Asaltaron dos inmobiliarias, con un considerable botín

Acción prolija y llamativa

 

Lucía Kain indicó a El Eco Multimedios que cerca de las 11.30 tocó timbre un hombre cuyo aspecto no despertaba ninguna sospecha. “Pensé que era un cliente, pero no hice más que cerrar la puerta que sacó el arma y me apuntó en la cabeza. Me pedía toda la plata en forma permanente”, relató la joven.
Añadió que permanentemente reclamaba “los sobres de (papel) madera. Le dije que no había, le mostré la cartera y le propuse que se llevara la billetera. También, estaba el teléfono arriba del escritorio, pero no tocó nada de eso”.
Lo sorprendente es que “revisó todos los cajones y preguntaba quién estaba arriba y con quién trabaja la dueña. Le dije que estaba de viaje. Luego sacó un precinto plástico del bolso, me ató fuerte y me encerró en el baño”.
Desde ese lugar la encargada escuchaba “que revisaba más. Luego la puerta que cerró despacito. Me quedé un rato y cuando no escuché más ruidos, pedí ayuda a la farmacia”.
Lucía Kain añadió que “no se llevó nada. Revolvió pero con cuidado, sin desordenar. Buscaba plata y en sobres de madera, pero no manejamos plata en la inmobiliaria”.
El delincuente fue descripto como un hombre “grande y robusto, de una altura de 1,80 metros. Estaba bien vestido, con camisa. Era morocho, medio pelado y llevaba con un bolsito negro. No tenía pinta de chorro”.

 

Un caso muy extraño

 

En tanto, la broker Laura Kain explicó que “trabajamos con timbre, estaba Lucía un rato a la mañana y abrió porque el hombre no tenía apariencia de otra cosa que de cliente”.
Acotó que “nos llama poderosamente la atención que ni siquiera se llevó lo que había en la billetera, celulares u otras cosas. Es muy extraño”.
Destacó que durante el atraco el delincuente se tomó su tiempo para “revisar todo con una prolijidad llamativa. Da la sensación de que buscaba otra cosa, no sé si alguna documentación puntual o qué”.
Indicó que si bien la encargada circunstancial del lugar vivió “un momento espantoso, gracias a Dios no le hizo más que el pánico de vivir esa situación”.
Laura Kain dijo que “jamás habíamos tenido un problema” y que “por una cuestión de seguridad -ya que somos mujeres las que estamos- no trabajamos con dinero acá. Si se hace alguna operación es directamente en una escribanía. Tampoco trabajamos alquileres, por lo que no hay un movimiento mensual determinado. Con el asesoramiento como broker tampoco manejo dinero en la oficina. Fue algo realmente raro”.
Pero más extraño aún es que el golpe “fue dirigido directamente a sobres de papel madera, de tamaño oficio”, en tanto que tras el ataco “no había un sólo papel, suelto en el suelo: revisó carpeta por carpeta en forma muy prolija, sin desordenar absolutamente nada”.
Analizó que “da toda la sensación que se equivocó de blanco o vino con información equivocada. Si viene por un asalto, aunque sea se lleva la billetera o los celulares, según uno escucha. Es muy raro, como asalto no cierra”.
Finalmente, Laura Kain dijo que “no tengo más que palabras de agradecimiento” a la policía y acoto que “el comisario Gómez en persona vino inmediatamente, llegó justo cuando yo llegaba. Lo mismo que la policía científica, se han portado maravillosamente y contuvieron a Lucía mientras llegaba, con la mejor de las predisposiciones”.