Nicanor Loreti: “Hay que cuidar las películas y hacerlas competitivas, más allá del presupuesto”
El director y guionista presenta Retratos del apocalipsis, un film colectivo que comparte con Fabián Forte y Luca Castello.
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En el marco del 22° Tandil Cine, el director y guionista Nicanor Loreti presenta Retratos del apocalipsis, un film colectivo que comparte con Fabián Forte y Luca Castello, que se proyectará este lunes 13 de octubre a las 22:15 horas en el Espacio Incaa Unicen.
La película, compuesta por cuatro historias unidas por el universo del terror y la catástrofe, viene recorriendo festivales y cosechando premios, y es una de las que forma parte de la competencia oficial de Tandil Cine. Loreti habló sobre la gestación del proyecto, las decisiones estéticas que lo sostienen y los desafíos de hacer cine independiente en la Argentina actual.
–¿Cómo surgió y se concretó la producción de Retratos del apocalipsis? Ya habías abordado la temática en el documental Un millón de zombies: la historia de Plaga Zombie, ¿qué te convoca de ese universo?
–La idea de Retratos del apocalipsis fue de Fabi Forte. Luca Castello, el tercer director junto con Fabi y conmigo, había hecho un taller con él de guión y dirección. Tenía la idea de hacer un corto, se lo llevó a Fabi, lo trabajaron juntos, le mostró el story y cómo quería hacerlo de forma independiente. A Fabi le encantó, le propuso a Demi Salomón para el rol del poseído y, como le gustó mucho lo que proponía, se le ocurrió que si Luca hacía un corto, él otro y yo un tercero, podríamos armar un largometraje, que siempre se mueve más que los cortos.
El mundo de los cortos es mucho más reducido, así que me pareció una idea copada. Con Fabi nos llevamos espectacular: me propuso editar su corto, me mandó el guion de Ratas, yo escribí el mío y decidimos filmar uno detrás de otro. El primero fue Luca, después Fabi y finalmente yo, y además edité el corto de Fabi.
Compartimos bastante equipo técnico, sobre todo Fabi y yo, y algunos con Luca también. Entre ellos, Demian y Melisa en arte. Los tres cortos tuvieron música y sonido de Pablo Sala y compartieron a Demi Salomón, cuyo personaje podría ser el mismo en Ratas y Rey de los Condenados. Eso, junto a otros guiños, ayudó a unirlos como una sola película.
Cuando los vimos, el largo nos quedaba corto, pero no queríamos estirar nada. Entonces surgió hacer un cuarto corto: Rubí. Ganó por voto popular y fue escrito principalmente por Fabi, con colaboración de Luca, Paula Manzones en algunos diálogos y algún aporte mío. La idea de que fuera found footage, como un VHS encontrado, fue mía.
Rubí se filmó en un día, protagonizado por Lore Vega y Ezequiel Rodríguez, y lo dirigimos entre los tres, aunque principalmente Fabi, que tenía más claro el tono. Todos estuvimos ahí: Luca, yo, Nico Gorla, Pablo… y quedó espectacular. Luca lo editó.
A mí el género zombie me gusta mucho, no es que me llame necesariamente, me gusta mucho todo el terror, hice poco terror pero quiero hacer cada vez más, entonces lo que venga me tienta mucho y me da ganas de hacerlo, independientemente del presupuesto.
–¿Qué decisiones estéticas y narrativas marcaron el rodaje y el trabajo con el equipo técnico y artístico?
–Mirá, las decisiones estéticas fueron las que se le “cantara” a cada uno en su corto. Había una idea de usar sets de cámaras y lentes similares para que todo pegue. Nico Gorla, DF de Ratas, Rubí y Asesinato, habló con el DF de Rey de los Condenados y con Lucas para coordinar eso. Igual, tengo un corto grabado en 8k y otros en 2k. Más allá de mirar los guiones de los otros y opinar, después cada uno hizo lo que quiso. Sí coincidimos en que yo fui montajista de dos cortos y Lucas de los otros dos, y que Pablo Sala hizo el sonido y la música de todos.
Eso le dio coherencia narrativa y la sensación de película. La corrección de color la supervisaron Nico y Lucas, y todos estábamos en la misma sintonía. La música y el sonido de Pablo fueron fundamentales para que no parecieran cuatro cortos pegados, sino una peli pensada como tal. Tener a la misma encargada de efectos especiales, Melisa, también ayudó. Todo fue concebido como parte de un mismo mundo narrativo, casi como una serie de cuatro capítulos con un orden cronológico.
Sobre Plaga Zombie, participé como extra y ayudante en los rodajes entre 1997 y 2002, y en el documental Un millón de zombies nos interesó la historia de unos pibes que filmaron en VHS y llegaron lejos. El género zombie ayudó a que esas pelis se vieran tanto.
–El terror no es un género muy explorado en nuestro cine, aunque en los últimos años hubo un crecimiento de producciones. ¿Qué diferencial tiene hacerlo desde Argentina y cómo evitar que parezca una idea extranjera extrapolada?
–En un punto creo que se está haciendo bastante ahora porque es un género que se piensa que “se vende fácil”. Yo creo que esto es aleatorio y no es tan así, porque en general las plataformas o ciertos canales de venta además tienen un estándar de calidad bastante alto, donde una vez que le mandas tu película hecha con 10 mil dólares y la van a comprar porque necesitan terror. Si la compra alguien así, cualquier cosa, es porque es un streaming barato que la tiran al fondo del tarro y necesita hacer bulto. Pero si no tenés que estar en un nivel que tienen historia de lo oculto o 1978 o lo que tuvo en su momento Daemonium, eso lo tienen muy pocas películas por año. Y el resto va atrás corriendo y tratan de entrar, pero suelen ser producciones de mucho micropresupuesto. Muchas veces, lamentablemente, el micropresupuesto se nota y no sos competitivo realmente en el mercado internacional. Terminás en Sitges, en Brigadún, que es la sección para todas las películas micropresupuesto, es muy compleja la respuesta.
Lo he visto pasar en otras áreas de la industria y en otros géneros que no son terror, que se subestima y se dice “tengo un producto, no importa tanto la calidad y lo vendo”. Lo estoy viendo fallar un montón y creo que hace quedar mal al cine argentino, porque después vas a festivales, vas a agentes de venta y rebotás por todos lados. No entrás, no gustan las películas o tienen reseñas condescendientes o no gustan y no pasa nada. Entonces, nosotros, con Retratos luchamos por tener un estándar de calidad con el presupuesto de la película, que es mucho más bajo de lo que parece.
Luchamos por tener un estándar de calidad que se la banque dentro de todo al lado de casi cualquier peli y se nota que es chiquita, pero se nota que tiene una pila para que esté bien y para que se la banque. Entonces me parece que por eso le está yendo tan bien, por eso entró a tantos festivales, por eso ganó los premios que ganó, que son varios y varios son importantes. Entonces en ese lado me parece que mi reflexión va por ahí, que yo creo que hay que cuidar las pelis independientemente del presupuesto y tratar de que sean competitivas.
–¿Qué significa hacer cine hoy en Argentina, especialmente desde la producción independiente?
– Un poco va de la mano de la respuesta anterior, un poco es otra respuesta compleja. Para mí la verdad es que lo importante es primero disfrutarlo y segundo, tener muy claro qué película estás haciendo. Eso siempre fue así. Yo creo que lo más complejo hoy es encontrar gente que tenga claro qué producto quiere hacer y cuál es la intención. Yo noto mucha desesperación en el ambiente, mucha ganas de hacer cosas para tratar de pegarla o tratar de que funcione y sin tener claro cómo, sin conocer realmente el mercado. Y ahí veo fallar muchas cosas, incluso algunas producciones en las que estuve involucrado por subestimar al producto mismo.
Yo lo veo fallar mucho en ese sentido y me parece que le ponemos pila a tener una industria de verdad y yo me siento de ese lado. Creo que Fabi también, que Luca también. Y me parece importante hacer pelis que se la puedan bancar y que estén ahí y le puedan poner el pecho frente a una producción de cualquier país. Muchísima gente, creo yo, está filmando por filmar, lo cual está perfecto si tenés ganas de tener una película, pero no está bueno si tenés ganas de tener una película competitiva y llevarla a tratar de entrar a primera liga, y que te bochen porque después los festivales, los agentes de venta dicen “Argentina, todo barato, berreta”.Y a mí no me copa. Entonces yo creo que lo más complejo no es la falta de dinero, sino tener un sector que no se termina de transformar en industria porque no hay un conocimiento real del mercado internacional. Es como una burbuja llena de productores que están disparando en la oscuridad a ver si le pegan al blanco y es complejo eso para mí. Tenemos que pensar de otra manera.
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Ficha técnica
Retratos del apocalipsis
Cuatro historias interconectadas que revelan el inicio y la evolución de un apocalipsis zombie en Buenos Aires. A través de los ojos de diferentes personajes, puede experimentarse la confusión inicial, el caos descontrolado y la lucha por la supervivencia en un mundo devastado.
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Dirección
Luca Castello
Fabián Forte
Nicanor Loreti
Competencia 22° Tandil Cine
Duración: 75 min.
País: Argentina
Idioma: Español
Año: 2024
Más de 143 años escribiendo la historia de Tandil