Abrió la exposición del escultor Rafael Martín
El pasado sábado 18 de octubre quedó inaugurada la exposición del artista plástico Rafael Martin, que compartió con la presencia de una cálida concurrencia su muestra retrospectiva (1978-2008), donde se pueden visualizar diferentes períodos de su obra.
Lo creativo es una forma de libertad y a ésta no se la puede encerrar o encasillar en palabras que limiten la lectura de la obra, no obstante toda propuesta estética responde a un discurso, que no obedece a una tendencia determinada, sino que es el resultado de diversos factores intrínsecos que actúan como equilibrio de la realidad social de una época.
Por ello, cuando hablamos del maestro Rafael Martín, enfatizamos que es un comunicador visual, que nutre su arte con el acontecer de la vida cotidiana. Su sensibilidad lo acerca, como autodidacta, a la cerámica, la pintura, la escenografía, el cine y la fotografía.
En sus obras aparece casi un único protagonista, el cuerpo humano, por lo general dislocado o torturado, preñado de significaciones sobrecogedoras, como ocurre en la serie de ?Los mutantes? o ?Los hermanos?.
Un tema central de su obra, podría decirse eje transversal de la misma, es la identidad, que se expresa en las múltiples posibilidades del rostro, presente en toda su producción. Ese rostro de ingenua belleza se encuentra aprisionado en la tela de traslucida textura, donde las manos formulan un esfuerzo por escapar de la asfixia. En otras propuestas las personas han crecido con la escafandra puesta y han tolerado, sin traducir sufrimiento que el metal niegue, la articulación de la palabra y la sonrisa.
En ?Las convulsiones? las actitudes, su fuerza direccional, nos intimidan, señalando con pasional protesta la rebelión de los hombres.
Su plural propuesta nos muestra en los ochenta, relieves producidos con un collage informalista, donde el rostro del testigo, irrumpe el espacio, contemplando una realidad que denuncia nuestros males, exaltando la indagación a menudo dolorosa y dramática de la identidad.
Este artista, que sigue el ritmo de sus pulsaciones, se abre a la poética, en ?Tiempo de marionetas?, donde reaparece el cuerpo humano entero, la técnica utilizada en este caso es el papier mache, mostrando como dice Néstor Otero: ?Una galería móvil de pícaros de dudosa moralidad, de espíritu lúdico, como extraídos de una historieta…?. Así ?rinde homenaje al muñeco ingobernable que articula mensajes para hombres olvidados de las ilusiones de la infancia?, surgiendo ?El hombre tratando de buscar el equilibrio?, ?El titiritero?, ?El orador?, ?El cazador de nubes?, entre otros.
Fiel a sus ideales, sus trabajos corroboran su mundo conceptual, sobre el que basa la materialización de sus proyectos y ansiedades.
La muestra permanecerá en galería por el término de quince días, para ser visitada en los horarios habituales del Museo.*
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