Afirman que el 70 por ciento de los chicos con cáncer se curan si son diagnosticados a tiempo
La referente de la fundación Flexer, de ayuda a niños con cáncer, participó del encuentro a raíz de una invitación de la ONG Jano por Todos, que trabaja con la problemática de los chicos con cáncer en Tandil.
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García explicó que “la universidad se contactó con Alejandra Kluga de Jano por Todos, que forma parte de la red de organizaciones que lideramos en la fundación Natali Flexer. Nos pareció súper interesante participar de esta convocatoria y la concepción de pensar esta vinculación con las empresas y el mundo académico a través de un modelo de alianzas. Es un poco lo que nosotros venimos realizando desde hace alrededor de tres años, así que vinimos a Tandil para contar un poco nuestra experiencia y compartir con los demás”.
La fundación Flexer posee 19 años de vida y actualmente atiende a aproximadamente 1500 niños con cáncer y a sus familias. Les brindan apoyo durante el tratamiento, contención emocional, libros informativos y recreación.
Asimismo, trabajan con todos los actores que están involucrados en la problemática del cáncer infantil. Apoyan a los médicos en su trabajo diario y ayudan sobre todo a los médicos del interior a que puedan ir a Buenos Aires a capacitarse, trabajan con los hospitales haciendo obras de infraestructura y equipamiento, coordinan una red de organizaciones de ayuda a los chicos con cáncer a nivel nacional y latinoamericano, trabajan en defensa de derechos de los chicos a nivel regional y a que existan políticas públicas para que tengan acceso al mismo nivel de atención.
Las dificultades en el interior
-¿Cómo ven esta problemática de las familias del interior que deben trasladarse a otra ciudad para realizar un tratamiento?
-Es una problemática dura, difícil, que impacta mucho a toda la familia y al grupo social donde el chico se desenvuelve. Ya es difícil de por sí, cuando los chicos están en lugares donde tienen que trasladarse a hacer tratamientos a ciudades alejadas de su hogar de residencia eso se complica aún más porque además de ir a un lugar desconocido hay también un desmembramiento de la familia, dificultades laborales, una serie de inconvenientes extra. En ese sentido, lo que la fundación trata de hacer es contener y apoyar a esas familias para tratar de suplir un poco estas dificultades.
Más de la mitad de las familias que viene a la fundación son del interior del país.
-¿En los últimos años notan que se han incrementado los casos de niños con cáncer o es similar a años anteriores?
-La cantidad por año se mantiene similar y es parecida al promedio de la mayoría de los países del mundo. Lo que sí pasa hace algunos años es que al haber avances en la tecnología y en el conocimiento hay más chicos diagnosticados que en años anteriores.
Diagnóstico oportuno
-¿Estadísticamente cómo ven los casos de chicos que logran recuperarse de la enfermedad y salir adelante?
-La verdad que los porcentajes son bastante adelantadores. Si los chicos tienen acceso a un diagnóstico oportuno y al tratamiento adecuado, aproximadamente el 70 por ciento, se puede curar.
Así que el trabajo tiene que estar puesto en lograr que sean diagnosticados en la etapa temprana de la enfermedad, que los pediatras estén alertas y tengan muy presentes los síntomas como para que, al recibir una consulta de una mamá con su hijo, puedan rápidamente comprender cuando hay una sospecha de cáncer, y lo puedan derivar a un centro que pueda diagnosticarlo.
Eso es lo que ayuda y después ha habido avances en los tratamientos que mejoran los índices de sobrevida y la calidad de vida de los chicos durante el tratamiento.
-Con respecto al diagnóstico ¿todavía existen falencias o ha mejorado en los últimos años?
-A medida que pasan los años cada vez hay más mejoras porque se trabaja bastante desde distintas instancias en formar a los médicos pediatras en el tema de los síntomas de diagnóstico temprano, para que estén alertas. Pero todavía es un camino que hay que seguir recorriendo porque, al no ser una enfermedad muy frecuente, esto hace que muchas veces los pediatras vean a lo largo de su carrera profesional a muy pocos chicos con cáncer, incluso algunos no verán ninguno durante toda su carrera.
Por esa razón, hay que trabajar todo el tiempo para que esos síntomas estén presentes, justamente porque se trata de una enfermedad poco frecuente.
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