locutora de Radio 10, a los 52 años. La noticia fue confirmada por la propia emisora, que rápidamente compartió un emotivo comunicado despidiéndola con palabras de agradecimiento y dolor: “Su voz, su calidez y su profesionalismo quedarán para siempre en la historia de la radio y en el recuerdo de quienes compartimos el aire con ella”.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailKarall era una figura muy querida dentro del medio, tanto por sus colegas como por los oyentes que siguieron su carrera durante años. Su fallecimiento provocó una ola de mensajes sentidos en redes sociales y al aire, en especial por parte de quienes compartieron pasillos y micrófonos con ella.
Una de las primeras en manifestarse fue la periodista Débora D’Amato, quien la definió como una “enorme compañera en el día a día, gran profesional y amada persona”. La conductora Teté Coustarot también expresó su pesar: “Qué recuerdo amoroso dejás. Abrazo a la familia”. Otros colegas, como Pampa Mónaco y Mariana Brey, se sumaron con mensajes de apoyo y reconocimiento, destacando su calidez humana y su rol como referente del medio. Incluso Jorge Rial, con quien Karall trabajó durante años, escribió: “Gran persona. La vamos a extrañar”.
Durante la programación de Radio 10, el homenaje fue constante. En el programa Argenzuela, el periodista Mauro Federico le dedicó unas sentidas palabras en vivo: “Hace ya un rato que venía peleando como una leona... La verdad que a todos los que la conocimos y que tuvimos el enorme placer y privilegio de laburar con ella, nos queda esa sensación de que era no solo una bella persona, sino también una excelente profesional con la que te daba tranquilidad laburar”.
Federico también recordó su presencia fundamental en los momentos en que algo podía fallar al aire: “Tener trabajando al lado a alguien como Eugenia era saber que, si te mancabas, si la voz te fallaba, si tenías que toser, si te daban ganas de pillar, ella estaba ahí, siempre, y cubría como lo que era: una gran profesional”.
Más allá de su labor frente al micrófono, Karall supo ganarse el respeto por su compromiso, su templanza en el trabajo diario y su manera de habitar los espacios con calidez y presencia. Para muchos, no era solo una locutora impecable, sino una verdadera compañera.