Un artista internacional pintó una obra titulada El Rey René, en homenaje al ilusionista
Se trata de Luis Ramírez, quien hace dos décadas visitó a Lavand en Tandil y se considera su discípulo. Desde Estados Unidos, compartió la pintura en su honor y los recuerdos de su estadía en estas sierras.

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Accedé a las últimas noticias desde tu emailEl ilusionista Luis Ramírez, quien hace 20 años visitó a René Lavand y se confiesa como uno de sus discípulos, pintó una obra de arte en homenaje al maestro tandilense.
“Después de 20 años, decidí sacar los pinceles y dedicarle a mi gran maestro esta humilde pieza, para inmortalizar al hombre que más influenció mi magia y gran parte de mi vida, el rey René”, le contó a este Diario.
Ramírez, que es artista, ilusionista, coreógrafo y bailarín profesional de tango argentino y actualmente vive en Nueva Jersey, Estados Unidos, recordó que “en enero de 1999, cuando ya habíamos empezado nuestra carrera como ilusionistas, junto a Mariano Noriega (otro gran artista que hoy vive en Ibiza), viajamos desde Buenos aires con rumbo a Tandil en busca de encontrar al maestro”.
Y relató que “recorrimos Tandil de punta a punta, asombrando a la gente con nuestros naipes y contándole a toda la ciudad que íbamos al encuentro del gran René Lavand”.
El ilusionista expresó que “ya han pasado 20 años y las enseñanzas del maestro Lavand siguen intactas. Él nos abrió las puertas de su Milagro Verde para enseñarnos el verdadero camino de la magia. Éramos muy jóvenes, y luego de ese encuentro, nuestra magia cambió para siempre”.
Luis Ramírez reseñó que “hoy ambos, tanto Mariano Noriega como yo, llevamos el legado de sus palabras y su filosofía mágica con nuestro propio estilo, por su puesto, porque no hay artista sin estilo en todo el mundo. Juntos hemos llevado nuestra magia a Tokio, Fukuoka, Kumamoto en Japón, Shanghai y Beijing en China, Sidney, donde siempre nombramos y recordamos a nuestro gran maestro para dejarle saber a los públicos que tuvimos la suerte de aprender de la leyenda de la magia, de René Lavand”.
Por último, el ilusionista contó que “vivo en Nueva Jersey y he viajado por todo el mundo como maestro de tango argentino. Después de 20 años, decidí sacar los pinceles y dedicarle a mi gran maestro esta humilde pieza, para inmortalizar al hombre que más influenció mi magia y gran parte de mi vida: el rey René”.