Ser voluntario
Desde hace varios días se comenzó a testear la vacuna que Pfizer fabrica conjuntamente con la empresa alemana Biontech contra el Covid-19. Los voluntarios argentinos se hicieron la primera aplicación en el Hospital Militar Central de Buenos Aires. De esta manera se inició la tercera fase de pruebas que ya se estaban efectuando en Alemania, Estados Unidos y Brasil. Martín Sochi, profesional de la moda residente en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con fuertes raíces tandilenses, fue uno de los voluntarios y contó su experiencia.
“Trabajamos juntos. El Ejército Argentino, con el Hospital Militar, da el apoyo logístico, la cooperación para que los investigadores puedan desarrollar esta prueba tan importante para la vacuna contra el coronavirus. Estamos muy felices y contentos de iniciar esta etapa”, sostuvo el coronel Sergio Maldonado durante el acto que se llevó a cabo en las instalaciones del centro médico que dirige. El Hospital Militar Central es un centro sanitario de alta complejidad que tiene 130 años de antigüedad. Cuenta con más de 90 servicios y es además un núcleo importante para la formación de profesionales en las distintas especialidades.
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De acuerdo al investigador principal Fernando Polack, participar de este programa tiene múltiples consecuencias: “Estamos con un proyecto muy ambicioso, que si bien representa menos del 20 % del estudio global, involucra al sitio más grande en esta evaluación. Por otro lado, abre la puerta a que el país pueda pugnar por cambiar su lugar en la fila de reparto de las vacunas, donde los países más poderosos de la tierra quieren estar primeros. Estamos tratando de contribuir para mejorar la situación para nuestro país”, manifestó a un medio capitalino.
También enfatizó Polack: “Actualmente hay cinco estudios en marcha en todo el mundo, en los cuales se involucran hasta 100 centros de investigación, testeando distintas estrategias para tratar de frenar este problema que nos angustia tanto a todos. Uno de esos proyectos ha venido al Hospital Militar a ser evaluado por nuestro equipo de investigación y tratar de ver si le podemos poner un freno a esta situación antes de fin de año”.
Las empresas indicaron que si el resto de las pruebas resultan exitosas y la vacuna recibe la aprobación de los entes supervisores, tienen intención de fabricar hasta 100 millones de dosis en lo que queda de año y potencialmente más de 1200 millones durante 2021.
La decisión de Martín
Cuando el modelo internacional –asiduo visitante de la ciudad y siempre figura en los desfiles solidarios de Tandil- nos contó que se sentía orgulloso de poder colaborar siendo un voluntario, le preguntamos.
-¿Cómo te enteraste que se necesitaban voluntarios para testear la vacuna? ¿Qué te motivó a hacerlo?
-Hablo por mí, pero creo que todos estamos cansados, hartos de que este virus global nos impida tener una vida normal. No puedo ver a mi familia, mis seres queridos y el hecho de que mi trabajo haya quedado stand by, es todo un tema. Son todos los temas. Vi la convocatoria por la tele, vi que estaban buscando voluntarios y ahí me dije: “vamos hay que dar el primer paso. Es vez de quejarme de todo lo que no puedo hacer voy a focalizarme en lo que sí puedo” y me anoté online.
-¿Lo consultaste con alguien?
-Hasta el día de mi primera dosis no se lo dije a nadie, por temor a que cuestionaran mi decisión. No deseaba que se generara un debate, por lo tanto guardé silencio y debo confesar que creo haber hecho bien.
-¿Pudiste dormir la noche anterior?
-No soy una persona aprensiva, lo que sí me hacía un poco de ruido las contraindicaciones de colocarme una vacuna en estudio, pero son consecuencias que te las aclaran por obligación y te las explican una por una, sacándote toda duda que tengas
Obligación moral
-¿Dónde se llevó a cabo el procedimiento? ¿Hubo algún tipo de contención?
-Todo se hace en el Hospital Militar es un Servicio del Ejército Argentino ya que ambos trabajan mancomunadamente en este tema teniendo como misión proteger la salud, claro. La contención es permanente y nadie me obliga a nada, yo por dos años tengo una obligación moral de hacerme estudios, pero el día de mañana si me cansé o mejor quiero abortar por alguna causa lo puedo hacer.
-¿Por qué creés que te aceptaron?
-Tuve una entrevista con una profesional y allí me aceptaron. No me dijeron por qué y firme un contrato de consentimiento por dos años. Me preguntaron qué opinaba de la pandemia desde el punto de vista sanitario y político. Dije lo que sentía, creía en la situación planteada, gozaba de buena salud y siempre estuve vacunado.
-¿Pudiste filmar lo que te estaban haciendo o mirar?
-No podés entrar con celular. Y tenías que mirar al frente todo el tiempo. Cuando me dieron el primer pinchazo en el brazo izquierdo tuve la sensación de que me subía la temperatura, por lo cual todos los días comunico los parámetros que me indicaron. Finalmente no se trató de fiebre y fue algo sin mayores molestias. Ante cualquier situación debo llamar de inmediato, pero hasta ahora todo va bien.
Asumiendo riesgos
-¿Te hisoparon?
-Cada 10 días debo hacerme un hisopado y sacarme sangre hasta que llegue la segunda dosis que será alrededor de los veinte días. Y se repiten estudios, etc, etc. Todo lo que te indicaron, con el tiempo será más esporádico hasta cumplir los dos años.
-¿Cómo sabes si fue realmente una dosis de vacuna o un placebo?
-Eso lo pensé y lo pienso, pero los voluntarios no lo sabemos ya que la investigación consta de un 50% de vacuna y otro 50% de placebo… tal vez algún día me entere.
-¿Cómo sigue tu vida?
-Te dicen que hagas vida normal, que sigas haciendo lo mismo. En la entrevista hablé de lo que hacía con mi vida antes de ser elegido.
-Supongamos que todavía no se convocó a nadie y te enterás que están buscando voluntarios… ¿qué harías?
-La verdad es que estoy muy feliz, para nada arrepentido de asumir este riesgo. Necesitamos encontrar una salida a esta pandemia y si me comprometí seguiré hasta el final y así será.
-Es una actitud altruista. Felicitaciones.
-Sólo quiero dar, ayudar.