Santiago Apóstol, Patrono de Mendoza: por qué se celebra hoy, 25 de julio
Cada 25 de julio, la provincia celebra a su Patrono, cuya figura simboliza historia, fe y protección frente a los desafíos de la tierra cuyana.

En el corazón de Mendoza, entre la memoria de sus calles y la espiritualidad de su gente, una figura religiosa sigue marcando el paso de la historia: Santiago Apóstol, patrono de la provincia y protagonista de una de las devociones más antiguas y arraigadas de la región.
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Accedé a las últimas noticias desde tu emailCada 25 de julio, los mendocinos celebran su día con procesiones, misas y actos oficiales, reviviendo un legado que comenzó con la fundación misma de la ciudad en 1561. Aunque el primer santo patrono fue San Pedro, con el tiempo, Santiago —apóstol y mártir— fue ganando protagonismo hasta convertirse en el símbolo espiritual más poderoso del pueblo mendocino.
Su historia, tejida entre la tradición cristiana y las crónicas de la conquista, lo presenta como el apóstol que llevó la fe al "fin del mundo", viajando a Hispania tras la muerte de Jesús. Luego de su martirio, su figura resurgió con fuerza en la Edad Media, transformándose en estandarte de la Reconquista española bajo la forma del “Santiago Matamoros”, el guerrero celestial que inspiraba a los ejércitos cristianos desde un corcel blanco.
Ese mismo Santiago cruzó el océano con los conquistadores y llegó a Mendoza, donde fue adoptado como protector no solo espiritual, sino también símbolo contra los temblores, en una tierra históricamente marcada por terremotos.
La devoción mendocina a Santiago fue creciendo. Desde el siglo XVII, la ciudad organiza procesiones solemnes, y en 1976, la Legislatura provincial declaró feriado el 25 de julio en su honor, con la ley N.º 4081.
En el año 2001, la imagen tradicional del guerrero fue reemplazada en la procesión por una nueva escultura: un Santiago caminante, vestido con humildad, tallado en madera por la hermana Marta Morader. Este cambio representó una transformación simbólica: el paso de una figura de conquista hacia una más humana y cercana, la de un apóstol peregrino que acompaña al pueblo.
Hoy, Santiago ya no solo es "patrón de las Españas". En Mendoza, es el santo que camina al lado de su gente, el que protege en los sismos, el que representa una fe viva que evoluciona con la identidad de su pueblo. Cada julio, entre plegarias y cantos, Mendoza renueva su vínculo con él. Y en ese andar conjunto, la historia sigue latiendo.