Asesinaron anoche a un comerciante que se había manifestado hastiado de tantos asaltos
Un nuevo crimen sacudió anoche a la ciudad de Tandil. Un comerciante que en reiteradas oportunidades había sido víctima de atracos y que había adelantado hace un tiempo que se iba a resistir cayó ante las balas de la delincuencia ante la horrorizada mirada de su esposa.
Sucedió aproximadamente a las 21.45 en el barrio parque El Calvario y la víctima es el titular del mercado de la barriada, el comerciante Luis Cano, un hombre que sufrió numerosos hechos delictivos.
Cano fue en su momento vocero de los vecinos de la zona, con quienes se movilizó ante el Municipio para reclamar mayores medidas de seguridad y denunció una cava ubicada en la manzana del frente de su negocio y que era utilizada como aguantadero.
De acuerdo a las primeras informaciones no oficiales logradas en el lugar del atraco, Cano estaba junto a su esposa atendiendo el mercado de su propiedad cuando ingresó un hombre armado con un revólver y lo obligó a entregar la recaudación.
El comerciante habría optado por dejar sobre un mostrador el efectivo, aunque el monto no habría conformado al delincuente, quien habría seguido reclamando por la entrega de más dinero.
La víctima, según se dijo, habría señalado que era lo único que disponía y se habría acercado al asaltante, momento en el cual éste optó por efectuarle un disparo que le provocó el deceso en forma casi inmediata, sin siquiera dar tiempo a un eventual traslado al Hospital Municipal Ramón Santamarina.
Ante el cariz de la situación, el delincuente habría optado por darse a la fuga con rumbo desconocido.
Tal reconstrucción de los hechos surgió de testimonios logrados por El Eco de Tandil en Ezeiza al mil, lugar en el que se emplaza el negocio de mayor importancia de la barriada.
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La investigación
A los pocos minutos del crimen se hicieron presentes en el lugar tanto el jefe departamental de policía como el distrital, comisionado José Fabián Pagge e inspector David Tifner, junto a la plana mayor de la Seccional Segunda y de la DDI local.
También se observó la presencia del fiscal Gustavo Morey, quien intentó lograr algunos datos para orientar la causa.
La viuda presentaba una crisis de nervios propia de la situación vivida, la que se potenciaba por la indignación ante el nuevo y fatídico atraco sufrido por su esposo, tras una extensa lucha en reclamo de mayores medidas de seguridad.
La mujer habría podido aportar escasos datos, en tanto que una versión que circulaba en la barriada es que los nietos de la víctima ?menores de 12 años- estaban en un sector posterior del local y que habrían sido los primeros en ingresar y observar el cuadro.
En tanto, uno de los hijos de la víctima estaría fuera de la ciudad y se esperaba para las primeras horas de hoy su arribo.
Paralelamente, el silencio por parte de los investigadores era absoluto.
Cabe acotar que el cuerpo de la víctima, en un inmenso charco de sangre, quedó entre las estanterías, como si hubiera intentado pasar hacia el sector delantero del mostrador.
El conmovido vecindario sólo atinaba a manifestar el dolor y la incomprensión ante un hecho a todas luces repudiable
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