Asaltó una heladería y denunció el robo de su auto para hacerse pasar por víctima y terminó preso
El juez del Tribunal Criminal 1, Guillermo Arecha, avaló con su sentencia el juicio abreviado que habían arribado la acusación y defensa en torno a la imputación de un joven por el asalto a una heladería.
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En efecto, se trató de Julián Alberto Ortiz, quien recibió la condena de tres años de prisión de ejecución condicional y multa de mil pesos por el atraco perpetrado el 21 de febrero del año pasado.
A más detalles, la sentencia reza que se dio por acreditado que el 21 de febrero de 2014, siendo alrededor de las 22.30, el acusado, que se movilizaba en un Fiat Uno dominio colocado CCH 636, ingresó a la heladería Iglú de avenida Alvear 125, donde luego de golpear con su puño en la zona maxilar al empleado del comercio Agustín Manera, extrajo y esgrimió un arma de fuego con la cual intimidó al empleado, logrando luego apoderarse ilegítimamente de la suma aproximada de entre 400 y 600 pesos, dándose a la fuga posteriormente en el vehículo en que se movilizaba.
Por otra parte, ese mismo día, el sindicado se presentó en forma espontánea en la Seccional Segunda de Policía, denunciado falsamente ante la sargento Mariela Tolosa, que previo a las 23.30 de ese día había constatado que autores ignorados le habían sustraído el automóvil, indicando que lo había dejado estacionado en calle Las Heras, cuando en realidad el mentado robo del auto no había ocurrido.
Los dichos de la víctima
La materialidad de los hechos descriptos encontraron fundamento en distintas piezas probatorias, principalmente la declaración de la víctima, empleado de la heladería, quien supo relatar que “se encontraba solo en el comercio, y fue entonces cuando ingresó un masculino de unos 20 años aproximadamente, el cual vestía buzo con capucha bordó, jeans color azul y zapatillas negras, tez blanca, sin barba, pelo corto castaño, de 1,70 metros aproximadamente, de contextura delgada, el cual previo proporcionarle un golpe de puño en la zona del maxilar inferior, le esgrime un arma de fuego del tipo pistola sin poder precisar calibre de color plateada y se coloca la capucha del buzo a los fines de cubrirse la cabeza, sustrayéndole la recaudación de la tarde. Para esto arrebata la caja registradora tirándola al piso, luego de la sustracción se da a la fuga de a pie en dirección a calle Callao, que ante esto el dicente se aproxima a la vereda pudiendo observar que el masculino sube a un vehículo de color blanco del cual no puede precisar mayores datos dado su estado de nervios, es que observa que lo hace del lado del acompañante.
La víctima al cumplir con el acto de reconocimiento en rueda de personas supo identificar al asaltante, quien resultó sin duda alguna al aquí sentenciado.
Amén de ello, como circunstancia corroborativa también el juez tomó nota del testimonio de la oficial de policía Yanina Micaela Gómez, quien con una actitud investigativa acorde a la función policial que le compete concluyó que Ortiz, quien se había presentado en la comisaría como presunta víctima de un robo de automotor, tenía las mismas características del sujeto autor de este hecho, lo que pudo corroborar al cotejar la fisonomía de las personas que habían sido indicadas por la víctima al momento de la exhibición del álbum de personas con antecedentes con las propias del imputado, notando la similitud de características fisonómicas.
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