Arba controló nueve predios deportivos de Tandil y la zona y detectó una evasión del 82 por ciento
Se detectó que ocho de cada diez establecimientos fiscalizados registraba irregularidades tributarias, sobre todo vinculadas a incumplimientos de Ingresos Brutos.
En Tandil y la zona, se controlaron nueve predios deportivos, que en conjunto, tienen un ingreso anual estimado que ronda los 6,3 millones de pesos y entre todos los casos, se pudo constatar una evasión impositiva de alrededor del 82 por ciento.
El titular de Arba, Iván Budassi, afirmó que “encontramos un alto nivel de evasión en el sector”, y subrayó que “los predios declaraban ingresos por debajo de sus movimientos reales”. Respecto de estas maniobras, puntualizó que “a pesar de que las canchas estaban alquiladas la mayor parte del día, más de la mitad de los responsables de estos establecimientos sólo facturaba un turno diario, y evitaba declarar el resto para no pagar impuestos”.
Budassi destacó que, “además, detectamos a los dueños de 11 predios que ejercían su actividad sin estar inscriptos como contribuyentes de Ingresos Brutos”. Y agregó que “en muchos casos, aunque los establecimientos funcionaban en locales alquilados, tampoco existían los contratos correspondientes, por lo que la evasión también abarcaba al Impuesto de Sellos”.
Las fiscalizaciones se extendieron por 70 ciudades del territorio provincial, entre las que también se destacan Mar del Plata, Junín, La Plata, Azul, Las Flores, Luján y varias localidades de la región metropolitana.
En esa línea, el director de Arba hizo hincapié en que “este tipo de controles se intensificarán en lo que resta del año para que los contribuyentes formalicen su economía y declaren sus verdaderos ingresos”, y aseguró que “los recursos que recuperamos al combatir la evasión y el incumplimiento son fundamentales para que el gobernador Daniel Scioli pueda seguir desendeudando la Provincia y mejorando la seguridad de todos los bonaerenses”.
En algunos casos emblemáticos, como el de dos complejos muy importantes de San Isidro y Escobar, los inspectores constataron que ambos declaraban ingresos por 650 mil pesos, siendo que el movimiento anual de clientes y los alquileres que cobraban aproximaban esa suma a los 8,7 millones cada uno.
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