Amplían el comparendo de más allegados a la familia de Ayelén al aguardo de los peritajes
De concretarse, no se hará más que confirmar la hipótesis principal (a estas alturas casi excluyente) que habla de la responsabilidad penal del círculo íntimo de la víctima.
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Empero, hasta aquí aquella definición quedó supeditada, sujeta al resultado de peritajes oportunamente confeccionados en distintos elementos secuestrados en la casa del crimen, como así también sobre el cuerpo de la joven asesinada y también de su hermano, único testigo a quien se ubica en la escena del hecho.
En orden de los pasos dados en las últimas horas por los investigadores, se confió que quedó totalmente descartada la hipótesis de un ritual religioso, umbanda, que oportunamente -más precisamente en los primeros minutos del macabro hallazgo- se especuló frente a distintos elementos observados en la vivienda.
Confirmaciones
A partir del testimonio de familiares y allegados a la familia, estos presuntos rituales nada tenían que ver con la joven, por lo que dichas prácticas ya no forman parte de las posibilidades sobre el móvil del homicidio.
En tren de confirmaciones, también se aseveró desde fuentes ligadas a la causa que el ahorcamiento se produjo con un elemento externo, no con las manos como primeramente se sospechaba. En efecto, a partir de los informes de los peritajes y el resultado de la autopsia hay elementos suficientes como para acreditar que se utilizó una soga o un cinturón para provocar la asfixia.
Frente a esta probabilidad, entonces, las expectativas están echadas precisamente en si los estudios de ADN arrojan el resultado que esperan en pos de definir la autoría material.
Testimoniales y dudas
Al aguardo de aquellos resultados (el ADN podría demandar una semana) y al no contar con otra hipótesis firme por explorar, la causa sumó más declaraciones testimoniales del entorno, de las amistades de la víctima.
A partir de determinados dichos ya volcados al expediente, se evacuaron citas y se convocó a más vecinos, jóvenes que pudieran aportar sobre la vida que llevaba Ayelén y los suyos.
Principalmente las entrevistas versaron sobre la necesidad de conocer sobre la dinámica familiar que, además, por estas horas contó con apoyo psicológico del cuerpo de profesionales de la Justicia en pos de contener a los deudos.
Vale destacar que hasta aquí los investigadores han insistido sobre la principal hipótesis, descartando un hecho de inseguridad (Robo) e incluso violencia sexual. Bajo ese camino la pesquisa ha direccionado su trabajo convencida de que ya no queda otra sospecha que apuntar al entorno más cercano de la joven. Ahora bien, con el paso de las horas, los días, ya algunos instructores dejaron trascender que llama la atención semejante convencimiento direccionado hacia un solo destino como el responsable del crimen.
La pregunta que se hacen es qué ocurriría si los resultados de los peritajes esperados no cuentan con la información esperada y si nadie del entorno al que se lo observa se quiebra y dice algo. Pareciera ser que la policía ya dio como acreditado el suceso, empero, gravísimo, muy delicado sería si aquellas especulaciones que finalmente direccionaron la investigación hacia una determinada persona se diluyen por el poco sustento, escasa prueba en su contra.
Se insiste, dentro de la prudencia del caso, que los investigadores se expresan confiados en que van por el buen camino, de hecho mantienen el pronóstico que en breve tendrán que trasladar la causa el Fuero Penal Juvenil.
De no suceder esto prontamente, a partir del caudal probatorio necesario, comenzarían los interrogantes, a repreguntarse porqué no pudo haber ingresado alguien de confianza a la casa y cometer el hecho sin que el hermano de Ayelén lo alertara. O, en todo caso, cabría una eventual complicidad por no entregar toda la información que podría contar. Pero de ahí al esclarecimiento del autor material se estaría lejos y transformaría el curso del expediente en un escándalo de proporciones para los encargados de llevar el caso. Los peritajes de ADN resolverán la suerte del hasta aquí misterioso crimen de calle Brandsen al 300.
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