7 pasos para cuidar tu intestino y mejorar la salud física, emocional e inmunológica
El intestino alberga más de 39 billones de microbios esenciales para el funcionamiento del cuerpo. Cómo proteger este ecosistema clave y por qué hacerlo puede cambiar tu salud de forma profunda y sostenida.

El intestino no es solo el lugar donde se digieren los alimentos. Es el hogar de una comunidad invisible pero poderosa. Más de 39 billones de microorganismos que integran el llamado microbioma intestinal. Este conjunto de bacterias, hongos y virus no patógenos cumple funciones esenciales para la salud general del cuerpo, desde la absorción de nutrientes hasta la regulación del estado de ánimo, pasando por el funcionamiento del sistema inmune y la prevención de enfermedades inflamatorias.
Recibí las noticias en tu email
Accedé a las últimas noticias desde tu emailUn informe reciente de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE.UU. lo resume de forma clara: “La salud intestinal influye directamente en cómo digerimos los alimentos, en la respuesta inmune y en la forma en que absorbemos los nutrientes”. Y la ciencia coincide. Estudios actuales relacionan al microbioma con afecciones tan dispares como la diabetes, el síndrome de intestino irritable, la ansiedad, la depresión y hasta el insomnio.
La buena noticia es que no hace falta someterse a tratamientos costosos ni seguir dietas extremas para cuidar el intestino. La clave está en aplicar hábitos simples, sostenidos y basados en evidencia científica. El Instituto de Medicina Funcional, con sede en Washington, desarrolló una estrategia conocida como el método “5R” (por sus iniciales en inglés), a la que se suman otras dos recomendaciones clave.
Aquí te contamos los 7 pasos para mantener tu intestino fuerte, sano y en equilibrio.
1. Eliminar lo que daña
El primer paso es remover los elementos que irritan o alteran el ecosistema intestinal. Esto incluye:
- Ultraprocesados
- Azúcares añadidos
- Gluten (en personas sensibles)
- Lácteos (en caso de intolerancia)
- Alcohol y tabaco
- Algunos fármacos de uso prolongado
Según la doctora Sydne Ford-Norton, médica de familia en EE.UU., estos factores pueden generar una condición conocida como “intestino permeable”, en la que toxinas y partículas no digeridas ingresan al torrente sanguíneo, generando inflamación sistémica.
2. Reemplazar lo que falta
Muchas personas tienen déficit de enzimas digestivas, vitaminas y minerales, sobre todo adultos mayores o quienes toman ciertos medicamentos. Reponer estas sustancias (bajo control médico) ayuda a mejorar la digestión y evitar deficiencias nutricionales. Suplementos como enzimas digestivas, vitamina D, zinc o magnesio pueden ser útiles, según cada caso.
3. Reincorporar bacterias buenas
Este paso —la reinoculación— se basa en consumir alimentos probióticos y prebióticos:
- Probióticos: kéfir, yogur con cultivos vivos, chucrut, kimchi, kombucha.
- Prebióticos: frutas, verduras, legumbres, cereales integrales.
Una investigación de la Universidad de Stanford comprobó que consumir alimentos fermentados durante 10 semanas aumentó la diversidad del microbioma intestinal, mejorando marcadores de salud e inmunidad.
4. Reparar el intestino
El revestimiento interno del intestino se ve afectado por el estrés, los antibióticos, las infecciones y la mala alimentación. Para repararlo, los expertos recomiendan:
- L-glutamina
- Zinc
- Ácidos grasos omega-3
- Aloe vera
Estos pueden incorporarse mediante suplementos o alimentos como pescado graso, semillas de chía, nueces y vegetales de hoja verde.
5. Reequilibrar el estilo de vida
La salud intestinal también se construye con rutinas sostenibles:
- Dormir 7-9 horas por noche
- Reducir el estrés (meditación, caminatas, yoga)
- Evitar el sedentarismo
El intestino y el cerebro están conectados: muchos neurotransmisores, como la serotonina, se producen en el intestino. Por eso, el bienestar emocional y el descanso son igual de importantes que la dieta.
6. Comer frutas y verduras de todos los colores
Una dieta rica en frutas y vegetales diversos mejora notablemente la composición del microbioma. Según el American Gut Project, quienes consumen 30 o más variedades por semana tienen una microbiota más diversa y resistente que quienes solo comen 10 o menos.
- Frutas clave: bayas, cítricos, manzanas, bananas
- Verduras recomendadas: crucíferas (brócoli, coliflor), hojas verdes, zanahoria, remolacha
7. Hidratarse y moverse todos los días
El gastroenterólogo Víctor Chedid, de Mayo Clinic, remarca que la hidratación y el movimiento físico son fundamentales. El agua ayuda a prevenir el estreñimiento, mientras que el ejercicio estimula la motilidad intestinal y equilibra el eje intestino-cerebro.
El intestino como centro de salud integral
Cada persona tiene un microbioma único, influido por factores genéticos, dietéticos y ambientales. Sin embargo, estos 7 pasos ofrecen una hoja de ruta comprobada para fortalecer el intestino, mejorar la inmunidad, reducir la inflamación y prevenir enfermedades crónicas.
No se trata de cambios drásticos, sino de constancia. Como resume el doctor Joel Evans, del Instituto de Medicina Funcional:
“La salud digestiva no se trata de una dieta de moda, sino de una forma de vivir con conciencia y equilibrio.”